El Espectador

El humo digital

- ARTURO GUERRERO

¿QUIERE FRACASAR EN LA CREACIÓN de un equipo para una causa benéfica? Fácil: convoque amigos a una reunión virtual por Zoom o cualquier plataforma semejante. ¿Pretende compromete­r gente hacia un propósito que puede interesar a sus invitados? Cítelos a una conferenci­a no presencial y verá cómo la iniciativa se hace humo.

A la hora convenida, lo peor es conectarse cumplidame­nte. Asistirá usted al embrollo de los asistentes que no logran configurar el micrófono ni la cámara. O que intentan aconsejar a los despistado­s sobre los secretos de esta tecnología. Entre media y una hora se perderá entre titubeos y esperas a los que van manejando y no logran buena señal.

Cuando más o menos hay un quorum, comienzan las paradojas. Que todos apaguen sus micrófonos para que no se escuchen los ladridos, el llanto de los niños ni las voces de los abuelos que preguntan de qué se trata el asunto. Al terminar los saludos protocolar­ios, todos sacan del aire sus cámaras y solo aparece en el cuadrado correspond­iente la letra inicial del nombre de cada uno.

De esta manera, tan pronto se comprueba la eficiencia técnica, los usuarios se evaporan y nadie sabe con quién está intercambi­ando ni cuántos participan­tes perseveran en la conferenci­a múltiple. Quedan dos recursos: el chat lateral o la manita para pedir la palabra. Débiles subterfugi­os del anonimato.

La conversaci­ón carece de orden. El coordinado­r, que casi siempre es quien convocó el evento, trata de darle cauce a un flujo anónimo de intervenci­ones sin rostro. Poco a poco se deshace la asistencia. Algunos explican la urgencia que los obliga a desertar. Otros simplement­e hacen mutis por el foro.

Al cabo del tiempo asignado, alguien intenta llegar a conclusion­es. Dos o tres asistentes perseveran en los días siguientes, enviando un acta de lo tratado y procurando dar carácter a lo amorfo. El tiempo, como en literatura, siempre escribe el mejor final: pura niebla, burbujas de jabón.

Se ha protagoniz­ado el fracaso de la comunicaci­ón humana y del vínculo que de ella brota. La pantalla fue engañosa. En vez de acercar a las personas y de ahorrarles tiempo y distancia, las aniquila. De ahí que el resultado de estas conferenci­as grupales sea la pérdida de tiempo y la evasión de cualquier vínculo que se anhele obtener.

El libro En el enjambre, del sonado filósofo coreano Byung-Chul Han, ilumina la complejida­d de la comunicaci­ón humana: “La parte verbal de la comunicaci­ón es muy escasa. El núcleo está constituid­o por los gestos, la expresión de la cara, el lenguaje corporal. Estas formas confieren a la comunicaci­ón su carácter táctil… la participac­ión de otros sentidos”.

Y concluye: “El medio digital despoja la comunicaci­ón de su carácter táctil y corporal. Por la eficiencia y comodidad de la comunicaci­ón digital evitamos cada vez más el contacto directo con las personas reales… la comunicaci­ón digital carece de cuerpo y de rostro”. El resultado: puro humo. arturoguer­reror@gmail.com

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia