Cambiando imaginarios medianteel arte y la danza
La firma del Acuerdo de Paz fue la oportunidad para que millones de personas en Colombia tuvieran una nueva vida. Ese es el caso de varias comunidades rurales de Guaviare, que ven un nuevo destino de paz y esperanza. “Con la firma también llegó el profesor Ómar a nuestro espacio de reincorporación para enseñarnos a soñar”, dice Mariyuri Sanabria, beneficiaria de la iniciativa Arte y Paz, de Ómar Arévalo.
“Mi proyecto se trata de educación artística y cultural, donde, por medio de la danza folclórica, les brindamos información a las personas para que conserven sus costumbres ancestrales y puedan reconocerse como pueblos étnicos y fortalecer su proyecto de vida desde sus habilidad blandas. Asimismo, la estrategia audiovisual les da la oportunidad a las poblaciones juveniles de transcribir la historia de sus comunidades que han vivido en carne propia las secuelas del conflicto social y armado, y son ellos mismos quienes empiezan a mostrar los avances del Guaviare”, asegura el titán, quien agrega: “Este proyecto crea lugares de sano esparcimiento, donde víctimas y quienes en algún momentos fueron victimarios empiezan a sanar sus heridas, creando espacios comunes de integración, perdón”.
Según Arévalo, nacido en Chiriguaná (Cesar), Arte y Paz impacta principalmente a los niños, jóvenes y adolescentes, pero también a las personas en procesos de reincorporación y a las víctimas del conflicto armado de las comunidades rurales de Guaviare.
Sus alumnos bailan cumbias, joropos y hasta fandangos, pero, lo más importante, conocen su historia, su origen y en una sola frase: el ancestro cultural de Colombia.
“Mi amor por la educación nace de ver las necesidades de las comunidades rurales, al conocer la gran resiliencia del campesino, pero también de observar sus pocos alcances de desarrollo. Ahí me di en la obligación de que con mis acciones empezaran a cambiar su imaginario, viendo la educación como la solución a problemáticas sociales”, confiesa el administrador de empresas.
“Apostarle a Colombia para mí no es una opción, es un compromiso patrio, es transformar nuestro gran terruño, es contribuir con el país que queremos, ese país donde nos podamos abrazar como hermanos y donde podamos vivir en armonía”, concluye Ómar Arévalo.
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