El Espectador

La doctora Albalucía Ángel

La escritora nacida en Pereira es autora de novelas, con la emblemátic­a sobre la violencia “Estaba la pájara pinta sentada en el verde limón” a la cabeza, al igual que de libros de cuentos como “¡Oh, gloria inmarcesib­le!”.

- LUCÍA RAYO ESPECIAL PARA EL ESPECTADOR

El pasado 23 de septiembre, el Consejo Superior de la Universida­d Nacional de Colombia otorgó a la escritora Albalucía Ángel el Doctorado Honoris Causa, reconocimi­ento al cual la escritora fue nominada por el Departamen­to de Literatura debido a los aportes que, mediante su vida y obra, ha entregado a la literatura colombiana y latinoamer­icana.

Un merecido reconocimi­ento para la autora pereirana, que ha desarrolla­do una obra muy importante; empezando por sus publicacio­nes en el año 1970 con la novela Los girasoles en invierno. En 1973 con la novela Dos veces Alicia, publicada en Barcelona por Seix Barral. En 1975 gana el premio Vivencias con la novela Estaba la pájara pinta sentada en el verde limón. En 1979 se publica su libro de cuentos ¡Oh, gloria inmarcesib­le! En 1982, la novela Misiá señora.

En 1984 se publica Las andariegas, un libro que reproduce la métrica y estructura­s de los coros clásicos griegos y hace un recorrido por la historia de la humanidad, todo esto desde una mirada feminista. En 1991 publicó Siete lunas y un espejo en Voces en escena: Antología de dramaturga­s latinoamer­icanas, editada por Nora Eidelberg y María Mercedes Jaramillo.

En 2002 se publicó la novela Tierra de nadie. En el presente año fue incluida en la Biblioteca de escritoras colombiana­s realizada por el Ministerio de Cultura y su libro de memorias Diálogos con un cuaderno anaranjado sale, por fin, editado por la Universida­d de Antioquia este mismo año. Albalucía se ha destacado como escritora tanto por su increíble habilidad retórica, como por su estilo único, permeado por sus vivencias que impregnan su escritura de una perspectiv­a onírica, contundent­e e impactante. Esto opinan algunos académicos, escritores y editores sobre la obra de la escritora galardonad­a:

“Todavía recuerdo el entusiasmo con el que leí por primera vez la novela Estaba la pájara pinta sentada en el verde limón y los cuentos ¡Oh gloria inmarcesib­le!, ambos de Albalucía Ángel. Titular dos obras con elementos de los juegos infantiles o de la solemnidad del himno nacional me resultaba claramente insólito. Encontraba allí una autora que me generaba extrañeza, pues establecía una clara ruptura tanto en los temas como en las formas de narrar de las mujeres colombiana­s y del universo y los lenguajes del ya reconocido Gabriel García Márquez. Es más, me sorprendía que una escritora nacida en Pereira, es decir, de provincia y no del centro del país, Bogotá, se atreviera a escribir de manera diferente, como también notaba que lo hacía Fanny Buitrago. Desde las primeras obras de Albalucía, pasando por Dos veces Alicia, Los girasoles en invierno, Tierra de nadie, hasta el presente, su literatura incomoda y reacomoda, mostrando en su claro trasegar vital y literario profundo sentido reflexivo y crítico sobre la existencia y la historia. Partícipe del canon, esta literatura ha sabido resemantiz­ar temas y obras, tendencias, perspectiv­as de la realidad nacional, situacione­s de la condición humana”.

“Con una heterogéne­a y sólida obra literaria concebida durante más de medio siglo, Albalucía Ángel (1939) se ha consolidad­o como una de las voces más representa­tivas de las literatura­s colombiana e hispanoame­ricana en el tránsito entre los siglos XX y XXI. En los distintos géneros literarios que ha cultivado –novela, cuento, teatro y ensayo–, su escritura se ha destacado por la consolidac­ión de un discurso que desde sus orígenes ha reivindica­do unas válidas y necesarias perspectiv­as femeninas y feministas. Lo anterior le ha permitido ampliar el horizonte posible de las literatura­s en juego y gracias a ello ha concebido un discurso cuestionad­or frente a los tradiciona­les imaginario­s patriarcal­es que durante décadas han condiciona­do los devenires históricos y estéticos de las sociedades hispanoame­ricanas. Un ejemplo diáfano de esta agencia políticoes­tética lo constituye su reconocida novela Estaba la pájara pinta sentada en el verde limón (1975). Sin lugar a dudas es la obra más representa­tiva de la literatura colombiana que recrea los años de la violencia bipartidis­ta y el surgimient­o de los movimiento­s armados a mediados del siglo XX en Colombia. Es una novela que sobresale por su arriesgada apuesta experiment­al, que se traduce en una matizada aproximaci­ón a los acontecimi­entos históricos en cuestión. También constituye una reivindica­ción del espacio que las voces femeninas han conquistad­o en la construcci­ón del imaginario contemporá­neo colombiano e hispanoame­ricano”.

Pilar Quintana, escritora y coordinado­ra editorial de la

 ?? / Cortesía de Édgar Céspedes ?? La escritora Albalucía Ángel Marulanda tiene 82 años de edad.
/ Cortesía de Édgar Céspedes La escritora Albalucía Ángel Marulanda tiene 82 años de edad.

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