Muere Isabel II, ¿sobrevive la monarquía?
MURIÓ LA REINA ISABEL II después de ocupar 70 años y 214 días el trono británico. En la historia de la humanidad, solo un monarca ha sido más longevo: Luis XIV, de Francia, quien estuvo 72 años y 110 días. Aunque en el Reino Unido, especialmente en Inglaterra, se iniciaron complejos protocolos para hacer un duelo nacional, que va desde la vestimenta de los periodistas de la BBC hasta cancelar los partidos de fútbol y cualquier otro evento cívico por unos días, en internet se empezaron a volver virales videos de personas celebrando en Irlanda y en otros países de la Mancomunidad de Naciones. Tal vez ahora que se cierra la era isabelina, que surgió en un mundo radicalmente opuesto al de hoy, es momento de retomar la pregunta: ¿la monarquía para qué?
Una lectura amable de Isabel II deberá decir que llegó muy joven al trono, con solo 25 años, poco tiempo después de que la Segunda Guerra Mundial amenazó con destruir el Reino Unido, y ayudó a revitalizar la importancia de la monarquía como símbolo de unión e identidad nacional. En los años posteriores hizo un esfuerzo recatado por “modernizar” una institución cada vez más cuestionada: viajó a varios países, también en Sudamérica, para hacer presencia; brindó un apoyo importante en la lucha contra el en Sudáfrica, a pesar de la oposición de la primera ministra, Margaret Thatcher; en 1992 pagó impuestos sobre sus ingresos, rompiendo con la tradición de exención tributaria que había marcado a la monarquía. En varios momentos claves, con millones de personas en las calles, ha sido evidente que “la familia real” sigue despertando curiosidad y afecto entre sectores británicos.
Sin embargo, los últimos años han servido para una revaluación del rol de la monarquía, no solo por su irrelevancia política (aunque en un país sin Constitución escrita la reina seguía estando a cargo de pedirle al primer ministro que formase gobierno), sino por el conservadurismo de sus formas. La protección del príncipe Andrés a pesar de tener investigaciones en contra por su cercanía a Jeffrey Epstein contrasta con la hostilidad con la que el Palacio de Buckingham trató a Meghan Markle, estadounidense esposa del príncipe Harry, quien dijo que sufrió presiones racistas que la llevaron a entrar en una profunda depresión. La rigidez a pesar de la modernización llevó a sus miembros a estar en crisis, por lo que es necesario insistir: ¿cuál es el rol de la familia real en 2022?
Especialmente, porque el cariño a la reina no es el mismo en todo el Reino Unido. En Irlanda, hace un año y de manera cruda, escribía Patrick Freyne para el
“Los monarcas contemporáneos no tienen ningún poder de verdad. Sirven únicamente para consagrar el clasismo en la inexistente Constitución británica. Viven en altos lujos y baja autonomía, disfrazados de sus ancestros, y están sujetos a las proyecciones psicosociales de las personas que siguen en duelo por la pérdida del imperio”.
En todo caso, lo que sí es claro es que la familia real británica sigue proponiendo una narrativa de identidad nacional, un espejismo de unidad, un simbolismo que ha ido perdiendo su fuerza. La reina Isabel II logró su longevidad a punta de carisma y mano dura. Ahora que no está, ¿qué será de la monarquía en el futuro?
‘‘Aunque
Isabel II llevó a cabo una modernización de la monarquía, los últimos años de la familia real británica han sido de crisis”.