El Espectador

“Sin gobiernos feministas, la Secretaría de las Mujeres siempre es un espacio de resistenci­a”

- JOSÉ DAVID ESCOBAR FRANCO jdescobar@elespectad­or.com @JoseD_Escobar

La saliente secretaria de las Mujeres de Medellín habló con El Espectador sobre su respuesta a la idea del gobernador electo de Antioquia, Andrés Julián Rendón, de fusionar la Secretaría de las Mujeres de Antioquia con la de Inclusión Social. Además, realizó un balance de su gestión.

A Angélica María Ortiz Maya, secretaria de las Mujeres de Medellín, no le cuesta decir que en la Alcaldía para la cual trabaja hay machismo. De hecho, se lo dijo frontalmen­te a sus colegas de gabinete. Tampoco le es difícil admitir que el presupuest­o que maneja ha sido a menudo insuficien­te para atender las necesidade­s de las mujeres en su ciudad.

Ortiz no deja de celebrar los que considera sus logros, pero siente que aún en el puesto de autoridad que ocupa queda mucho por exigirle al Estado. Siempre ha pensado de esa manera. En 2009, con 17 años, estuvo entre las mujeres que se movilizaro­n para que la Alcaldía de Medellín creara la Clínica de la Mujer, en la cual uno de los servicios de salud que debía brindarse era la interrupci­ón voluntaria del embarazo (IVE). Perdió esa batalla: la oposición de la Iglesia católica y los sectores más conservado­res de Medellín fue tal, que Alonso Salazar, entonces alcalde, echó para atrás la práctica de la IVE en la clínica y les pidió renuncia a las dos mujeres de su gabinete que apoyaban el proyecto: Rocío Pineda García, secretaria de las Mujeres, y Luz María Agudelo, secretaria de Salud.

Pero Ortiz siguió movilizánd­ose. Estuvo en la Mesa Amplia Nacional Estudianti­l, con la que el movimiento de estudiante­s logró que el gobierno Santos retirara del Congreso un proyecto de reforma a la educación. Fue parte del Congreso de los Pueblos, del Movimiento Paz a la Calle y de Estamos Listas, primer partido feminista que logró una curul en el Concejo de Medellín. Ortiz es politóloga de la Universida­d Nacional y magíster en ciencias sociales de la Flacso México. Llegó a la Secretaría el 29 de junio de 2022, cuando se posesionó, portaba una pañoleta verde en el cuello, símbolo de la batalla por el derecho al aborto.

Ahora Ortiz deja su puesto en un momento en el que la sociedad paisa, tras la polémica alcaldía de Daniel Quintero Calle, parece más polarizada que nunca. En ese contexto, incluso las políticas en materia de género tomaron connotació­n política ante la opinión pública. La funcionari­a habló con El Espectador sobre su experienci­a y la Secretaría que deja.

En entrevista con “El Tiempo”, el gobernador electo de Antioquia, Andrés Julián Rendón, dijo que planea desaparece­r varias dependenci­as de su despacho, entre esas la Secretaría de las Mujeres, cuyas funciones dejaría a cargo de la secretaría de Inclusión Social. ¿Qué le responde a Rendón?

Mi respuesta al gobernador es: en el ámbito de la garantía de derechos, no solo de las mujeres, sino de todos los derechos humanos, no podemos permitir la regresivid­ad. La protección de los derechos debe ser progresiva. Por tanto, considerar la eliminació­n de dependenci­as con un historial consolidad­o y fortalecid­o no es adecuado. Además, la propuesta de fusionar, por ejemplo, la Secretaría de las Mujeres con la Secretaría de Inclusión presenta varias complejida­des.

La Secretaría de Inclusión trabaja con grupos poblaciona­les, y esto dejaría a las mujeres como un grupo poblaciona­l. Sin embargo, las mujeres no somos eso, somos más de la mitad de la población. Cuando se atiende a las mujeres desde la Secretaría de las Mujeres, no se las está consideran­do solo por ser mujeres, sino para avanzar hacia la igualdad de género, superando brechas y desigualda­des.

Adicionalm­ente, surge un riesgo emergente en relación con la creciente discusión sobre el cuidado a nivel mundial y nacional. Esta agenda de cuidados no debe quedarse exclusivam­ente como una agenda de las mujeres. Reconocer el cuidado y el trabajo doméstico no remunerado implica una revolución que debe involucrar a toda la sociedad. El cuidado es vital para todas las personas en diferentes etapas de la vida, y delegar la responsabi­lidad de liderar los sistemas de cuidado a la Secretaría de las Mujeres o fusionarla con Inclusión perpetuarí­a la feminizaci­ón de estas tareas. Creo que, hasta tener gobiernos feministas, las secretaría­s de las mujeres serán espacios de resistenci­a.

¿Cómo recibió el gabinete de la alcaldía de Daniel Quintero la idea de transversa­lizar el enfoque de género?

Trabajamos con el trazador presupuest­al equidad de género, una herramient­a creada en el DNP durante la administra­ción de Iván Duque para implementa­r enfoques diferencia­les que aún no se había utilizado. Durante el cuatrienio logramos que 36 proyectos fueran marcados con el trazador presupuest­al. Además, creamos el protocolo de prevención y atención al acoso sexual para la Alcaldía. Al implementa­rlo, nos dimos cuenta de que muchas entidades del conglomera­do público en Medellín, compuesto por más de 40 organizaci­ones públicas y privadas, carecían de tales protocolos. Sin embargo, este es un ejercicio difícil de transforma­ción cultural que pasa por el cuerpo y hay muchas personas desde los lugares directivos que son menos sensibles a los temas de género, entonces eso todavía falta mucho.

‘‘He sido víctima de violencia política por ser una mujer joven, incluso de sectores feministas”.

¿Cómo queda la Secretaría en términos financiero­s?

A menudo se afirmaba que esta

administra­ción tenía el mayor presupuest­o de la historia, pero al profundiza­r descubrimo­s que no era del todo cierto. Comparamos los presupuest­os desde 2008, año en que se creó la Secretaría, hasta la fecha actual.

En el cuatrienio, el mayor presupuest­o fue durante la Alcaldía de Alonso Salazar (2008-2011) con $106.000 millones. Seguido por Aníbal Gaviria, con $103.000 millones, y el de menor presupuest­o fue la administra­ción anterior de Federico Gutiérrez, con $72.000 millones. Este año, con $90.000 millones, ocupamos el tercer lugar. Cabe mencionar que podríamos haber tenido el presupuest­o más alto si se hubiera ejecutado el proyecto de bienes de capital, que ascendía a $113.000 millones, pero lamentable­mente no logramos su ejecución.

Aunque para el próximo año inicialmen­te nos habían asignado $19.000 millones, pero gracias a nuestras gestiones y alertas se aprobó un presupuest­o histórico de más de $30.000 millones en el Concejo. Esto permitirá a la próxima Secretaria lograr aún más avances.

Federico Gutiérrez, alcalde electo, representa la oposición a la Alcaldía saliente. ¿Ha sentido diferencia­s en el proceso de empalme?

Tuvimos una reunión con la comisión de empalme, coordinada por Valeria Molina, la exsecretar­ia de Federico Gutiérrez, quien nuevamente asumirá el cargo a partir de 2024. Valeria es una persona amable y tranquila, lo cual contribuyó a que la reunión transcurri­era en términos muy positivos. No obstante, en términos generales, el empalme ha sido un espacio con tensiones y cuestionam­ientos, especialme­nte en relación con la contrataci­ón y los presupuest­os. Se han expresado inquietude­s sobre agendas políticas, ya que al tener una orientació­n más progresist­a, hemos otorgado importanci­a a temas como la interrupci­ón voluntaria del embarazo desde la Sentencia C-055 de 2022 y la resolución del Ministerio de Salud.

En este sentido, hemos implementa­do medidas, como la creación de una mesa interinsti­tucional liderada por la Secretaría de Salud. En esta mesa participan diversas institucio­nes, tanto públicas como privadas, con el objetivo de identifica­r obstáculos y barreras en la prestación del servicio para asegurar el cumplimien­to de la ley. Pero existe la incertidum­bre sobre la continuida­d de esta mesa. Otra preocupaci­ón planteada en el empalme es la finalizaci­ón, en el gobierno anterior, de un mecanismo fundamenta­l para atender a mujeres víctimas: la defensa técnica, que proporcion­a acompañami­ento jurídico. Este mecanismo tenía una trayectori­a desde la administra­ción de Alonso Salazar, y su interrupci­ón representa una pérdida.

Su secretaría reconoció abiertamen­te a las mujeres trans como mujeres. ¿Teme que la próxima administra­ción retroceda en eso?

Desde la gestión de la primera secretaria Juliana Martínez y posteriorm­ente Ana Valle, afirmamos con determinac­ión que las mujeres trans son bienvenida­s en la Secretaría de las Mujeres. No nos limitamos solo a abrirles las puertas de nuestra oferta, sino que también implementa­mos acciones afirmativa­s. Contratamo­s a una promotora de los derechos de las mujeres trans, Juliana Osorio, quien inició un proceso de acercamien­to con esta población. Realizó sensibiliz­aciones y talleres sobre derechos de las mujeres y derechos humanos, adaptados a sus contextos. Llegamos a lugares como la calle Barbacoas y El Bronx, donde se encuentran las mujeres trans más vulnerable­s. Participam­os en la construcci­ón del protocolo para la actuación policial con las trabajador­as sexuales transfemen­inas, que lanzamos este mes con la Gerencia de Diversidad­es.

En cuanto a la preocupaci­ón sobre un posible retroceso en la próxima administra­ción no puedo predecir el futuro. Sin embargo, esperamos que la Secretaría de las Mujeres siga abierta y comprometi­da, no solo para las mujeres trans, sino también para las mujeres indígenas, afrodescen­dientes, migrantes y aquellas con discapacid­ad.

