Helados de paila: tradicionales, saludables y hechos a mano
La evolución del sector de los helados requiere productos más saludables que también fomenten una experiencia innovadora en el cliente, y los helados de paila son el producto perfecto, pues promueven el trabajo hecho a mano, los hábitos alimenticios salud
Sin necesidad de corriente eléctrica, congeladores o refrigeradores, solo con una paila de cobre, bronce u oro, con la mezcla perfecta de ingredientes y con el movimiento circular de la mano de quien los fabrica se pueden hacer los tradicionales helados de paila nariñenses, los cuales retoman la tradición de las altas montañas del departamento, en donde los indígenas, y hoy en día algunos habitantes de Quito (Ecuador), Pasto, Cumbal y otros municipios de Nariño suben hasta los nevados para extraer hielo y fabricar este natural y delicioso helado.
Con la misión de rescatar estas tradiciones y ofrecer productos saludables e innovadores, Paula Andrea Giraldo dio vida a su empresa Helados de Paila Leyenda, que hoy cuenta con sedes en Cartagena y brinda “experiencias gastronómicas y culturales, donde mostramos cómo se elabora un helado sin electricidad, con hielo, con una paila de cobre y fruta. También enseñamos cómo hacemos uso de frutas locales, que son desconocidas para muchas personas”, explicó la empresaria.
Para la elaboración de estos helados solo se requieren fruta, leche y huevo; sin embargo, en Helados de Paila Leyenda la receta prescinde de este último ingrediente, y también ofrece opciones sin leche, lo que permite escoger entre más de 50 opciones de helado de paila saludables, hechos con solo fruta, solo vegetales o personalizados a gusto del cliente.
“Los helados de paila deben ser con frutas y leche, lo cual trae muchos beneficios, porque están llenos de vitaminas y de zinc. Nosotros no usamos huevo, por lo que elaboramos helados veganos. No usamos crema, ni grasa, ni endulzantes artificiales, y son muy bajos en azúcar”, agregó Giraldo.
Sumado a esto, la empresa tiene más de 10 años de experiencia en diferentes regiones del país, lo que le ha permitido conocer y experimentar con diversos ingredientes y opciones que ofrece la cultura gastronómica colombiana. ”Llevamos más de 10 años trabajando con helados de paila, y hemos aprendido sobre frutas e ingredientes. Tenemos más de 50 sabores, como arroz con leche, jengibre, aguardiente... Trabajamos con frutas locales, como el corozo y el tamarindo”.
Paula Giraldo sostiene que la industria heladera debe propender por apoyar este tipo de productos, que si bien son tradicionales también son innovadores, pues el trato que se les da a los ingredientes, el cuidado que se presta en las recetas, el conocimiento que se transmite de generación en generación y las historias que hay detrás de los helados de paila otorgan un valor agregado que impulsa la tradición, los hábitos alimenticios saludables y, para algunas familias, la economía. A su vez, resalta que esta experiencia de contar de dónde viene el helado y enseñar cómo hacerlo es lo que más se valora hoy en día.
“Al hacerlo en la paila es un helado que tiene mucho más cuidado, se hace en pequeñas cantidades, nosotros despulpamos la fruta y la limpiamos. Toda la historia que se encuentra detrás de un helado artesanal es muy importante, la receta del helado de paila se transmite de generación en generación y hay muchas historias familiares detrás del helado. Nos hemos dedicado por una línea investigativa y personalizada, en donde enseñamos a los clientes por qué estos helados artesanales y de paila deben ser valorados, donde las personas pueden ver cómo se hacen y también enseñamos a los clientes a elaborar el helado, porque son helados que se hacen a mano. Por eso estamos con alianza con Slow Food, para volver a lo de antes, a lo tradicional, a tomarse el tiempo de elaborar un helado”.
Así las cosas, con este tipo de opciones en el segmento de helados no solo se impulsa la cultura autóctona de algunas regiones, sino que se aumenta la oferta gastronómica y se impulsan aquellos procesos realizados manualmente por personas o familias que de una manera artesanal fortalecen la industria heladera.