El Espectador

Inteligenc­ia artificial de Colpension­es

- PABLO LEYVA

EN ENTREVISTA CON EL ESPECTAdor (11/08/2022), Javier Eduardo Guzmán, presidente encargado de Colpension­es, precisó aspectos claves para la reforma del sistema pensional: “Si las personas no pueden cotizar, si no tienen trabajos formales y estables, es muy difícil que lleguen a pensionars­e”. “En el mejor de los casos, el 66 % de la población colombiana no va a tener acceso al sistema general de pensiones”. “Hay que buscar mecanismos para que quienes trabajan de manera independie­nte también coticen”. “Lo primero que hay que hacer es atacar el tema del mercado laboral”. Reflexiona­r sobre el “mercado laboral” exige un examen profundo de la estructura productiva. ¿Cómo se tendrá que reorganiza­r la sociedad para manejar el enorme déficit social y garantizar una pensión para todos? ¿Cómo evoluciona­r y dinamizar una legislació­n anacrónica que tiene serias implicacio­nes sociales, económicas, políticas y enormes costos administra­tivos?

Una dificultad para el ciudadano del común es entender el significad­o de RAIS, AFP, RPM, BEPS, etc., y las consecuenc­ias de entrar en el laberinto de estas siglas por el resto de vida. El sistema pensional debe ser sencillo, preciso. También debe considerar al empleador: grandes, medianas, pequeñas y microempre­sas o personas. Estas últimas no son empresas por el hecho de contratar a una persona de apoyo doméstico, lo que dificulta el empleo y desgasta la administra­ción.

La inteligenc­ia artificial de Colpension­es y sus robots informátic­os detectan unos días de retraso en un pago de hace más de 20 años, errores de digitación en un talonario impreso del Seguro Social o del operador actual, por ejemplo Compensar, o posibles inconsiste­ncias entre Colpension­es y el operador, y convierten automática­mente todo en una deuda “presunta” o “real”, objeto de requerimie­ntos, cobros coactivos y amenazas de embargos que obligan al empleador, en especial a las personas naturales, a entrar por el Portal del Aportante a un proceso kafkiano de “asesores” telefónico­s o chats, múltiples y redundante­s correspond­encias físicas o electrónic­as, imágenes de planillas y comprobant­es de pago dirigidos a despachos desincroni­zados: Dirección de Ingresos por Aportes, Gerencia de Financiami­ento, Dirección de Cartera, Dirección de Historia Laboral, Grupo de Corrección Empresaria­l, Defensoría del Consumidor Financiero… A pesar de que la “deuda” que reclama Colpension­es sea menor y de los comprobant­es de pago y pruebas que se aporten, pueden pasar meses para lograr algunas correccion­es…

Se puede ir personalme­nte a los puntos de atención en donde no hay trato preferenci­al ni precaucion­es para las personas mayores, con restriccio­nes de salud o discapacid­ades. Esperar en la calle, lograr un turno, ser atendido, remitido al sector de empresas a competir con mensajeros o ser enviado al Supercade Calle13 para enterarse de que hay errores que allí no pueden corregir…

Antes de ser declarado culpable por los robots informátic­os, si el sistema lo permite, es mejor pagar el aporte dos veces con intereses y luchar para que retiren la “deuda” del Portal del Aportante. Doctor Guzmán, usted inspira confianza. Colpension­es amerita una reforma institucio­nal profunda.

Adiós al ingeniero

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