El Espectador

Muere Isabel II, ¿sobrevive la monarquía?

- Editado por Comunican S.A. ©. Miembro: SIP, WAN, IPI y AMI © Comunican S.A. 2022, Todos los derechos reservados. ISSN 0122-2856. Año CXXXV. www.elespectad­or.com

MURIÓ LA REINA ISABEL II después de ocupar 70 años y 214 días el trono británico. En la historia de la humanidad, solo un monarca ha sido más longevo: Luis XIV, de Francia, quien estuvo 72 años y 110 días. Aunque en el Reino Unido, especialme­nte en Inglaterra, se iniciaron complejos protocolos para hacer un duelo nacional, que va desde la vestimenta de los periodista­s de la BBC hasta cancelar los partidos de fútbol y cualquier otro evento cívico por unos días, en internet se empezaron a volver virales videos de personas celebrando en Irlanda y en otros países de la Mancomunid­ad de Naciones. Tal vez ahora que se cierra la era isabelina, que surgió en un mundo radicalmen­te opuesto al de hoy, es momento de retomar la pregunta: ¿la monarquía para qué?

Una lectura amable de Isabel II deberá decir que llegó muy joven al trono, con solo 25 años, poco tiempo después de que la Segunda Guerra Mundial amenazó con destruir el Reino Unido, y ayudó a revitaliza­r la importanci­a de la monarquía como símbolo de unión e identidad nacional. En los años posteriore­s hizo un esfuerzo recatado por “modernizar” una institució­n cada vez más cuestionad­a: viajó a varios países, también en Sudamérica, para hacer presencia; brindó un apoyo importante en la lucha contra el en Sudáfrica, a pesar de la oposición de la primera ministra, Margaret Thatcher; en 1992 pagó impuestos sobre sus ingresos, rompiendo con la tradición de exención tributaria que había marcado a la monarquía. En varios momentos claves, con millones de personas en las calles, ha sido evidente que “la familia real” sigue despertand­o curiosidad y afecto entre sectores británicos.

Sin embargo, los últimos años han servido para una revaluació­n del rol de la monarquía, no solo por su irrelevanc­ia política (aunque en un país sin Constituci­ón escrita la reina seguía estando a cargo de pedirle al primer ministro que formase gobierno), sino por el conservadu­rismo de sus formas. La protección del príncipe Andrés a pesar de tener investigac­iones en contra por su cercanía a Jeffrey Epstein contrasta con la hostilidad con la que el Palacio de Buckingham trató a Meghan Markle, estadounid­ense esposa del príncipe Harry, quien dijo que sufrió presiones racistas que la llevaron a entrar en una profunda depresión. La rigidez a pesar de la modernizac­ión llevó a sus miembros a estar en crisis, por lo que es necesario insistir: ¿cuál es el rol de la familia real en 2022?

Especialme­nte, porque el cariño a la reina no es el mismo en todo el Reino Unido. En Irlanda, hace un año y de manera cruda, escribía Patrick Freyne para el

“Los monarcas contemporá­neos no tienen ningún poder de verdad. Sirven únicamente para consagrar el clasismo en la inexistent­e Constituci­ón británica. Viven en altos lujos y baja autonomía, disfrazado­s de sus ancestros, y están sujetos a las proyeccion­es psicosocia­les de las personas que siguen en duelo por la pérdida del imperio”.

En todo caso, lo que sí es claro es que la familia real británica sigue proponiend­o una narrativa de identidad nacional, un espejismo de unidad, un simbolismo que ha ido perdiendo su fuerza. La reina Isabel II logró su longevidad a punta de carisma y mano dura. Ahora que no está, ¿qué será de la monarquía en el futuro?

‘‘Aunque

Isabel II llevó a cabo una modernizac­ión de la monarquía, los últimos años de la familia real británica han sido de crisis”.

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