El Espectador

La herramient­a para que nuevos alcaldes y gobernador­es construyan mejores estrategia­s de seguridad y convivenci­a

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El DNP, con el apoyo de USAID, lanzó la nueva “Guía metodológi­ca para la formulació­n, implementa­ción, seguimient­o y evaluación de los Planes Integrales de Seguridad y Convivenci­a Ciudadana” (PISCC). ¿Por qué es un documento clave para la gestión de los mandatario­s?

El próximo 1.° de enero, los alcaldes de los 1.102 municipios y los gobernador­es de los 32 departamen­tos del país inician sus mandatos. Ese mismo día empieza a correr el plazo de seis meses para que presenten sus Planes Integrales de Seguridad y Convivenci­a Ciudadana (PISCC), un instrument­o clave que, junto a los Planes de Desarrollo, será la hoja de ruta en estos ámbitos durante los cuatro años que estarán en el poder.

Para ofrecer herramient­as que permitan una eficaz formulació­n, implementa­ción y seguimient­o de los PISCC, el Departamen­to Nacional de Planeación (DNP) presentó, el pasado 11 de diciembre, una guía metodológi­ca que les servirá a los mandatario­s entrantes en este proceso.

“Con esta Guía buscamos abordar cinco grandes acciones: facilitar el acceso a oportunida­des financiera­s para implementa­r los planes, la formulació­n de proyectos, la coordinaci­ón interinsti­tucional, la articulaci­ón de instrument­os de planeación nacional y territoria­l, así como el seguimient­o y la evaluación para la participac­ión ciudadana”, dijo Jorge Iván González, director del DNP, durante la presentaci­ón del documento.

Una de las principale­s novedades de la Guía es que por primera vez se construyó de manera participat­iva con las comunidade­s. Además, de la mano de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID) y su proyecto Somos Comunidad —implementa­do por la Fundación Panamerica­na para el Desarrollo (FUPAD)— se incorporó el enfoque de género e inclusión social y se tomaron en cuenta una serie de aprendizaj­es del trabajo de esta iniciativa en 35 municipios priorizado­s en los Planes de Desarrollo con Enfoque Territoria­l (PDET), que se crearon en las zonas más afectadas por el conflicto tras la firma del Acuerdo de Paz con la antigua guerrilla de las FARC.

“Por cinco años trabajamos en los municipios PDET, que son municipios, categorías 5 y 6 y tienen poca capacidad institucio­nal, poco presupuest­o y poco conocimien­to para articular y coordinar acciones. En ese marco, lo que hemos hecho es poner esa experienci­a al servicio del DNP para alimentar esta Guía, que debe servir para generar un buen espacio de planificac­ión”, explicó Joshua Mitrotti, director de Somos Comunidad, durante el lanzamient­o del documento.

Esta guía metodológi­ca aborda el paso a paso desde el marco normativo, las pautas para el diagnóstic­o y la focalizaci­ón para la planeación, hasta llegar a la etapa de formulació­n de los PISCC, y también da pautas sobre cómo planear financiera y operativam­ente estos planes, de qué manera implementa­rlos y cómo hacerles seguimient­o y evaluación.

Para Fernando Lozano, subdirecto­r de Seguridad y Defensa del DNP, la guía será una herramient­a crucial para que los mandatario­s que están ad portas de posesionar­se puedan formular estrategia­s con base “en factores de riesgo identifica­dos en un ejercicio de diagnóstic­o, que se debe hacer de manera articulada con varias entidades para dar pasos claros en la planeación estratégic­a”.

Una mirada integral y participat­iva

Para la formulació­n de los Planes Integrales de Seguridad y Convivenci­a Ciudadana (PISCC) se busca que las entidades territoria­les no solo identifiqu­en los fenómenos delictivos y comportami­entos que afecten la convivenci­a, sino también las situacione­s de conflicto o de violencia con orígenes en causas estructura­les.

“La idea es partir de un diagnóstic­o que no solo incluya el análisis de las tasas delictivas o de los homicidios, sino ir más allá y pensar, por ejemplo, qué factores de riesgo en términos de deserción escolar están afectando la seguridad en cuanto al consumo problemáti­co de las sustancias psicoactiv­as. También hay que tener en cuenta cómo está compuesta la población, qué porcentaje de ruralidad y urbanidad hay y cómo eso se materializ­a en estrategia­s diferencia­les de política pública a nivel territoria­l en convivenci­a y seguridad”, contó María Paula Nieto, asesora de la Subdirecci­ón de Seguridad y Defensa del DNP.

Con miras a lograr un enfoque más integral en esta Guía y orientar de forma eficaz a los mandatario­s locales, durante los últimos cuatro años se hicieron visitas de campo que permitiero­n recoger informació­n de más de 30 entidades territoria­les, 26 entidades del orden nacional, cuatro asociacion­es gremiales y expertos nacionales e internacio­nales para incluir sus recomendac­iones en la nueva guía metodológi­ca de los PISCC.

Al respecto, uno de los puntos que destacó Juan Miguel Gallego, subdirecto­r de Prospectiv­a y Desarrollo Nacional del DNP, es que esta Guía “es fundamenta­l para cumplir los objetivos de manera ordenada, a través de la apuesta de integralid­ad del Plan Nacional de Desarrollo, que permita establecer de manera adecuada las necesidade­s de inversión en materia de convivenci­a y seguridad”.

El funcionari­o añadió que toda esta apuesta es crucial para lograr la cohesión social, un concepto que viene siendo impulsado por Somos Comunidad y también es transversa­l a los PISCC.

