“Woun i Mujer Wounaan”, el corto indígena ganador en SmartFilms
En lo alto de una vereda del municipio de Quinchía (Risaralda), Diana Cecilia Duque Muñoz se enteró de que su cortometraje era el ganador en la subcategoría Mejor Documental en el Festival SmartFilms 2022, patrocinado por El Espectador.
¿Cuándo se dio esa cercanía con los pueblos indígenas?
Esto se dio para el año 2015, gracias al resguardo indígena wounaan, en el departamento de Chocó, porque debido a la búsqueda infructuosa de empleo en Armenia, y gracias a un maestro miembro de un colectivo cultural de la ciudad, se me dio la oportunidad de viajar para trabajar como docente de lenguaje en dos resguardos indígenas wounaan, para el año 2018, con Unión Balsalito, comunidad que en tan solo un año logró cautivarme de manera especial y así conocer a fondo varias problemáticas.
¿Cómo fue esa experiencia de estar lejos, en lo profundo de la selva y sin comunicación?
Durante los cuatro años que estuve para trabajar, convivir y compartir con los dos resguardos wounaan tuve el tiempo para pensar que si estaría internada en una selva, sin comunicación y sin nada, pues no me la pasaría únicamente como docente. Así que me propuse alternar las clases de lenguaje con el ejercicio de mi profesión como comunicadora. Atendiendo las necesidades básicas del resguardo, como una labor comunitaria, es decir, por iniciativa propia, sin lucrarme de nada. Era la que redactaba comunicados, les ayudaba con la elaboración de proyectos, les hacía diseños, entre otras cosas, y en la medida de sus posibilidades.
¿Qué problemática descubrió estando dentro de la comunidad wounaan?*
Durante los años que tuve la oportunidad de estar allí entre los wounaan, y en mi ejercicio como docente y gestora cultural, me di cuenta, lastimosamente, de que la mujer wounaan está invisibilizada. Un ejemplo de ello fue darme cuenta de que, hace mucho tiempo, un gobernador o autoridad tradicional de la época expidió un decreto que impedía a las mujeres estudiar, solo podían hasta quinto. Noté que el machismo estaba muy arraigado, pues piensan que si una mujer estudia va a lograr salir adelante y no la van a poder manipular, y que su función debe limitarse a las labores domésticas. Esta realidad me marcó como mujer y como periodista, que pese a desvincularme tiempo después de este resguardo, en mi mente siempre estuvo presente la situación de estas mujeres.
¿Cuántos años transcurrieron en volver a conectar con esta comunidad?
Con el pueblo indígena wounaan, con quienes realice el documental, nunca perdí conexión. Es decir, después de cuatro años de haber estado como docente de lenguaje en esta parte del país, y a pesar de la distancia en km, siempre hubo comunicación constante. Incluso trato de ir aunque sea una vez al año. Pero para mayo de este año se me presentó la oportunidad de apoyar a mi compañero de vida y excoordinador de la Guardia Indígena del departamento del Cauca, para capacitar en guardia escolar a los estudiantes de la comunidad wounaan Unión Balsalito. Pero este regreso estuvo marcado por situaciones delicadas de orden público que hicieron cambiar el rumbo de muchas cosas.
¿Cómo nació entonces la idea de realizar el corto “Woun i Mujer Wounaan”?
La idea partió desde el empoderamiento de la mujer en sí. Porque las mujeres wounaan han sido muy vulneradas y criticadas por el solo hecho de estudiar y desear salir adelante, por eso las protagonistas -las docentes Yenni Cardena Mepaquito y Magnolia Membacheson un ejemplo de superación y empoderamiento para otras, pues se atrevieron a hacer cosas que a la vista de los hombres son rechazadas. Pero como ya había estado años atrás en la comunidad, pues conocía la problemática de fondo, y la idea era exaltar en cierta manera a esas mujeres que, desde el anonimato, se han atrevido a ser diferentes pese a las críticas y el rechazo.