Besos de tres en oferta
Me causan gracia las interacciones sociales actuales, las redes sociales romantizan y enaltecen besos de tres, la fiesta intensa, los “casi algo”, todas cosas efímeras que al final no llenarán el vacío que buscan ensordeceder, mientras los trastornos mentales y la tasa de suicidios siguen en aumento. La juventud se encuentra inmersa entre millones de expectativas poco realistas, la sociedad ahora dicta ser exitosos a los 20 años, tener múltiples parejas sexuales y muchos likes. Veo el afán constante por sobresalir y conseguir la anhelada aceptación, al punto de causar estrés extremo el simple hecho de, por ejemplo, no tener suficientes visitas en TikTok. Ya sabemos dónde terminan las altas expectativas, normalmente en grandes decepciones. Por supuesto, no digo que soñar sea malo; sin embargo, esto se convierte no en motivación sino en presión constante. Lo que antes era algo nuevo y erótico ahora está tan normalizado que es difícil innovar y la pasión se pierde. Temo por el futuro de las relaciones interpersonales, cada vez más distantes, pasajeras y superficiales. Podríamos seguirle haciendo publicidad a la responsabilidad afectiva, pero se quedaría en promesas falsas sin una apropiación y aceptación de sí mismos, porque ningún influencer te ayudará a comprender tu ser y las múltiples formas de ser feliz. No existe la verdad absoluta ni el camino correcto, debemos empezar a derribar construcciones sociales, al menos en ese aspecto ser individualista llega a ser una buena opción. Lastimosamente como seres humanos siempre seguirán importando los estándares sociales; no obstante, realmente espero que la hipersexualización y la promiscuidad no terminen por acabar con los pocos vínculos afectivos que se llegan a formar hoy en día, porque al final de una lista interminable de conquistas no se encontrará la satisfacción prometida. Espero no se preste a malinterpretar, aplaudo la libertad de expresión, la liberación femenina y sexual, así como la aceptación de las diversas orientaciones sexuales, pero vale la pena preguntarse cómo afectarán todo esto la forma de relacionarnos en el futuro, con nuevas conformaciones familiares y nuevos conceptos de “amor”. Ciertamente no pinta romántico o conservador, porque en cada esquina encontrarás besos de tres en oferta y cada vez más temor por compartir sentimientos o emociones, el miedo a mostrarnos vulnerables y a ser heridos, porque las redes sociales se han encargado de mostrarnos tendencias emocionantes en las que mujeres y hombres comparten su historial sexual acompañado de un llamativo hashtag, la canción de moda de fondo e imágenes que no son más que la felicidad hecha fotografía. Definitivamente el mundo se convierte poco a poco en un espacio en el que abrirse emocionalmente se convierte en un acto de temerarios.
María Helena Arias Mesa.