El comercio tras la reapertura de la frontera
En Cúcuta, los gremios y el gobierno local reconocen la importancia de la confianza para incentivar el comercio formal y enfrentar el contrabando.
La apertura de la frontera con Venezuela trajo gran expectativa económica en Norte de Santander. Tras siete años de relaciones rotas, en los que varios factores, como la pandemia y la masiva migración, generaron nuevas necesidades en ambos países, está claro que, pese al cierre de los puentes, el vínculo comercial no se perdió y la informalidad y el contrabando ganaron más protagonismo.
El paso peatonal por el puente Simón Bolívar estaba abierto desde antes de que se hicieran los anuncios de reapertura de la frontera. Lo que cambió es que ahora quienes transitan a pie deben hacerlo por alguno de los dos costados peatonales que se demarcaron para darle vía al paso vehicular, por donde en estos últimos 15 días han pasado no más de 30 camiones con mercancía.
Además, Migración Colombia redujo los requisitos para ingresar al país, permitiendo presentar solo uno de los tres documentos que se solicitaban antes: cédula venezolana, pasaporte o la tarjeta de movilidad fronteriza. Pero esto no ha impedido que debajo del puente sigan siendo centenares de personas las que cruzan a diario y que por trochas cercanas, como Los Mangos y La Marranera, se siga moviendo mercancía informalmente.
Una de las integrantes de la Asociación de Pequeños Comerciantes de los Almacenes Populares en Cúcuta asegura que fueron muy altas las expectativas en los pequeños comerciantes. “En el centro, en la séptima con once, eso es solo. Pensamos que las ventas iban a mejorar en estos días, pero después de la reapertura de la frontera todo sigue igual. No voy a negar que han abierto más locales, pero aquí lo que nos mantiene son los que vienen a comprar para revender y la temporada navideña”.
Lo que ocurre es que el comercio diario no ha parado. Desde antes de la apertura se movilizaban 30.000 venezolanos a diario y pendularmente por los puentes y las trochas, por lo que el comercio también se mantenía, pero por los llamados caminos verdes, sin controles aduaneros o sanitarios.
Francisco José Unda, gerente de la seccional Norte de Santander de la Andi, comenta que se sabía que las dinámicas no iban a generarse tan rápidamente en la frontera, aunque sí esperan que parte de lo que se mueve por Paraguachón (La Guajira) comience a pasar por Cúcuta. “La realidad es que en estos siete años hubo una ruptura muy fuerte entre los sectores de ambos países, y antes de eso habíamos tenido problemas con los pagos a las empresas colombianas de parte de Venezuela”.
Por otro lado, Unda señala que el mayor impacto del cierre del paso “fue que una frontera en la que siempre había habido contrabando se volvió una frontera de contrabando, y eso tuvo un impacto muy fuerte en las costumbres locales. No obstante, desde la apertura se ha visto una reducción considerable del comercio ilegal e incluso, ahorita, en los municipios venezolanos aledaños a Cúcuta hay escasez de productos, lo que debería servir para que aumente el comercio formal y empecemos a movernos”.
Al respecto, Sergio Maldonado, secretario de Desarrollo Social de Cúcuta, manifiesta que desde la Alcaldía una de las principales expectativas era la recuperación del comercio de carga formal sobre los puentes. Por eso, en búsqueda de la recuperación de confianza con el mercado venezolano, en noviembre se abrirá un espacio para acceder a normas internacionales de contabilidad.
“Llevamos 15 días de apertura y estamos cercanos al millón de dólares en transacciones, y aunque ha sido lento el tránsito es constante, por lo que esperamos que al finalizar el año la actividad comercial mejore y que las garantías del paso permitan el acceso a un comercio más formal”, dijo Maldonado.
Para Ketty Laguado, directora de Corpomoda, aunque por ahora todo está muy quieto, varios empresarios están reabriendo sus fábricas en Venezuela. Frente a las compras, señala que aún hay quienes prefieren la trocha, pues quienes compran desde Venezuela determinan cómo entrar la mercancía a su país, pero creo que todo se va a comenzar a normalizar cuando esté habilitado el paso vehicular. “Vamos a hacer una feria de insumos en marzo con ese enfoque binacional, con el que queremos que las empresas que se atrevieron vengan a abastecerse y movamos la industria en 2023”, señala Laguado con la misma expectativa con que los gremios esperan el restablecimiento en la frontera.
‘‘Es muy importante que los dos países se comprometan a generar confianza dentro del respeto irrestricto de las normas que se establezcan para el ejercicio de las importaciones y exportaciones”
Fenalco (Federación Nacional de Comerciantes)