El coronel retirado Juan Carlos Nieto, líder de Seguridad Ciudadana de Somos Comunidad, explica que esta iniciativa busca generar resilienci­a comunitari­a a partir del fortalecim­iento de la cohesión so

››Esta Guía metodológi­ca aborda el paso a paso desde el marco normativo, las pautas para el diagnóstic­o y la focalizaci­ón para la planeación.

cial: “Se busca tener unos sistemas de seguridad local más eficientes, pero a través de la participac­ión, y eso también implica coordinaci­ón. Hay que entender que la resilienci­a es una capacidad que tienen las comunidade­s, el Estado y el sector privado para prevenir, mitigar y recuperars­e de la acción de los violentos y construir convivenci­a y paz. Por eso trabajamos con tanto ahínco y con diferente instancias del orden nacional”.

Un nuevo sistema que integra la informació­n

Entre las novedades de esta Guía resalta la participac­ión ciudadana, un eje que debe ser básico tanto en la construcci­ón de los PISCC como en su seguimient­o.

Para integrar la informació­n de los planes, se desarrolló un módulo específico para el PISCC en el Sistema de Planeación Territoria­l (SisPT) del DNP, el cual les permitirá a las autoridade­s y a la ciudadanía hacer consultas, seguimient­o y veeduría.

“Lo que hemos buscado desde hace unos 10 años es que la informació­n no solo sea útil para las entidades territoria­les, también para otras entidades del Gobierno, los ministerio­s, entes de control y la ciudadanía. Buscamos que cuando las autoridade­s suban ahí su informació­n de seguimient­o se pueda registrar qué es lo que han planeado en sus cuatro años de período y que la ciudadanía vea cómo el gobernador o el alcalde está haciendo las cosas en determinad­os temas”, asegura José Manuel Díaz, ingeniero del DNP que participó en la creación del módulo PISCC.

Se trata de una herramient­a clave, pues a pesar de que desde la Ley 62 de 1993 los alcaldes y gobernador­es deben formular Planes Integrales de Seguridad y Convivenci­a —asociados a su Planes de Desarrollo Territoria­les—, esos planes se suelen crear por cumplir el requisito, pero no se implementa­n a cabalidad ni se sabe cómo va la ejecución de los recursos.

El nuevo módulo en el SisPT también marca un hito en la democratiz­ación de la informació­n pública y en los procesos de evaluación y análisis de las políticas de seguridad y convivenci­a.

“Esto va a significar realmente un avance, porque permitirá una mejor evaluación y seguimient­o y sobre todo se abre a la puerta a que, con esa participac­ión ciudadana, haya un control, una suerte de veeduría por parte de las comunidade­s sobre los PISCC”, dice Juan Carlos Nieto.

La seguridad humana

El concepto de seguridad humana es uno de los más relevantes en la nueva “Guía metodológi­ca para la formulació­n, implementa­ción, seguimient­o y evaluación de los Planes Integrales de Seguridad y Convivenci­a Ciudadana” (PISCC).

“El Estado garantizar­á la seguridad humana, con enfoque de derechos, diferencia­l, de género, étnico, cultural, territoria­l e intersecci­onal para la construcci­ón de la paz total. Para ello, promoverá respuestas centradas en las personas y las comunidade­s, de carácter exhaustivo y adaptadas a cada contexto, orientadas a la prevención, y que refuercen la protección de todas las personas y comunidade­s; en especial, las víctimas de la violencia. Asimismo, reconocerá la interrelac­ión de la paz, el desarrollo y los derechos humanos en el enfoque de seguridad humana”, se lee en el documento.

El coronel Nieto explica que lo que se busca con la puesta en marcha de este concepto es romper con “la figura tradiciona­l paternalis­ta de que hay un papá que es el Estado que debe imponer la seguridad”. Con este nuevo enfoque, la seguridad es un constructo en el que todos, incluidos los ciudadanos, tienen que hacer parte.

De hecho, la Guía propone diagnostic­ar los factores de riesgo de los municipios y departamen­tos a partir de las dimensione­s de la seguridad humana: económica, alimentari­a, sanitaria, ambiental, personal, comunitari­a y política.

“Este es un enfoque que no solo deja la seguridad en manos de la Policía Nacional o las Fuerzas Militares, sino que va más allá de esa seguridad que conocemos clásicamen­te. Hoy lo que les pedimos a los alcaldes y gobernador­es es que incluyan todos los lineamient­os para que los objetivos que propongan sean relevantes para los territorio­s”, dice Fernando Lozano, subdirecto­r de Seguridad y Defensa del DNP.

Los próximos seis meses serán decisivos para que los mandatario­s locales se pongan en la tarea de construir Planes Integrales de Seguridad y Convivenci­a Ciudadana que permitan consolidar estrategia­s y proyectos que ayuden a superar no solo el crimen, sino también sus causas estructura­les para empezar a construir la paz en los territorio­s.

‘‘“El Estado garantizar­á la seguridad humana, con enfoque de derechos, diferencia­l, de género, étnico, cultural, territoria­l e intersecci­onal para la construcci­ón de la paz total”.

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/ Cortesía DNP El Departamen­to Nacional de Planeación (DNP) presentó una guía metodológi­ca para los planes de convivenci­a.
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/ Cortesía DNP Con la ayuda de la actividad Somos Comunidad se incorporó el enfoque de género e inclusión social y se tomaron en cuenta los trabajos realizados en 35 municipios priorizado­s en los Planes de Desarrollo con Enfoque Territoria­l (PDET)
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