“La gente en ambientes hostiles cree que las buenas personas son bobas”
El empresario publicó recientemente su libro “Coordinando sueños”, en donde narra su historia y los retos que ha tenido que afrontar Alquería y su apuesta por la sostenibilidad social y ambiental.
¿Para qué escribir un libro sobre su propia historia y la de Alquería?
En el libro están consignados nuestros aprendizajes de la recesión de 1998, también de la industria lechera, sobre cómo es armar una empresa y hacerla crecer para que mucha gente se beneficie: colaboradores, tenderos, ganaderos y, sobre todo, consumidores.
Hablemos un poco sobre una afirmación que hace en su libro: “Las buenas personas dejan de ser a veces inteligentes y audaces, o por lo menos son percibidas así, al dejarse manejar por quienes las creen “bajistas de punto”.
Sí, eso sucede mucho, porque la gente en ambientes hostiles cree que las buenas personas son bobas, entonces piensan que pueden pasar por encima de ellas. La gente negocia así: “Todo para mí”, pero Gandhi negociaba con los brazos abiertos; aprendí a negociar de esa forma y “el que me quiera quitar todo, pues que me lo quite”. Cuando las personas le quitaban todo a Gandhi terminaban siendo unos perdedores profundos, porque él no se rendía y “daba más”, entonces la gente se desmoralizaba por haberle quitado todo. Por eso, cito en el libro la canción de Taylor Swift: “Cuando seas inteligente no dejes de ser bondadoso y cuando seas bondadoso no dejes de ser inteligente”.
Alquería es uno de los donantes del Banco de Alimentos e incluso usted llegó a ser presidente de su junta directiva desde 2011 hasta 2019. ¿Qué tan arraigada está la cultura de donar en Colombia?
Creo que es mediana y ha ido creciendo. . Uno verdaderamente les hereda a los hijos dos cosas: los valores y la educación. En un país pobre como el nuestro entregar cosas no es fácil, pero tuve una experiencia muy linda cuando trabajé en mi tesis con los guambianos: una familia que vivía con seis hijos tenía un vecino, a quien se le había muerto su esposa y tenía una hija y le costaba mucho trabajo cuidarla y ejercer como agricultor al mismo tiempo, entonces la señora de esta otra familia me decía: “Si el señor me dejara, yo adoptaría a la niña” (fíjate la bondad que hay en la gente). Los colombianos tenemos ese dicho de “donde comen cuatro comen cinco”, esa cultura de donar puede estar más arraigada de los que pensamos, y lo que tenemos que hacer es ejecutarla.
Afirma que promueve una “ética protestante” basada en el esfuerzo individual y colectivo, con miras a lograr “una sociedad más moderna, inclusiva, productiva e innovadora”. ¿Cómo recuperar el sentido de colectividad en una sociedad cada vez más individualista?
Eso se llama técnicamente “anomie”, y King descubrió que cuando uno tiene anemia, le pasa lo mismo que a las sociedades: no hay cohesión, pero se puede lograr a través de distintas instituciones como la Cruz Roja, el Sena, la junta de consejo comunal del barrio e incluso la misma junta de copropietarios de nuestro edificio o conjunto, entre otras. Nosotros hemos tenido experiencias muy lindas de cohesión con las cooperativas de ganaderos, porque ellos no eran unidos y nosotros les pusimos tanques, lo que se volvió en una forma de cohesión, pues dejaban la leche en el tanque y no tenían que esperar a que el camión pasara, así que un vecino le dejaba su leche a otro (un tanque de 2.000 litros llevaba a reunir a 200 personas distintas), además debían reunirse para ver cómo se gastó la plata que venía del tanque; al final ese tanque generaba cohesión social, y ese intercambio genera sociedad.