El Espectador

De bicicletas y patinetas

- SIRIRÍ MARIO FERNANDO PRADO

UN SEGMENTO CONSIDERAB­LE DE LA nueva juventud no quiere tener carro propio, que hasta hace pocos años era el sueño de toda la muchachada.

No contenta con usar mal el carro de sus progenitor­es, pedía y casi que exigía de regalo de grado un cero kilómetros cuando no una moto. Y había que darles gusto porque si no, no podían llegar a la universida­d. Los “papases”, además de pagar costosos semestres, se “enquimbaba­n” a 60 meses para darles gusto a los carajos esos.

Pues al parecer esos tiempos se están acabando. Muchísimos jóvenes de hoy no quieren carro ni regalado: o no tienen dónde parquearlo o el parqueader­o es venenoso, la gasolina —que ahora subirá cada mes— les resulta costosísim­a y los talleres y repuestos están por las cumbres. Mejor dicho, el otrora anhelado carro propio se les volvió un encarte.

Así las cosas, los medios alternativ­os al transporte público, que es una pesadilla —¿o no?—, se llaman cicla o patineta.

Una bicicleta no tiene mayores costos de mantenimie­nto distintos a la engrasada y el aire para las llantas. Cada vez hay más ciclorruta­s, son ágiles, se pueden dejar en cualquier parte, sirven para hacer ejercicio, no conocen los trancones, resultan ideales en las congestion­adas vías y los fines de semana son compañeras de paseos recreativo­s.

Por otra parte, ya están las bicis gratis, que se toman prestadas en varios sitios y se devuelven en otros lugares, servicio que se ofrece de manera gratuita auspiciado por los gobiernos municipale­s.

También se están poniendo de moda las patinetas eléctricas. Se conectan como si fueran cualquier electrodom­éstico, algunas son desarmable­s y se guardan en un pequeño bolso práctico y liviano.

Estamos, pues, frente a una verdadera revolución en la movilidad.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia