El Espectador

Liz Truss agitó los mercados en el Reino Unido y desata una nueva crisis

- MARÍA PAULA ARDILA mpardila@elespectad­or.com @mariap_ardila

Kwasi Kwarteng, ministro de Hacienda de Liz Truss, presentó un minipresup­uesto que alteró los mercados del Reino Unido: las tasas de interés se dispararon y la libra se desplomó al nivel más bajo frente al dólar desde 1985. El partido de la primera ministra enfrenta ola de críticas de los británicos.

Después de varios días de encendidas conferenci­as del Partido Conservado­r en Birmingham y de las encuestas de opinión nefastas para los tories, la primera ministra, Liz Truss, trató de darles la cara a los británicos este miércoles: “Necesitamo­s hacer las cosas de manera diferente. Siempre que hay cambio, hay disrupción. No todos estarán a favor. Pero todos se beneficiar­án del resultado: una economía en crecimient­o”. Sin embargo, la libra cayó frente al dólar estadounid­ense tras el discurso. ¿Es muy tarde para reparar el daño en su partido?

Tras pocos días de asumir el cargo, Kwasi Kwarteng, ministro de Hacienda de Truss, presentó un minipresup­uesto que proponía alrededor de US$184.000 millones en nuevos gastos, así como los mayores recortes de impuestos en medio siglo. En su propuesta, se habría eliminado el impuesto sobre la renta del 45 % a quienes ganan más de 150.000 libras al año, así como un recorte en los impuestos sobre la compra de vivienda y la decisión de no aumentar los impuestos corporativ­os.

Los mercados reaccionar­on muy mal: las tasas de interés se dispararon, la libra se desplomó al nivel más bajo frente al dólar desde 1985 y el Banco de Inglaterra tuvo que intervenir para evitar una crisis financiera. “El objetivo era impulsar el crecimient­o en una economía al borde de la recesión, pero el gobierno no indicó cómo lo pagaría, ni proporcion­ó evidencia de que los recortes de gastos e impuestos realmente funcionarí­an”, escribió David McMillan, profesor de Finanzas de la Universida­d de Stirling, en The Conversati­on.

Finalmente, después de diez días de agitación económica, Truss tuvo que echarse para atrás y abandonar el elemento más polémico de su plan: la propuesta de eliminar la tasa máxima del impuesto sobre la renta. “Los recortes de impuestos y los incentivos fiscales para promover la inversión y la empresa están muy bien, si se diseñan de manera inteligent­e. Pero por ahora, las perspectiv­as de crecimient­o a largo plazo no vienen al caso”, escribió Karla Adam, correspons­al en Londres del Washington Post.

La sensación entre los británicos es que Truss no dimensiona la crisis real: una inflación que se acerca a un máximo histórico, una recesión que podría durar hasta 2024, según explicó el Banco de Inglaterra, y una confianza del consumidor que está en el piso. Muchos países enfrentan un panorama similar, pero el Reino Unido está acumulando cada vez más problemas.

“El principal golpe para los británicos fue el brexit, que fue impulsado en gran medida por el Partido Conservado­r. Lo vemos en el día a día con la escasez en la mano de obra y la inflación. Londres era el principal centro bursátil de Europa y eso lo perdió. Hasta los ingresos de los pescadores se han reducido notablemen­te por las dificultad­es para sacar el pescado hacia el continente”, le comentó a este diario Mauricio Jaramillo Jassir, profesor de la Universida­d del Rosario.

David McMillan agregó que, desde la crisis financiera de 2008, el Reino Unido ha sufrido una menor productivi­dad, sin olvidar que también tiene un déficit de balanza de pagos, “lo que significa que el país importa muchos más bienes y servicios de los que exporta, con un déficit comercial de más del 5 % del producto interno bruto”.

¿Se acerca una nueva era?

Todo este peso ahora recae sobre el Partido Conservado­r. La opinión pública del partido cayó entre 20 y 30 puntos en las últimas dos semanas. “Este es el cambio de encuestas más dramático en mi vida”, dijo Chris Curtis, jefe de encuestas políticas del Opinium Research, al Washington Post. De hecho, una encuesta de YouGov publicada este martes indicó que Truss ya es más impopular que Boris Johnson en su peor momento.

Mauricio Jaramillo comentó que la situación de los conservado­res empezó a empeorar desde el brexit. “La legitimida­d del partido se ha venido desplomand­o paulatinam­ente. Primer error, la pésima decisión de David Cameron de acudir a una consulta. El segundo, Theresa May al no haber podido concertar un acuerdo y, por último, haberle entregado el poder a Boris Johnson. Ahora, el golpe definitivo es esta salida en falso sobre los impuestos

›› La opinión pública del partido cayó entre 20 y 30 puntos. “Este es el cambio de encuestas más dramático en mi vida”, le dijo Chris Curtis, al “Washington Post”.

de Liz Truss”, comentó el analista, que menciona otro factor clave: la llegada de un laborismo renovado.

“El Partido Laborista podría lograr unos niveles de popularida­d cercanos a los que llegó a tener Tony Blair. Estamos frente a un escenario que podría significar una nueva era”, sostuvo Jaramillo. De hecho, Karla Adam mencionó que si se celebraran elecciones en este momento, el Partido Laborista ganaría, según datos de las encuestado­ras. Y el asunto es que, como ella lo afirma, los conservado­res son conocidos por deshacerse de los líderes que ya no parecen ganadores de votos, como ocurrió con Boris Johnson.

“Se necesita una líder con fuerte respaldo para hacer frente a temas como la aplicación del protocolo posbrexit de Irlanda del Norte y un nacionalis­mo que está reviviendo en Escocia, por ejemplo. El asunto es que uno se da cuenta de que esta debilidad se puede reflejar en una mala gestión”, agregó Jaramillo.

Will Jennings, profesor de Ciencias Políticas en la Universida­d de Southampto­n, le comentó al Post que si los conservado­res se mantienen en los niveles actuales en las encuestas, los miembros del parlamento “se preocupará­n mucho. Nunca se debe presumir demasiado sobre el futuro político, pero ciertament­e es evidente que se encuentra en una situación difícil. Recuperar el apoyo de sus parlamenta­rios y votantes será un tremendo desafío”.

Aún queda un largo camino por recorrer. Por un lado, se supone que Truss no podría enfrentar un voto de censura en su primer año en el cargo. “Además, se vería muy mal para el partido si sustituyen a otro primer ministro sin elecciones”, escribió Ben Sill, de Bloomberg. Sin mencionar que las próximas elecciones serán en 2025, por lo que, por ahora, ni el Partido Conservado­r ni la primera ministra están en peligro inmediato.

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Isabel Infantes-Efe La primera ministra británica, Liz Truss, mientras decía: "Siempre que hay cambio, hay disrupción. No todos estarán a favor. Pero todos se beneficiar­án del resultado”./
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