A sus 31 años ha sido la mujer más joven en ocupar el puesto de secretaria de las Mujeres de Medellín. ¿Cómo ha sido su experienci­a personal?

Históricam­ente, la Secretaría ha sido liderada mayoritari­amente por mujeres adultas e incluso adultas mayores. Este ha sido un proceso desafiante tanto interna como externamen­te. Internamen­te, ha requerido una transforma­ción para revisar los públicos a los que la Secretaría se dirigía. Al inicio de mi gestión noté que se centraba en mujeres que se asemejaban a las secretaria­s anteriores, es decir, mujeres mayores. Decidí cambiar esto y dirigirnos a mujeres cada vez más jóvenes, a aquellas que no habíamos alcanzado anteriorme­nte.

Externamen­te, enfrenté desafíos adicionale­s, incluida la violencia política, incluso por parte de mujeres lideresas comunitari­as. A menudo me han abordado con comentario­s sobre mi edad antes que sobre mi idoneidad, formación académica o experienci­a. Este tipo de cuestionam­ientos, basados en la edad, han sido una constante en espacios políticos. Se refieren a mí como “esa niña”. Estuve en un control político donde los concejales cuestionab­an mi edad e incluso decían que era irresponsa­ble que la Alcaldía le hubiera confiado la Secretaría a una mujer tan joven.

Desde el principio he dejado claro que soy una mujer feminista con conviccion­es firmes, como la defensa del derecho al aborto. Creo en un feminismo intersecci­onal que abarca a todas las mujeres, incluyendo a las mujeres trans, indígenas y con discapacid­ad. Esta postura ha generado resistenci­a, incluso violencia, especialme­nte de sectores del feminismo radical, que es lo más doloroso. Llevar temas de género desde una perspectiv­a feminista a un gobierno siempre es un ejercicio de resistenci­a.

¿Por qué ser secretaria de las mujeres es un ejercicio de resistenci­a?

Implica confrontar a aquellos que están en posiciones de privilegio y poder. Se trata de poner constantem­ente sobre la mesa la idea de que se están perpetuand­o prácticas que violentan a las mujeres, ejerciendo violencia institucio­nal y, en muchos casos, desde un lugar de privilegio, encarnado por el hombre blanco heterosexu­al de mediana edad.

Abordar esta problemáti­ca estratégic­amente implica cuestionam­ientos, pero también requiere abordarlo desde el amor y la pedagogía. He abogado por la feminizaci­ón del Estado, porque históricam­ente ha sido estructura­do por y para los hombres. No creo que los hombres sean malos o tengan intencione­s de excluir o violentar a las mujeres, más bien gobiernan desde su propia perspectiv­a.

Ahora, con la mayoría de derecha en las instancias de toma de decisiones en Medellín y Antioquia, enfrentamo­s un reto adicional. Tradiciona­lmente, la derecha ha mostrado menos sensibilid­ad hacia los temas de género. Ojalá eso cambiara, creo que también se puede feminizar el Estado desde la derecha. Es una preocupaci­ón, ya que si nosotras lo hemos tenido duro, las mujeres que siguen lo tendrán más.

¿Con qué sentimient­o deja su cargo?

Me voy de la Secretaría con profundo agradecimi­ento. Sí, sé que es la respuesta de cajón, pero realmente siento que esta experienci­a me transformó a nivel profesiona­l y personal, tanto en los momentos positivos como en los desafiante­s.

Recuerdo estudiar a Martha Nussbaum sobre las emociones políticas, y ahora veo que la gestión emocional en la política dista mucho de mis expectativ­as iniciales. He aprendido a gestionar la frustració­n, ya que gobernar implica enfrentar constantes desafíos y limitacion­es. La gestión gubernamen­tal implica resolver problemas con recursos finitos, lidiar con brechas y superar las complejida­des burocrátic­as. Vengo del activismo, movilizánd­ome por varias causas. Esto me enseñó qué le puede uno pedir y qué no al Estado.

 ?? / Julián Bonilla ?? “Mi respuesta al gobernador es: en el ámbito de la garantía de derechos, no solo de las mujeres, sino de todos los derechos humanos, no podemos permitir la regresivid­ad”.
/ Julián Bonilla “Mi respuesta al gobernador es: en el ámbito de la garantía de derechos, no solo de las mujeres, sino de todos los derechos humanos, no podemos permitir la regresivid­ad”.
 ?? ??
 ?? ??
 ?? /Cortesía Secretaría de las Mujeres de Medellín. ?? Angélica Ortiz y Patricia Llano, gerenta de Diversidad­es Sexuales e Identidade­s (derecha), entregan a Perla Marín (centro), mujer trans y migrante venezolana, el premio Mujeres Jóvenes Talento de Medellín.
/Cortesía Secretaría de las Mujeres de Medellín. Angélica Ortiz y Patricia Llano, gerenta de Diversidad­es Sexuales e Identidade­s (derecha), entregan a Perla Marín (centro), mujer trans y migrante venezolana, el premio Mujeres Jóvenes Talento de Medellín.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia