“Necesitamos que la comunidad nos ayude a prevenir las tragedias”: director del Idiger
Guillermo Escobar le contesta a la sección Bogotá de El Espectador cómo está la capital frente a la temporada de lluvias.
La actual temporada invernal ha sido una de las peores de la última década. Van 26 meses de lluvias y el balance, hasta ahora, es desalentador. Para hablar de este tema y cómo está la capital por las lluvias, El Espectador entrevistó en exclusiva a Guillermo Escobar Castro, director del Idiger.
Esta temporada supera, en tiempo y cantidad de agua, otros inviernos. En Usaquén y Usme, en los primeros días de noviembre, llovió lo de todo el mes. ¿Dónde más está pasando esto?
Bogotá tiene 62 estaciones de registros de lluvias que permiten caracterizar la situación hidroclimática. Lo de Usaquén y Usme también pasó en la zona de los cerros nororientales, como La Calera.
¿Dónde se concentran las alertas por deslizamientos e inundaciones?
Tenemos dos tipos de alertas: por remoción en masa y por inundación o desbordamiento. En la primera tenemos 10 localidades, con 251 zonas de alerta por movimientos de tierra, ubicadas en 190 barrios. Las localidades con mayor peligro por derrumbes son Ciudad Bolívar (77), San Cristóbal (40) y Rafael Uribe Uribe (35). El listado lo completan Usme (24), Sumapaz (18), Usaquén (17), Santa Fe (17), Chapinero (13), Suba (8) y La Candelaria (2).
¿Y por inundaciones?
Antes debo aclarar que, a pesar de las fuertes lluvias, no se tiene registro de aumento significativo en los cuerpos de agua. Aun así, hay 62 sitios con alerta, en siete localidades: Bosa (17),
Fontibón (15) y Engativá (11). Además, con menos sitios Suba (7), Kennedy (5), Tunjuelito (4) y Ciudad Bolívar (3).
¿Que dice el monitoreo de los ríos Bogotá, Fucha y Tunjuelo?
Que no hay alerta. Lo que sí nos preocupa es el estado del sistema de alcantarillado, que puede llevar a encharcamientos e inundaciones. El sistema está colmado de basuras. Eso es lo que lleva a las inundaciones en calles como la 30 con la 80 y los deprimidos de TM.
¿Qué han hecho para prevenir eso?
Jornadas de limpieza, pero es clave la capacitación de la ciudadanía. Frente a los deslizamientos, acciones preventivas en zonas de ocupación reincidente, como el barrio Bella Flor (Ciudad Bolívar). Son sitios de alto riesgo no mitigable, por eso vamos puerta a puerta para invitar a la gente a que priorice su bienestar. Les ofrecemos ayudas para que dejen sus casas, pero muchos ni siquiera lo piensan.
Ellos dicen que no bastan tres meses de arriendo y ayudas temporales. ¿No se deberían mejorar los auxilios?
Pasa que existe una venta ilegal de terrenos, que han sido evacuados y sus habitantes reasentados. Hay personas que se lucran de esa actividad y engañan a otros revendiendo lotes. Eso pasa en Brisas del Volador. La zona estaba despejada en 2012.
Pero no contestó a mi pregunta.
En el Puesto de Mando Unificado que instalamos allá renotificamos a 300 familias. El año pasado fueron 560, pero no quieren acceder. No quieren irse, primero por el arraigo y porque creen que el clima va a seguir siendo el mismo. Se quejan por las ayudas, pero muchos están en lotes donde antes se entregaron ayudas. Los primeros ocupantes fueron reasentados y vinculados a proyectos de viviendas. Ese apoyo no se puede hacer más de una vez por terreno”.
¿Quién debería controlar la venta de lotes baldíos o en zonas de riesgo?
Nosotros no. El Idiger es de carácter técnico. Quienes deberían intervenir son las entidades policivas y las alcaldías locales.
¿Cuántas familias del Bella Flor han aceptado evacuar a la fecha?
Apenas 11. El resto afirman que seguirán en el lugar pese al riesgo.
En cuanto a lo que ocurrió en La Calera, ¿la situación se pudo prever?
Estamos preparando un informe técnico. Lo que puedo decir es que ese fin de semana (el del 12 de noviembre) cayó una lluvia intensa y superior a los niveles históricos. Los deslizamientos fueron resultado de la acumulación de agua. Casi todo octubre fue lluvioso. Se venía de un precedente de agua bastante importante, que estaba atrapada en las capas vegetales y, cuando salió, lo hizo en volumen. Por eso se llevó por delante una cantidad de árboles que han estado en riesgo hace muchos años, altos y que sobrecargan el suelo.
La CAR dijo que desde 2018 emitió alertas de árboles que representan riesgos en la vía Bogotá-La Calera, pero no se intervinieron a tiempo. ¿Qué tiene para decir?
Eso no me corresponde. Quienes pueden hablar de eso son los funcionarios del Jardín Botánico, que vienen haciendo las talas controladas tras la remoción de tierra. No me atrevo a dar datos imprecisos.
En Cundinamarca, 24 personas han perdido la vida por la ola invernal. ¿Cuál es la cifra en Bogotá?
Llevamos cinco temporadas de lluvia: dos de 2020, dos de 2021 y la primera de 2022, y no teníamos víctimas fatales. Dentro de los 26 meses que va a cumplir el fenómeno de La Niña solo hemos tenido tres muertes: dos vigilantes y la señora de la vía a San Luis.
El Ideam prevé que las lluvias se pueden alargar hasta inicios de 2023. ¿Cuál es el panorama a futuro?
Efectivamente, el pronóstico desde el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales menciona que las lluvias se extenderán. Por eso es clave que la ciudadanía se prepare y nos ayuden a evitar tragedias y afectaciones. Que dejen de botar basura en las calles, que identifiquen riesgos de emergencias y que reporten preventivamente las afectaciones.
››Dentro
de los 26 meses que va a cumplir el fenómeno de La Niña, y tras cinco temporadas de lluvias prolongadas, tenemos reporte de apenas tres víctimas mortales.