“No hemos entendido que somos gobierno y no oposición”
Conocida en redes sociales como Mafe Carrascal, fue cabeza de lista del Pacto Histórico a la Cámara por Bogotá. Habla de sus retos y da un parte positivo de la labor realizada hasta ahora.
‘‘Nosotros aún tenemos que aprender cómo ser gobierno y ser bancada de gobierno. Ya teníamos muy metido cómo ser oposición, ahora hay que cambiar los papeles”.
¿Por qué saltar del activismo a la política?
Saltar del activismo a la política institucional, como le llamo en mi libro Más allá de la indignación, justamente tiene que ver con la idea de que las instituciones nos pertenecen a todos y todas. La ciudadanía tiene todo el derecho a ocupar los espacios de poder. Es muy importante que hagamos una política anfibia: en las calles -como lo he venido haciendo desde hace 12 años-, en las redes sociales y en las instituciones. ¿Algún cambio de lo que veía desde afuera a lo que se encontró
entrando a las lides políticas?
Tuve una posibilidad de ser asesora y eso me dio otra mirada del Congreso, aunque no es lo mismo que a ser representante a la Cámara. Se sienten cosas distintas. El día a día como activista les decíamos a los congresistas que trabajaran y resulta que los congresistas que trabajamos lo hacemos mucho. Sí se pueden hacer cosas. Tener el micrófono y la curul -que no me pertenece a mí, sino al millón de personas que votaron por nosotrosrepresenta cosas muy importantes y da la oportunidad de gestionar cosas para la gente y darles voz a los que no tienen esa voz. Además, ser bancada de gobierno es otra cosa.
¿Y qué encuentra en esa bancada de gobierno tan variada?
Es el sancocho nacional. Encuentro diversidad y muchas voces. Hay una pluralidad de voces que antes no se sentían representadas, porque al Congreso llegaban siempre los mismos: los lobistas de los sectores empresariales y de los medios de comunicación, y representantes de sectores que no eran mayoritarios. El Pacto Histórico demostró que sí pueden llegar las mayorías al Congreso. Están los indígenas, la mujer afro, la mujer joven empresaria y más. Está la diversidad cultural.
Una de las críticas que le hacen al Pacto es que incluyó a personas con mayor reconocimiento en redes que trayectoria política, ¿qué responde?
No sé cuales. Si ustedes miran, de las 51 personas que estamos, son muy pocas las que han llegado a través de las redes sociales. Por ahí son dos o tres, el resto están en otras bancadas. En el Pacto Histórico lo que sí tenemos es gente con trayectoria social de la base. Han estado desde hace muchos años luchando por la educación, la salud, el agro y más en distintas partes del territorio nacional. Otra cosa es que los políticos nos hemos tenido que convertir en influenciadores, porque nuestra voz en redes sociales tiene más posibilidades.
¿Cómo calificar el trabajo que han hecho en tres meses de Congreso?
Ha sido muy bueno. La diversidad que tenemos era todo un reto, pero hemos respondido. Dudábamos de cómo íbamos a poner de acuerdo a toda esta gente, pero lo hemos logrado, y un ejemplo de ello son los proyectos de “paz total”, Escazú y otros que hemos sacado adelante de la mano con el Gobierno. Demostramos que si nos juntamos hacemos la diferencia. Hemos hecho acuerdos sobre lo fundamental para sacar acuerdos muy importantes para el país.
Hablando de esos proyectos, incluyendo la reforma política, algunos los ven y dicen que de cambio no hay mucho, que es casi lo mismo de siempre...
Justamente nunca prometimos que el cambio se iba a dar ya. El cambio necesita tiempo y que se adecuen muchísimos sectores frente a temas estructurales para que realmente sea posible. Esto es una transición, porque no hay posibilidad de hacer cambios desde el Congreso y el Gobierno si la población no los hace con nosotros. La movilización y el fortalecimiento social deben permanecer. Tenemos que trabajar de la mano.
¿Qué pasa en el Pacto para cada que no se vota un proyecto o hay una falencia se le tilde del “nuevo Manguito” a alguno de ustedes? ¿Hay una cacería de brujas interna?
Voy a decir algo que puede ser impopular, y es que se culpe a un par de representantes o de senadores del Pacto cuando algo se cae y no se ponga el ojo o la mirada en los que votan en contra. Además, el Pacto Histórico no es el único de gobierno, aquí hay una responsabilidad compartida de todos los partidos oficialistas. Debe haber una responsabilidad de los que votan en contra de nuestras propuestas, como el servicio social para la paz. Hay cosas que ajustar, pero definitivamente estamos dando lo mejor de nosotros y estoy convencida de que lo que viene estará mucho mejor.
¿Es una queja a los otros partidos de
gobierno?
Creo que estamos en una transición democrática y había una deuda, porque este país no había tenido alternancia política y un presidente lejos de esas élites que nos vienen gobernando desde hace décadas. Esa transición puede ser traumática, pero estamos tratando de que sea con cambios sencillos y con acuerdos. Esos acuerdos nos han llevado a tener partidos de gobierno como los liberales, conservadores y la U. Son tradicionales, de los que tanto nos hemos quejado, pero es que, como dicen, “si no puedes con tu enemigo, únetele”. Y las democracias necesitan eso, que si gana uno, así sea distinto, llegue a hacer acuerdos. Digamos, nosotros aún tenemos que aprender cómo ser gobierno y ser bancada de gobierno. Ya teníamos muy metido cómo ser oposición, ahora hay que cambiar los papeles.
Ya que habla de avances, ¿cree que este Congreso les meterá mano a temas polémicos como aborto, eutanasia y similares?
Creo que sí. Las Comisiones Primeras tienen cada vez más un talante progresista, y hay un interés para legislar por los derechos de todos, todas y todes, porque hablamos también de cuerpos menstruantes y gestantes. Es un avance muy grande, porque estos debates antes no se hacían en el Congreso. Entendimos que no debemos legislar sobre las creencias personales, sino para que tengamos más derechos y garantías.