“El oportunismo político es el colmo”
FERNANDO RUIZ FUE DE LOS POQUÍsimos altos funcionarios del Gobierno Duque que parecían no tener entre sus prioridades la de dividir a los colombianos entre los “buenos” y los “malos”. De este exministro podría afirmarse que era ajeno a las confrontaciones rudas y que el poder no lo envaneció. No obstante y pese a su carácter aparentemente pacífico, Ruiz intervino en la campaña presidencial, tal vez presionado por Duque, con trinos desafortunados como este que le dirigió a Petro cuando era precandidato: “Hasta ignorancia puede ser atrevida pero el oportunismo político es el colmo. Hace muchos días @MinSaludCol anunció el pico (del COVID), ud no se enteró? (sic)” (ver web). El exministro publicó ese mensaje de manera indebida puesto que era un servidor del Estado y no le estaba permitido actuar en política. Sin embargo, de él puede afirmarse que cumplió con sus obligaciones aunque unos juzgan que no lo hizo tan bien como se ha difundido.
Pero haber actuado sin sobresaltos y con corrección, lo que, por demás, es un deber y no un mérito, no le otorga el derecho de recibir el apoyo automático del Gobierno que fue elegido muy a pesar del suyo, del de Ruiz. No solo a pesar de... sino después de haber tenido que enfrentar las trampas, los actos de mala fe y los subterfugios en la campaña y en la administración pasada, en cuanto a contratos, puestos y compromisos presupuestales. Ruiz y su jefe dieron por hecho, según se conoce ahora por declaración del propio exministro, que este merecía ser el director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y no contaron con la voluntad del nuevo Ejecutivo. De acuerdo con la carta que Ruiz le dirigió al ministro Leyva, él —y, desde luego, Duque— presentaron su candidatura a tal posición “el pasado 3 de marzo de 2022” sin que les preocupara que la escogencia internacional ocurriría cuando ellos ya no representarían al Estado (ver web). Por la fecha en que se inscribió como candidato de Colombia a la dirección de la OPS (días antes de la votación por los precandidatos de las consultas), pensaría uno que el entonces ministro de Salud y su jefe calcularon mal: debieron imaginar que Federico Gutiérrez iba a arrasar en mayo y junio.
Cuando fue informado por la viceministra de Asuntos Multilaterales, Laura Gil, de que se suspendía su candidatura, Ruiz lamentó, amargado, que se frustrara su aspiración a estar en la OPS, a pesar de que sería el vocero oficial de un Gobierno ideológicamente opuesto al suyo. Lo delicado y elegante, por parte de Duque, hubiera sido abstenerse de postular a alguien tan identificado con su despacho. Mucho más discreta, y esta sí elegante, fue la excanciller María Ángela Holguín, cuando, en agosto del año pasado, su candidatura a la Secretaría de las Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado fue propuesta por España con cuyos dineros se sostiene, en buena medida, ese organismo. Los españoles hubieran podido imponer a la exministra. No insistieron para no incurrir en un gesto inamistoso con Duque. Este lo ha negado, pero en los círculos diplomáticos se conoció la tajante negativa del jefe de Estado a permitir el nombramiento de la exministra. ¿Qué dijo Holguín y cuál fue su reacción? “No piensen en mí ... Es difícil un cargo de esta categoría sin el apoyo del Gobierno” (ver web). Casi nadie dijo algo contra Duque por su decisión sobre Holguín ni ella se quejó. Simplemente, desistió. Por estos días, en cambio, se han levantado muchas críticas contra la administración Petro por su posición en contra de la postulación de Ruiz. Al menos ha sido clara y nos explica que no quiere tener en Washington a un vocero de Duque haciéndole a este tareas hipócritas a su favor y contra quien lo habría ayudado a elegir.