Elecciones en EE. UU.: ¿por qué la “ola republicana” no arrasó?
Los republicanos todavía tienen una oportunidad para ganar el control del Senado, pero las derrotas fueron serias. Analistas explican qué pasó con el liderazgo de los republicanos y con el papel de Donald Trump en los comicios.
Las elecciones intermedias de 2022 todavía están en juego, y es probable que no se tengan resultados definitivos por un tiempo. Pero, por ahora, sí podemos sacar una conclusión clave: “La gran ola roja”, de la que hablaron los republicanos en campaña, no se materializó en absoluto. ¿Qué pasó?
En términos generales, al cierre de esta edición, los republicanos habían ganado 206 escaños en la Cámara, frente a los 183 de los demócratas. En cuanto al Senado, los republicanos se habían llevado 48 escaños, la misma cantidad que lograron los demócratas. Por ahora el partido de Donald Trump es el favorito para una victoria en la Cámara. Sin decir que todavía tienen una oportunidad para controlar el Senado.
Pero las derrotas de los republicanos, y la resistencia de los demócratas, no pasaron inadvertidas. De hecho, el Washington Post dio un dato clave que nos ayuda a dimensionar los resultados: “Este escenario es drásticamente diferente a las pérdidas que sufrieron los demócratas en las elecciones intermedias a los dos años de la presidencia de Barack Obama. En ese momento el partido perdió seis escaños en el Senado y más de 60 en la Cámara”, se lee en ese diario.
El republicano Lindsey Graham hizo un comentario similar en NBC: “Definitivamente, ahora no vimos una ola republicana, eso es absolutamente seguro”.
Esto es importante, pues se sabe que las elecciones intermedias son una especie de referéndum sobre el desempeño del gobierno. “Pero este ha sido un año electoral inusual”, escribió Dan Balz, del Post. “Si fue un referéndum sobre Biden, también fue un referéndum sobre los republicanos”, agregó. No hay que olvidar que estos son los primeros comicios tras el ataque al Capitolio de enero de 2021, y luego de la decisión de la Corte Suprema de anular Roe vs. Wade.
“Todavía hay cierto recelo hacia las políticas de Donald Trump, hacia su propaganda casi que histérica. Podemos notar que la toma del Capitolio todavía cae mal en la población estadounidense que, a pesar de todo, todavía les tiene algo de fe a sus instituciones”, le comentó a este diario Alejandro BohórquezKeeney, profesor de la Universidad Externado, quien agregó que, sin duda, Trump no representa la totalidad del Partido Republicano.
Pero este escenario no era tan obvio: al menos siete de cada diez votantes dijeron que estaban insatisfechos con el estado del país, y un poco más sostuvo que EE. UU. iba en la dirección equivocada, según una encuesta del grupo de investigadores Edison Research. Con todo y eso, “la promoción de Trump de candidatos fuera de la corriente política principal, o de celebridades sin experiencia política, resultó ser costosa para los republicanos”, se lee en una publicación de Axios.
Ezra Klein, columnista del Times, también sostuvo que la calidad de los candidatos podría explicar la divergencia en el Senado. “Mi sospecha es que la polarización negativa les está salvando el día a los demócratas. Puede que la base no esté encantada con Biden, Chuck Schumer o Nancy Pelosi, pero realmente les temen a los republicanos”, escribió Klein, quien habló de otro componente clave: el miedo. “Los políticos a veces dicen que votar es un acto de esperanza. Pero igual es un acto de miedo. Y la esperanza es más escasa que el miedo en estos días”, agregó.
Algunos resultados importantes
Muchos de los candidatos seleccionados por el expresidente Trump fueron derrotados o tuvieron problemas en las contiendas. En el Senado, por ejemplo, los demócratas obtuvieron una victoria importante cuando el vicegobernador de Pensilvania, John Fetterman, derrotó al republicano Mehmet Oz. “La pérdida de Oz es el mayor golpe, porque probablemente no habría ganado sus primarias reñidas sin Trump”, explicó Aaron Blake, del Post. Los demócratas también obtuvieron resultados importantes en New Hampshire y Colorado.
Y en Pensilvania el demócrata Josh Shapiro ganó la carrera por la gobernación contra el republicano Doug Mastriano, y en Michigan, Tudor Dixon también sufrió una derrota frente a la demócrata Gretchen Whitmer, que fue reelecta para la gobernación.
Pero no hay que dejar de lado las victoria de los republicanos...
Más de 210 candidatos de este partido que cuestionaron las elecciones de 2020 ganaron puestos en el Congreso y en las contiendas estatales. Los republicanos mantuvieron sus escaños en Ohio, donde JD Vance, quien recibió el apoyo de Trump, venció al demócrata Tim Ryan. Y en Carolina del Norte, el republicano Ted Budd derrotó a la demócrata Cheri Beasley.
También habría que hablar de las elecciones en Wisconsin, donde el republicano Ron Johnson salió reelecto para el Senado. Johnson fue considerado el titular republicano más vulnerable en el Senado para enfrentarse a los votantes este año. Su victoria estrecha el camino de los demócratas para preservar su pequeña mayoría en la cámara alta del Congreso.
Los gobernadores republicanos Greg Abbott, de Texas, y Brian Kemp, de Georgia, ganaron la reelección. Sin decir que una de las grandes victorias fue la del gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, quien ganó la reelección “con márgenes que los republicanos no habían visto allí en dos décadas”, se lee en una publicación del Times.
¿Qué sigue?
Las contiendas por el Senado en Nevada y Arizona están muy reñidas y se espera que el conteo de votos se prolongue durante la semana. En el caso de Georgia, otra carrera clave, se volverá a votar en diciembre para nombrar a uno de los senadores del Congreso, pues ninguno de los candidatos consiguió el 50 % de los votos. Los resultados de las contiendas en estos tres estados decidirán el equilibrio de poder en el Senado.
También están pendientes los resultados en algunas gobernaciones como Arizona, Alaska, Nevada y Oregón.
‘‘Si
este fue un referéndum sobre Biden, también fue un referéndum sobre los republicanos”.
Dan Balz, del “Washington Post”.