Una nueva arquitectura regional para el Medio Oriente
‘‘Malicia
policial, voyerismo mediático y redes sociales fueron invitados al conflictivo divorcio de Adrien y Céline Quatennens”. Jean-Luc Mélenchon, excandidato presidencial de Francia y líder del partido Le France Insoumise, en respuesta a la acusación de violencia doméstica contra su copartidario Adrien Quatennens, quien admitió golpear a su esposa.
QUIZÁS SILENCIOSAMENTE, DE REpente, cuando muchos afuera de la región no se dan cuenta, el Medio Oriente está cambiando dramáticamente. Hace dos años, Israel, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin firmaron los acuerdos de paz y normalización conocidos como Acuerdos de Abraham, con la mediación de los Estados Unidos. Acuerdos que se suman a los tratados de paz que ya tenemos con Egipto y Jordania; así mismo a las relaciones especiales que hemos tenido con el Reino de Marruecos.
Durante años, Israel ha trabajado entre bastidores para construir relaciones diplomáticas y económicas con otros Estados moderados de la región. Israel fue reconocida como una parte integral y permanente del Medio Oriente con mucho para contribuir a su estabilidad, seguridad y prosperidad.
Los Acuerdos están fortaleciendo los lazos y prosperando entre nuestros pueblos y naciones. Desde el primer vuelo directo entre Tel Aviv y Dubái en noviembre del 2020, más de 500.000 turistas israelíes y empresarios han visitado los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, conectando pueblos y culturas, como nunca antes. Israel también presentó un pabellón nacional, en la Expo de Dubái 2020, cuyo lema “Viaje al Mañana” no podía representar mejor el símbolo de nuestras esperanzas en las nuevas relaciones.
Un brillante ejemplo de esta nueva alianza fue el establecimiento del Foro del Néguev. La primera cumbre la instaló el entonces canciller, Yair Lapid, en 2022. Este evento inaugural llevó al establecimiento de un foro permanente que ya se ha puesto a trabajar en la construcción de una nueva arquitectura regional basada en el progreso, la tecnología, la tolerancia religiosa, la seguridad y la cooperación en inteligencia.
Los Acuerdos también generaron interesantes oportunidades para la cooperación regional y multinacional en los campos de la energía, la sostenibilidad, el turismo, la seguridad, entre otros. Ya han sido firmados 34 acuerdos entre Israel y Emiratos Árabes Unidos y 22 acuerdos con Bahréin. Estos movimientos tectónicos en nuestra región generaron una nueva atmósfera que habilita colaboraciones frente a una crisis mundial. Gracias a la conectividad regional, el gas israelí llega a Jordania y también a Egipto, desde donde se exporta a Europa como Gas Natural Licuado, para enfrentar la crisis energética por la guerra en Ucrania.
Israel espera continuar el desarrollo regional iniciado con los Acuerdos de Abraham y ampliar el círculo de la paz y la normalización. Israel cree que esto puede proporcionar un cambio en el conflicto y establecer una coexistencia pacífica con nuestros vecinos, los palestinos, en el espíritu de los Acuerdos. Además, el proceso de normalización sirve para consolidar eficazmente a las fuerzas moderadas de la región, frente a las amenazas compartidas de Irán, un país que trae inestabilidad en nuestra región y en otras partes del mundo, cuando la situación actual en Siria, Líbano, Yemen e Irak debe ser una señal de alerta para todas naciones.
Los valientes pasos adoptados representan una decisión de construir juntos un futuro que beneficiará a todos nuestros pueblos. Los mismos han iluminado el camino hacia una nueva realidad esperanzadora en el Medio Oriente, una senda que habrá de mejorar el bienestar de su población y traerá paz, seguridad y prosperidad para todos.
* Embajador de Israel.