De trizas y bajas pasiones
SE NOTA LA ANSIEDAD DE ALGUNAS aves carnívoras que esperan con dientes afilados el corte de los 100 primeros días del Gobierno. La misma que tenían, incluidos unos periodistas autoproclamados como influenciadores, con la llegada a $5.000 de la cotización del dólar. Como si ellos y sus familias vivieran en otro país.
Para poder diferenciar, deberían comenzar con el corte de cuentas del fatídico gobierno de Duque, cuya sombra se extiende inclemente y dejó sembrado el territorio de grupúsculos variopintos que hacen más complejo el rompecabezas que intenta armar, con el optimismo propio de quien comienza, el comisionado de Paz. El resultado es esa cifra incomprensible del asesinato de casi 350 firmantes del Acuerdo del Colón y el reguero de víctimas entre líderes sociales.
Y no hablemos de la economía fracturada que dejó Duque y le achacó a la pandemia. O del crecimiento desmesurado de sembrados de coca, o de relaciones internacionales hechas añicos merced al personaje que provino del absurdo para caer en la ramplonería y el desprestigio. Nunca serán suficientes las palabras para narrar esa infamia.
Dicho eso, la pregunta es quién podría matizar el balance del arranque del Gobierno
Petro, habida cuenta de que oposición, stricto sensu, no hay, solo bajas pasiones, y que los partidos políticos sucumbieron hace rato a las ambiciones de Uribe, de quienes él quiso formar a su imagen y semejanza, de quienes quisieron imitarlo o de quienes, como César Gaviria, no han entendido que ni el país ni sus “copartidarios” le copian, como sucedió en la aprobación de la reforma tributaria. Reciben pago en propia moneda: todo lo hicieron trizas, trizas cosechan.
Se requiere la mirada desapasionada de medios y academia para retroalimentar críticamente el cambio. Ah, y que no se dejen presionar por la rabia y la frustración de los perdedores en esta nueva hora que despierta esperanza. www.mariomorales.info y @marioemorales