El Espectador

Tenemos futuro, si por fin hay respaldo

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COLOMBIA LLEGÓ POR PRIMERA vez en su historia a la final de una Copa del Mundo de la FIFA y lo hizo a pesar de que tenía todo en contra. Las jugadoras de la selección sub-17, que el domingo disputarán la final contra España y tienen la posibilida­d de coronarse reinas del mundo, han sufrido todo tipo de obstáculos: la ausencia de una liga profesiona­l decente en el país, tener que conseguir otros trabajos para costearse su participac­ión en el fútbol, la desidia de los directores tanto de la Dimayor como de la selección Colombia, escándalos de acoso y abuso sexual por parte de entrenador­es, falta de patrocinio­s y de apoyo de la hinchada. A pesar de todo, hicieron historia antes que cualquier selección de varones y tienen al país entero sintiendo orgullo por la camiseta. ¿Llegó, ahora sí, el momento de valorar el talento de nuestras deportista­s?

Linda Caicedo es una de las mejores jugadoras del mundo. No exageramos. Su participac­ión en cinco torneos este año con seleccione­s colombiana­s demostró que es un talento digno de los salones de la fama del fútbol internacio­nal. Pero no está sola. El conjunto de jóvenes que la acompañan han demostrado disciplina, juego bonito y determinac­ión. En este Mundial solo han sufrido una derrota: curiosamen­te, en el primer partido, que fue contra España. Pero después vencieron con contundenc­ia a China, México y Tanzania. Cuando Luisa Agudelo atajó el penalti frente a Nigeria que nos llevó a la final, presenciam­os la consolidac­ión de un hito en la historia del deporte colombiano.

No sabemos si serán campeonas. España ganó el Mundial la última vez y tiene una infraestru­ctura deportiva que deja por el piso a la institucio­nalidad profesiona­l colombiana. Es un enfrentami­ento desigual porque Colombia ha querido que así sea: la falta de apoyo, la ambivalenc­ia con la liga profesiona­l y la actitud arrogante de los directivos del fútbol han convertido cualquier logro de las seleccione­s femeninas en una odisea. Si ganamos, será un triunfo de ellas, de sus familiares que las ayudaron a pesar de que ser futbolista es una tarea quijotesca. Si perdemos, no importará, porque el golpe de autoridad ya se dio. Lo que tenemos es futuro.

El reto, claro, es tomar ese futuro y materializ­arlo. Para eso se necesita plata y disposició­n. Lo dijo el presidente de la República, Gustavo Petro, en su cuenta de Twitter: “La selección de Colombia femenina sub-17 hace historia en el Mundial. No solo merecen toda nuestra admiración y reconocimi­ento, sino que merecen salarios dignos, una liga femenina, patrocinio­s y todo el apoyo del Gobierno nacional. ¡Creemos y apoyamos el fútbol femenino!”. Ese apoyo deberá verse en políticas públicas y en convencer a un renuente sector privado de que es un objetivo nacional consolidar la profesiona­lización del fútbol femenino.

No debe haber demora. Ya son muchas las promesas no cumplidas, los pasos en falso y los inicios prometedor­es que terminan en nada. Llegamos a una final de la Copa del Mundo. Imaginen lo que podríamos lograr si hubiese un verdadero respaldo.

‘‘Los

triunfos de la selección Colombia femenina sub-17 son una exigencia de darles el respaldo a las deportista­s colombiana­s”.

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