“El diálogo con los ministros no ha sido el más fluido”
Exconcejal de Bogotá y ahora senadora por la Alianza Verde habla de la agenda animalista en el Legislativo que lidera, la cual, según dice, es pobre, huérfana y abandonada. Padilla pide más interlocución del Gobierno.
¿Por qué saltar del activismo animalista a las lides políticas, primero en el Concejo y ahora al Congreso?
Porque cuando se tiene una causa y se ha ganado un liderazgo y reconocimiento, que permiten transformar la realidad, lo que hay que hacer es ocupar la política. Si no se hace esto, la seguirán ocupando los que han sido indiferentes a los sufrimientos de los animales o incluso se han lucrado de ese sufrimiento. Decidí saltar a la política para poder tener más incidencia y apuntarle a cambios más profundos que afecten positivamente las vidas de los animales.
¿Y cómo encuentra la agenda de bienestar animal en el Congreso?
Absolutamente pobre, huérfana, desnutrida y abandonada. Los animales son el sector poblacional del país más abandonado por el Estado históricamente. No hay para ellos presupuesto, institucionalidad, recursos y nada. No hay Estado para los animales. Lo que hay es gracias a lo que han desarrollado organizaciones particulares, fundaciones, colectivos, rescatistas independientes. Pero en general, la situación de los animales en el país es dramática.
En cuatro años, cuando acabe su período, ¿cuál espera que sea su legado?
Tenemos que lograr que los animales estén por primera vez en el Plan Nacional de Desarrollo, con programas, metas y plata. Debemos lograr la prohibición de las corridas de toros, alcanzar una política nacional de esterilización, la sustitución de los vehículos de tracción animal en las zonas donde está pendiente y una política en manos de una oficina o una gerencia a nivel de todo el país. Debemos poner en la agenda a los animales explotados en la industria pecuaria. Lo estoy intentado con el proyecto de los “barcos de las muertes”, que son las exportaciones del ganado en pie por vía marítima. Esto me ha permitido ver que es un tema con participación de buena parte del sector político y muchas veces es un asunto en el que el sector ambientalista es ajeno.
José Félix Lafaurie, cabeza de Fedegan -gremio ganadero, se ha acercado al Gobierno con la venta de tierras y siendo parte del equipo negociador, ¿no cree que eso pueda afectar su proyecto de “barcos de la muerte”?
Quiero creer que no. Quiero creer que el presidente entiende el rol de líder mundial que ha asumido en la lucha contra el cambio climático, puesto que es un estudioso en el tema. Sería inaceptable que desconozca el rol que tiene la ganadería en la emergencia climática como primera causa antropogénica del cambio climático. Espero que ese nombramiento de Lafaurie llegue con acciones tangibles, no solo para la paz de Colombia, sino en términos de la redistribución de la tierra, porque el acaparamiento ha sido la base del conflicto.
¿Por qué buscar la total prohibición de estos barcos que llevan ganado vivo, cuando son una de las formas en que más ganancias ha recibido el sector ganadero en los últimos años?
He argumentado que este tipo de exportaciones son un negocio muy cruel e innecesario. Colombia ya exporta a esos mismos países la carne congelada y refrigerada. Mi lucha no es contra la exportación de carne, sino la exportación de animales vivos. Considero que este negocio se ha mantenido vigente porque los sectores ganaderos más poderosos del país y cinco empresas exportadoras muy poderosas están detrás de este. Son un negocio cuyas cifras hay que revisar. Esta práctica debe prohibirse progresivamente, porque entiendo que ya hay unos compromisos suscritos.
Y en cuanto a corridas de toros y similares...
Son actividades que están arraigadas en muchas regiones del país, pero me parece que defenderlas ha servido de parapeto para no reconocer los problemas de fondo que viven esas comunidades. Es inaceptable, como decía un defensor de peleas de gallos en una audiencia pública, que un joven en la ruralidad no tenga más alternativa para entretenerse que ir a una de esas peleas. Eso debe hacer que como sociedad reflexionemos sobre lo que realmente le estamos ofreciendo a ese joven en educación y perspectiva de futuro.
¿Por qué se opuso al impuesto a las iglesias?
Es una buena oportunidad para expresar que nunca me opuse. De hecho, en la plenaria del Senado apoyé este artículo, que fue tumbado. La mala interpretación a esto es que firmé un documento en el que se solicitaba que el artículo saliera de la conciliación. Lo hice porque la mayoría del Senado votó por su exclusión y porque jurídicamente creo que estaba en riesgo la conciliación de la tributaria.
¿Cómo ve el panorama de la Alianza Verde y los partidos de centro como de gobierno?
Sacamos adelante la reforma tributaria, “paz total” y otras iniciativas que eran difíciles, y eso fue gracias a las mayorías. En esos momentos se sintió la coalición de gobierno. Pero no ha sido así en otros temas, como agendas legislativas de los senadores, que también son importantes para el Gobierno. El tema del cannabis lo están embolatando con la audiencia pública y también mi tema contra las corridas de toros. Han faltado unos mensajes del Gobierno de apoyo a esas agendas legislativas que estamos moviendo los partidos de su corazón. Siento que el diálogo con los ministros no ha sido el mejor o el más fluido.
Hay algunos de su partido que dicen que no los están escuchando...
Tal vez ese sentimiento lo compartimos varios por la interlocución difícil que hemos tenido con los ministros. Me preocupo que pase con el presidente lo mismo que vivimos en su alcaldía, cuando yo era asesora de un concejal. En ese tiempo estuvo rodeado de un anillo de secretarios que hacía que fuese imposible acceder a él. Me preocupa que pase lo mismo y que nuestra interlocución esté mediada por agendas de ministros que no responden a los intereses del presidente. Lo he sentido con la ministra de la Agricultura (Cecilia López), que está teniendo una agenda totalmente a los ganaderos.
‘‘Tenemos
que lograr que los animales estén por primera vez en el Plan Nacional de Desarrollo con programas, metas y plata”.