El Espectador

Diálogos con el Eln: hay respaldo político, pero con recelo

La guerrilla ha pedido que el expresiden­te Álvaro Uribe haga parte de las conversaci­ones. El apoyo es grande, pero persisten temores y desconfian­zas.

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‘‘No ha habido gobierno que no haga esfuerzos por la paz, pero lo que sí nos ha quedado claro es que la impunidad total no genera paz, sino que genera desdén frente a la ley y produce más violencia”.

Álvaro Uribe.

“La paz se hace entre adversario­s”, dijo en noviembre de 2016 Israel Ramírez Pineda, alias Pablo Beltrán, jefe del equipo negociador del Ejército de Liberación Nacional (Eln) para los diálogos con el gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos. Fue un mensaje al expresiden­te Álvaro Uribe, pues querían que estuviera en la mesa. “Es un conflicto entre colombiano­s, marcha en una posición política muy distinta a la nuestra, pero por el hecho de ser adversario no puede ser excluido”, agregó el líder guerriller­o. Palabras que bien vale la pena retomar ahora que el presidente Gustavo Petro reanudará las conversaci­ones con esa organizaci­ón subversiva, pilar fundamenta­l de su propuesta de paz total.

Muchas cosas han pasado desde ese momento. El 7 de febrero de 2017 se instalaron formalment­e las negociacio­nes en Quito (Ecuador), que, 14 meses después y tras múltiples vaivenes, se trasladaro­n a La Habana (Cuba). Con la llegada de Iván Duque al poder, se impusieron nuevas condicione­s al Eln para seguir dialogando, entre ellas la liberación de todos los secuestrad­os y el cese unilateral de sus actividade­s criminales, lo cual no aceptó, aduciendo la necesidad de un acuerdo para un cese bilateral. El 17 de enero de 2019 se perpetró el atentado con carro bomba contra la Escuela de Cadetes de la Policía en Bogotá, provocando la muerte de 23 personas, lo que llevó al rompimient­o total de los diálogos y la reactivaci­ón de las órdenes de captura en contra del equipo negociador de la guerrilla.

De los últimos gobiernos, el de Duque ha sido quizás el único que no ha intentado establecer diálogos con el Eln. El mismo Uribe, quien con su bandera de la “seguridad democrátic­a” impulsó una política de mano dura contra las organizaci­ones guerriller­as, buscó acercamien­tos, en un tire y afloje que duró 26 meses y que al final terminaron en nada. “No ha habido gobierno que no haga esfuerzos por la paz, pero lo que sí nos ha quedado claro es que la impunidad total no genera paz, sino que genera desdén frente a la ley y produce más violencia”, afirmó a comienzos de octubre pasado el exmandatar­io, fijando una postura frente a la decisión del presidente Petro de reanudar los diálogos con el Eln: “Ojalá en este empeño haya acierto y se corrijan problemas”, dijo.

De todas maneras, Uribe expresa ciertos temores: “Me da mucho miedo el tema del narcotráfi­co, porque si bien el presidente Petro recibió una cantidad muy grande de cultivos de coca, eso puede seguir creciendo”. Y en esa línea se puede decir que van las posturas de las fuerzas políticas de oposición al Gobierno, que si bien no rechazan de tajo la reanudació­n de la mesa de diálogos, sí marcan ciertas líneas rojas. “El Eln debe darles la cara a sus víctimas. Llevan décadas asesinando y desplazand­o colombiano­s, usando su capacidad de movilizaci­ón de masas para ejercer la violencia”, enfatiza la senadora María Fernanda Cabal, del Centro Democrátic­o, por estos días en una encrucijad­a, pues su esposo, José Félix Lafaurie, presidente de Fedegán (gremio de los ganaderos), hará parte de la mesa. Incluso, la congresist­as ha sido contundent­e en sus posición: “Con los criminales no se dialoga, se les combate”.

Para Hernán Cadavid, representa­nte uribista a la Cámara, el Eln “ha traicionad­o y ha defraudado la buena voluntad de muchos gobiernos, que con una u otra forma trataron de acercarse”. Además, ve problemáti­co el que esa guerrilla tenga “una unidad de mando dispersa y no una cabeza que la dirija”. Y como es de esperarse, casi que unánimemen­te el Centro Democrátic­o rechaza que Venezuela sea uno de los países garantes, pues consideran que eso implica “legitimar a Nicolás Maduro”, a quien ven como “un completo dictador”.

Por el lado de las fuerzas políticas independie­ntes, el senador David Luna, de Cambio Radical, aunque aplaudió la reinstalac­ión formal de los diálogos, cree que el pro

 ?? / Yuri Cortez - AFP ?? De forma inédita, negociador­es de derecha e izquierda integran este nuevo intento por hacer la paz con el Eln, esta vez desde Caracas.
/ Yuri Cortez - AFP De forma inédita, negociador­es de derecha e izquierda integran este nuevo intento por hacer la paz con el Eln, esta vez desde Caracas.

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