La Procuraduría
NO SE ENTIENDE POR QUÉ QUIEREN acabar con la Procuraduría General de la Nación. Esta entidad nació con la Constitución de 1830, lo cual quiere decir que está próxima a cumplir 200 años. Originalmente dependía del Poder Ejecutivo y durante esa larga historia ha tenido varios cambios en su naturaleza. Florentino González ha sido el único que ha ocupado ese cargo por elección popular, por cuanto la Constitución
de entonces así lo establecía. Llegó al cargo con 64.491 votos, en 1853.
A pesar de que la Constitución de 1886 dispuso que el Ministerio Público estaba bajo la “suprema dirección del Gobierno”, el presidente no nombraba al procurador sino que lo ternaba, para que lo eligiera la Cámara de Representantes. Muchos de ellos guardaron su independencia frente al Ejecutivo, como debe ser.
Tan importante fue el cargo de procurador en el siglo pasado, que algunas constituciones le dieron vocación presidencial cuando hubiera ausencia del titular. Y fueron varios los procuradores que se encargaron del gobierno: Bartolomé Calvo, en 1859; Juan Agustín Uricoechea, en 1863; Manuel María Ramírez, en 1877; Clímaco
Calderón, en 1884, y José Vicente Concha, quien primero fue procurador y luego fue elegido presidente de la República para el período de 1914 a 1918.
No habría que pensar en acabar con la Procuraduría sino en reformarla, hacerle algunos ajustes, como el de no sancionar a aquellos funcionarios que han sido elegidos popularmente, como pretendió hacer Alejandro Ordóñez con el alcalde Gustavo Petro. De esta manera se da cumplimiento a las decisiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Procuradores ha habido de todos los pelambres, como aquel que solo luchó por su jubilación. Por eso pasó a la historia y se le conoció como el procurador general de la Pensión.