Abandonar el secuestro es un paso firme a la paz
UN AÑO DIFÍCIL PARA EL PROYECto de la paz total termina con dos buenas noticias que ayudan a enderezar el rumbo. Primero fue el segundo ciclo de diálogos con el Estado Mayor Central (EMC), que terminó, entre otras cosas, en la promesa de ese grupo de abandonar el secuestro. Después, y quizá más sorpresivo, fue el quinto ciclo de negociaciones con la guerrilla del ELN, que llevó a un pronunciamiento similar. Aunque ambos procesos enfrentaban crisis de las que era difícil salir por la tozudez de los armados, la insistencia del Gobierno Nacional rindió frutos y abre esperanzas sobre los grandes beneficios de apostarle a la paz. El reto seguirá siendo el cumplimiento de lo pactado y que ambas mesas no se derrumben durante 2024.
Que el EMC y el ELN dejen de secuestrar es importantísimo. Según un informe reciente de la Fundación Paz y Reconciliación, el 2023 va en camino a ser el año con más secuestros desde el 2016: solo hasta octubre ya llevábamos 287 personas secuestradas. Aunque se trata de un fenómeno complejo en el que la abrumadora mayoría de secuestros no tienen identificada su autoría, sabemos que el ELN, con 11 %, y el EMC, con 10 %, son dos de los grupos criminales que principalmente los cometen. Con el agravante de que la guerrilla del ELN lo hace con total arrogancia e intentando justificarlos con argumentos políticos. Hace poco, Antonio García compartió la postura delirante de que el ELN no comete secuestros, sino que hace retenciones.
Por eso parece increíble que, a pocas semanas de esa declaración, ahora el ELN se comprometa a no seguir secuestrando con fines extorsivos. Es un triunfo del Gobierno Nacional, que fortaleció su postura sobre el tema en los últimos dos meses y dejó claro que era un inamovible. Vera Grabe, nueva jefa de la delegación del Gobierno en los diálogos con la guerrilla, dijo que “después de muchos momentos críticos, avanzamos con firmeza hacia la paz con el ELN y hemos hecho
‘‘Lograr
que el ELN y el EMC abandonen el secuestro es un logro del Gobierno y una buena noticia para los procesos de paz en marcha”.
realidad el hecho de hacer de las crisis una oportunidad”. No exageró al decirlo.
El diablo, como siempre, está en los detalles. No se puede olvidar que ambos diálogos venían de fuertes tensiones, en gran medida por la actitud de la guerrilla del ELN y de los miembros del EMC. Era necesario un gesto contundente de paz y esto, para terminar el año, es suficiente; pero el camino seguirá siendo tortuoso. Hablando con Colombia+20 de El Espectador, el senador Iván Cepeda, quien también participa en los diálogos con el ELN, dijo que “es muy difícil que ahora vaya a traicionar ese compromiso sin que pague un costo enorme”. Es cierto: la guerrilla del ELN debe comprender que violar este acuerdo es condenar los diálogos al fracaso y seguir acumulando el desprecio de la sociedad colombiana.
Más allá de los temores que persisten sobre los procesos de paz en marcha, es útil recordar por qué esta propuesta es valiosa. Según el informe reciente de la de la Coordinadora Humanitaria, los ceses al fuego pactados redujeron la violencia en un 34 % en el segundo semestre del año. Se trata de una muestra de lo que el país puede ser si la ambición de la paz total se concreta. Vale la pena intentarlo.