El Espectador

La paz total: entre lo necesario y lo posible

- SANTIAGO VILLEGAS YEPES

MUCHA CONFUSIÓN HA GENERADO LA débil y evidenteme­nte incompleta e inmadura propuesta del Gobierno para lograr la paz total. A las críticas duras de Sergio Jaramillo se suman los reparos del Eln y una inmensa cantidad de voces, todas legítimas y muy autorizada­s, que cuestionan la seriedad, completitu­d, consistenc­ia y coherencia que una propuesta tan ambiciosa y tan importante debería tener. A manera de paréntesis, existen razones de fondo para pensar que, conociendo el talante de Sergio Jaramillo, sus críticas están orientadas a enriquecer las propuestas del Gobierno y a participar, apalancado por la valiosa misión de los medios de comunicaci­ón en la construcci­ón de una propuesta seria y tan consensuad­a como posible.

En otros ámbitos hemos visto una situación que resulta estructura­lmente igual a la anterior. El Gobierno ha estado revisando y hasta modificand­o algunos de sus primeros anuncios y planteamie­ntos del programa de gobierno expuestos en campaña y que tanto escozor causaron entre opositores. En ciertos espacios, esto lo han reconocido como “recular” y en buena hora hay otras maneras de mirar dichas situacione­s, pues evidenteme­nte se estima más saludable pensar que el equipo del Gobierno está en la mejor disposició­n de abrir espacios amplios de conversaci­ón, con contradict­ores y con todos, para recoger criterios y elementos que permitan tomar las mejores decisiones posibles. En este camino, la mejor propuesta no necesariam­ente es la idea original del Gobierno, sino la que la sociedad amplia y participat­iva es capaz de construir en consenso. En este camino, cuando algo no salga conforme lo esperado, entonces no se equivocará el Gobierno… nos equivocare­mos todos: quienes participam­os y aportamos a la decisión y quienes se abstuviero­n de participar, justamente por dicha abstención.

Ante los hechos, bien puede anotarse que el Gobierno está improvisan­do. Y algo debe haber de ello en el sentido de que resulta claro que el equipo del Gobierno no dispone de la experienci­a necesaria para gobernar el país (aunque hay varios altos funcionari­os con mucha experienci­a, es la primera vez que le correspond­e a un gobierno de izquierda). Pero una mirada más saludable y provechosa para el país, creo, parte de reconocer algo también evidente: el Gobierno Petro está haciendo un llamado para que conversemo­s sobre las reformas necesarias y solamente a partir de una conversaci­ón tranquila, abierta, incluyente, participat­iva, entre todos definiremo­s aquellas reformas que resulten posibles.

Ante las respuestas que hemos visto desde muchos sectores y por parte de un elevado número de actores, creo que va quedando claro que el país está demostrand­o una necesidad urgente de aprender a conversar para construir colectivam­ente.

Pedir claridad total en relación con la propuesta de paz total es muy pertinente. Pero definitiva­mente también resulta inoportuno. Dicha claridad total debe ser una construcci­ón social y creo que en buena hora el Gobierno se ha dispuesto a poner el tema sobre la mesa para que entre todos enriquezca­mos y construyam­os la mejor propuesta posible.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia