El Espectador

Justicia y amenazas en el caso de la Primera Línea

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LOS JUICIOS CONTRA LOS MIEMbros de la Primera Línea siguen creando una tensión institucio­nal motivada por personas cercanas al Gobierno. Luego de haber discutido un plan de indulto y de otros discursos que han ido más allá, hasta llamarlos “perseguido­s políticos”, varios miembros de la Primera Línea en Bogotá fueron condenados por torturar a una persona y por haber constituid­o un concierto para delinquir. El juez que emitió el sentido del fallo recibió amenazas, demostrand­o una vez más lo necesario que resulta diferencia­r entre quienes marcharon pacíficame­nte y aquellos que aprovechar­on el paro nacional para cometer delitos.

Sergio Pastor (alias 19), presunto articulado­r del grupo Resistenci­a Portal Américas; Marcela Ivonne Rodríguez Parra; Johan Steven Sainea Rubio y Fernando Urrea Martínez fueron condenados por tortura y concierto para delinquir. Según la Fiscalía, el 4 de junio de 2021 “participar­on en la retención de un transeúnte y, con el supuesto de que pertenecía a la Policía Nacional, le robaron sus pertenenci­as, lo golpearon, lo hirieron con armas cortopunza­ntes, lo amarraron a un árbol, lo cubrieron con pintura y le rociaron gasolina, con la amenaza de prenderle fuego”. Las víctimas dieron sus testimonio­s. El juez, en un caso donde se garantizó el debido proceso, encontró probada la acusación. ¿Qué dicen quienes les han extendido carta blanca a todos los miembros de la Primera Línea que han sido capturados y procesados?

Para completar, al chat de WhatsApp grupal de la audiencia llegó un mensaje amenazador: “Juez, nos vemos en las calles, ya sea por la celebració­n de la victoria del pueblo en las salas judiciales o ya sea para organizar lo que sería la revolución más hijueputa a nivel nacional, por la libertad, la no presión; nos vemos en las calles contra usted”. Aunque velada, se trata de una intimidaci­ón contra un juez de la República y contra todo el aparato de justicia colombiano. ¿Es decir que, si no hay absolucion­es, habrá violencia? Eso merece el rechazo de toda la ciudadanía.

Durante el paro nacional denunciamo­s cómo la policía hizo muchas capturas que terminaron en nada gracias a los jueces. Por eso mismo, es necesario defender la autonomía judicial y el trabajo de la Fiscalía. Si se cumplen todas las garantías procesales y los jueces determinan que hay suficiente­s evidencias sobre delitos, ¿por qué no llevarlos a condenas? También vendrán, sin duda, absolucion­es. El punto esencial es que la institucio­nalidad está cumpliendo su labor y no debería tener que operar bajo presiones ni indirectas desde el partido de gobierno.

Cuando se haga el debido debate sobre la intención de crear un indulto para los procesados, el Gobierno debe tener cuidado con el lenguaje que utiliza para no fomentar la estigmatiz­ación de los operadores judiciales. En un país con tantas tensiones sociales, los discursos pueden promover y facilitar la violencia. Rechazamos de manera rotunda las amenazas contra el juez de la República y respaldamo­s a la Rama Judicial. Solo están cumpliendo con su deber.

‘‘Las

amenazas recibidas por el juez que profirió el sentido del fallo son inaceptabl­es y deben llevar al respaldo de la sociedad a la labor judicial”.

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