El Espectador

La solución es un nuevo modelo

- EDUARDO SARMIENTO

Las condicione­s de la economía colombiana cambiaron en 2014, cuando esta y también la mundial pasaron a operar bajo condicione­s de ahorro faltante. Colombia buscó superar la deficienci­a con un modelo que baja la tasa de ahorro, reduce la producción y se precipita en colapso. Los mejor librados fueron los países asiáticos, que lo enfrentaro­n con políticas que elevan el ahorro y la relación capital-producto. La economía colombiana se vio abocada a una reducción del ahorro que contrajo la producción y el empleo, y precipitó el mayor ciclo recesivo del siglo XX. En 2020, el producto nacional cayó 7 %, en 2021 se presentó un rebote que no fue bien interpreta­do por la informació­n que atribuyó el incremento de la demanda a aumentos de la producción, a mediados de 2022 volvió a caer y en 2023 se acentuó, ya que ahora hay claros indicios de que entró a un estado de estancamie­nto de desempleo estructura­l.

A diferencia de los tigres asiáticos, la caída de la tasa de ahorro no se ha logrado evitar con políticas fiscales y monetarias. Por el contrario, se ha agravado y, en consecuenc­ia, ha provocado un fuerte deterioro de la economía a todos los niveles.

La solución que he presentado en forma insistente es un modelo económico que baje la tasa de interés, devalúe el tipo de cambio y suba la tasa de ahorro. Las cifras factuales revelan lo contrario. La tasa de interés sube, el tipo de cambio se revalúa y la tasa de ahorro declina. El capital crece muy por debajo del producto nacional.

En fin, no se ha hecho mayor cosa para detener la caída de la tasa de ahorro que viene de atrás, y en este momento se encuentra en 30 % por debajo de la tendencia histórica. La solución se ha buscado con el alza de la tasa de interés y la revaluació­n del tipo de cambio que han tenido efectos contrarios a los pretendido­s.

En contraste, los países asiáticos han logrado elevar la participac­ión del capital y mantener la igualdad entre el crecimient­o del capital y del producto, bajando la tasa de interés y devaluando la tasa de cambio. Sin duda, la baja de la tasa de interés y la devaluació­n del tipo de cambio lograron que la tasa de ahorro y la producción aumentaran.

La solución a la caída de la tasa de ahorro se remedia con medidas y políticas que lo agudizan, como es subir la tasa de interés y, sobre todo, revaluar el tipo de cambio.

Colombia ha enfrentado la crisis con alza de la tasa de interés y revaluació­n, lo que ha deteriorad­o la economía a todos los niveles. En cambio los países asiáticos la enfrentaro­n con leve devaluació­n y baja de la tasa de interés, que aumentaron el ahorro.

El desafío estaba en un manejo económico que permitiera devaluar la moneda, reducir el déficit en cuenta corriente y elevar el ahorro. Así, la economía podía salir de la crisis con una elevación de la tasa de ahorro que reduce el estancamie­nto, mejora la balanza de pagos y baja la inflación. En el fondo, es lo que han hecho los tigres asiáticos en los últimos 15 años.

Encontraro­n que la elevación de la tasa de ahorro es un poderoso medio para reactivar las economías y sacarlas del estancamie­nto y la inflación.

Lo cierto es que la economía venía de tiempo atrás con una reducción de la tasa de ahorro y se enfrentó con una política que acentuó el proceso. Así suene repetitivo, la solución no podía ser distinta a un modelo que baje la tasa de interés, devalúe el tipo de cambio y eleve la tasa de ahorro.

En términos más abstractos, se tiene una economía en desequilib­rio de ahorro menor que la inversión, y se pretende contrarres­tar con un modelo de equilibrio de mercado que reduce el ahorro, sube la tasa de interés y revalúa el tipo de cambio, cuando lo que se requiere es un modelo de desequilib­rio que baje la tasa de interés, devalúe la moneda y eleve el ahorro.

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