Cultura, la primera sacrificada
LAS MALAS NOTICIAS CULTURALES que llegan de Reino Unido son que las subvenciones a las artes se han reducido a niveles mínimos e incluso en algunos casos han desaparecido. Un ejemplo de esto es el de la English National Opera, a la cual han dejado sin subvención y probablemente desaparezca. Grupos teatrales, orquestas y museos igualmente han sido víctimas de la desesperada búsqueda de ahorros por la crisis financiera en ese país.
Esto es una continuación de la aparente creencia de que la cultura es algo sin importancia y por eso es la primera sacrificada cuando hay problemas económicos. Este es el resultado de los malos manejos de quienes se supone que sabían y resultaron no sabiendo mucho más que los ciudadanos del montón.
Las fuentes de financiación de la cultura se han ido secando poco a poco, ya que en los presupuestos públicos las primeras sacrificadas cuando hay problemas son las cuestiones culturales, y los particulares tienen mucho problema propio como para permitirse subvencionar los eventos de la cultura. Ha habido voces que dicen que la cultura se tiene que financiar ella sola, pero lo cierto es que aun esta posibilidad ha llegado al límite.
Lo cual nos trae a los casos locales, que siempre han sufrido por presupuesto insuficiente y muchos muestran preocupación por lo que pasará. La mayor parte de las entidades culturales del país dependen del apoyo oficial, pero casi nunca lo que reciben alcanza. Como los mecenas privados se están acabando por muchas razones, entre ellas la falta de estímulos tributarios que sí existen en otras partes, uno debe ver con preocupación lo que está pasando y esperar que no suceda que, como de costumbre, la cultura sea la primera sacrificada.