Artes para los niños

SI SE QUIERE QUE LA EDUCACIÓN DE los niños incluya el saber gozar de las bellas artes, se debe comenzar lo antes posible. Lo anterior parece una frase de Perogrullo, pero la triste realidad es que hay que citarla, ya que uno nota el poco interés que existe en las entidades que se dedican a la cultura para atraer desde muy temprano a un público infantil. Quizá la excepción sea el programa bautizado “Cien mil niños al Mayor”, una iniciativa que lleva con frecuencia a los alumnos de escuelas a funciones especiales en el Teatro Julio Mario Santo Domingo, para que desde su infancia los niños tengan contacto con las artes escénicas. Ese es un ejemplo de cómo deberían otras entidades comenzar a hacer eventos dirigidos a que desde muy temprano los estudiantes se pongan en contacto con las artes.

Para citar un recuerdo personal, en los primeros tiempos de la Sinfónica que dirigía Guillermo Espinosa, los domingos por la mañana en el Colón había conciertos infantiles en que se presentaban y explicaban en forma de cuento obras importantes de la música y además se invitaba a los niños a participar activamente en la función, con concursos de dibujo y canto.

Pero hoy día no existen casi intentos de hacer, por ejemplo, teatro o conciertos para niños, o que en los museos se hagan exhibiciones dedicadas al público infantil con la presentación de obras importantes, o concursos de lectura que aficionen a los menores a los libros.

Sé que hay algunos casos aislados, como el que se anotó al principio, pero si se quiere que para el futuro haya, por un lado, nuevos artistas y, por el otro, público que aprecie las manifestaciones del arte y la cultura, el organizar eventos dedicados a la educación de los niños para que sepan gozar de la gran herencia artística de la humanidad es algo indispensable.