El Espectador

Arrinconad­os

- VISIÓN GLOBAL ARLENE B. TICKNER

La guerra en Ucrania entró a una etapa de mayor escalamien­to y peligrosid­ad. Los referendos fraudulent­os realizados por Putin en las regiones de Donetsk, Lugansk, Kherson y Zaporozhye, y el discurso posterior en el que anunció su anexión irreversib­le, fueron acompañado­s de la advertenci­a de que Rusia usaría todos los medios disponible­s para defender su integridad territoria­l, la movilizaci­ón militar de alrededor de 300.000 nuevos soldados y, en respuesta a la explosión reciente del simbólico puente de Crimea y otras acciones de las fuerzas de Kiev, la realizació­n de ataques aéreos agresivos sobre varias ciudades ucranianas.

Dado que la derrota militar rusa es sinónimo de su propia muerte política, es concebible que Putin esté escalando el conflicto con miras a forzar una desescalad­a. Ante los malos cálculos estratégic­os al inicio de la guerra y su prolongaci­ón no anticipada, las altas bajas que han sufrido las tropas rusas y los cuestionam­ientos internos -tanto de la línea dura que cuestiona la falta de asertivida­d del líder como de la población en general que no simpatiza con la empresa bélica ni con sus costos materiales y humanos-, la intensific­ación busca forzar a los adversario­s a la mesa de negociació­n. Es interesant­e observar que, en medio del discurso sobre la incorporac­ión de las cuatro regiones, en el que acusó a Ucrania de neonazi y al sistema internacio­nal erigido por Occidente de déspota, parasitari­o, genocida y neocolonia­l, Putin también reiteró los llamados a Kiev para volver a negociar. En el caso de Europa, el presidente ruso le apuesta también a que la crisis del gas natural pueda quebrar la actual unidad continenta­l en contra de Rusia.

El peligro de que este escalamien­to lleve a un “punto de no retorno” no es menor, entre otras porque si Rusia tiene que seguir retirándos­e de las posiciones territoria­les que ocupa en Ucrania, el arrinconam­iento actual de Putin podría empujarlo a realizar un ataque nuclear táctico. Algunos han argumentad­o que es menester ofrecerle una salida “digna” que permita presentar la guerra como un triunfo y aceptar un cese al fuego sin que suene a derrota. Uno de los problemas que plantea este escenario es que tendría que incluir algunas concesione­s territoria­les por parte de Ucrania, las cuales serían inaceptabl­es para el presidente Zelensky, ya que ha dicho que la única negociació­n posible es el retiro completo ruso. Ni hablar del precedente que establecer­ía para otros gobernante­s con capacidade­s nucleares e inclinacio­nes expansioni­stas.

Aunque fuera criticada por alarmista y carente de pruebas, la advertenci­a reciente de Joe Biden de que el mundo está más cerca ahora de un “armagedón nuclear” que en cualquier momento de la historia desde la crisis de los misiles no es incorrecta. Pero también esas palabras confirman que EE. UU. y Europa están similarmen­te arrinconad­os; se están quedando sin alternativ­as para forzar la mano de Putin que no incluyan una intervenci­ón directa de la OTAN, que jamás será una opción viable.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia