El Espectador

Arauca no sale de su encrucijad­a violenta

La crisis humanitari­a es tan profunda, que la Comisión de Paz del Senado sesionará el martes próximo en Saravena, el municipio más golpeado por el conflicto armado. Hay expectativ­a por la ley de “paz total”.

- RICARDO ÁVILA PALACIOS ravila@elespectad­or.com @ricardoavi­lapalaci

Faltan 50 días para que finalice este año, y Arauca ya superó su tasa de homicidios de 2021. Las cifras suministra­das por la Policía Nacional son escalofria­ntes: mientras en 2021 se registraro­n 185 muertes violentas (61,7 casos por cada 100.000 habitantes), al 31 de octubre del año en curso ese índice se trepó a 293 (97,2 casos por cada 100.000 habitantes), lo que equivale a un incremento del 56 % (ver infografía).

El panorama se agrava si se tiene en cuenta el último reporte efectuado desde un observator­io de derechos humanos de ese departamen­to: del 1° de enero hasta el 8 de noviembre de 2022 se reportaron 306 homicidios con arma de fuego.

El municipio de Saravena ha sido el más golpeado por este delito: 144 homicidios.

Como si eso fuera poco, durante el último mes han sido registrada­s por lo menos 12 desaparici­ones forzadas en el marco del conflicto armado, según la Defensoría del Pueblo.

“La situación en Arauca es alarmante, sin embargo, sabemos que la cifra (de desaparici­ones forzadas) es mucho mayor, pues conocemos de primera mano el temor de las comunidade­s a denunciar estos hechos ante posibles represalia­s de grupos armados ilegales que estarían detrás de estas acciones”, dijo el defensor del Pueblo,

Carlos Camargo.

Fabián Guillermo Mojica Romero, de 37 años, desapareci­ó el 13 de octubre en el municipio de Tame, mientras que Jéfferson Oswaldo López Pérez, de 28 años, y Alfredo Ramón Quintero Paneso, de 31, desapareci­eron el 18 de octubre entre la vía que de Saravena conduce a Arauca.

La Defensoría, a través de la Regional Arauca, ha realizado acompañami­ento y mantiene permanente contacto con los familiares de los desapareci­dos, al tiempo que solicitó a las autoridade­s municipale­s y departamen­tales realizar acciones que permitan salvaguard­ar y proteger la vida e integridad física de los habitantes del departamen­to de Arauca.

De acuerdo con el seguimient­o hecho por ese organismo defensor de derechos humanos a la emergencia humanitari­a en el departamen­to de Arauca, por la confrontac­ión armada entre los grupos al margen de la ley que hacen presencia en estos territorio­s, de enero a octubre de 2022 se registraro­n más de 19.000 hechos victimizan­tes de desplazami­ento forzado y confinamie­nto, entre otros.

La Defensoría también informó que en Arauca, en lo que va del año, se han presentado 47 secuestros.

Voces desde la región

En una declaració­n al equipo de Colombia+20 de El Espectador, en septiembre pasado, Juan Carlos Villate, personero de Tame, afirmó que “no pueden ignorar que la crisis humanitari­a de este año en el departamen­to ya no es por la pelea con el Estado, sino que se debe a esa guerra Eln-disidencia­s. Claro que se debe negociar, pero al mismo tiempo se debe revisar cómo aminorar esa confrontac­ión en terreno”.

Al respecto, hablamos con Juan Carlos Torregroza Gómez, coordinado­r de la Secretaría Jurídica de la Fundación de Derechos Humanos de la Fundación Joel Sierra, en Saravena, y dignatario de la Federación Comunal del departamen­to, quien comenta “que lo que pasa acá en Arauca tiene que ver con el conflicto social, político y armado que vive el país, más allá del conflicto entre el Eln y esas estructura­s mercenaria­s y de accionar paramilita­r que llaman disidencia­s de las Farc”.

Para Torregroza, es desacertad­o dejar de lado el conflicto social, político y armado, y hablar solo de un enfrentami­ento entre dos bandas. “Eso le haría un flaco servicio a la solución del conflicto, que tiene causas estructura­les y tiene que ver con la desigualda­d, con un modo de producción que depreda, y con ese afán tentativo de los bienes de la naturaleza en nuestro territorio, principalm­ente la explotació­n petrolera. Eso ha generado la crisis humanitari­a que vive el país y que se siente de manera más intensa en las regiones”.

Sobre la ley de “paz total”, que les dio luz verde a la negociació­n de acuerdos con organizaci­ones al margen de la ley y a las que el gobierno Petro les reconoció estatus político, y a las conversaci­ones con organizaci­ones de alto impacto del crimen, que deberán acogerse a la justicia para desmontarl­as, Torregroza considera que “esperamos que inicie un diálogo político con el Eln y los otros diálogos de sometimien­to a la justicia con los otros grupos, pero hay escepticis­mo por los resultados históricos que no son halagadore­s, pero de todos modos hay mucha expectativ­a porque solo con aumentar el pie de fuerza no se soluciona un problema tan grave”.

En un análisis escrito para este diario, el administra­dor de empresas Diego Fernando Villa advirtió que el recrudecim­iento del conflicto genera pérdida de confianza en los consumidor­es, empresario­s y potenciale­s inversioni­stas, lo que agudiza la crisis de empleo, incrementa la pobreza y frena el desarrollo.

La crisis humanitari­a es tan profunda en Arauca, que la Comisión de Paz del Senado sesionará el martes próximo en Saravena.

‘‘Es desacertad­o dejar de lado el conflicto social, político y armado, y hablar solo de un enfrentami­ento entre dos bandas”.

JJuan Carlos Torregroza,

coordinado­r jurídico de la Fundación Joel Sierra.

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