Bogotá, un empalme insuficiente
EL RESULTADO DE LAS ELECCIONES a alcalde de Bogotá deja múltiples temas para analizar. Las interpretaciones a conveniencia de los políticos son evidentes.
Desde hace años el voto capitalino parece enviar un mensaje consistente: el deseo de la mayoría por un cambio político profundo, que le permita a la ciudad un desarrollo sostenible y a los ciudadanos un mejor vivir. Este cambio se debe sustentar en información suficiente, producto de modelos científicos transdisciplinarios (IA) y otros, que debidamente divulgados permitan a los ciudadanos analizar y entender posibles escenarios de vida y apoyar de manera participativa las decisiones para el bienestar presente y futuro de los habitantes y de la naturaleza.
El modelo de gobierno y democracia electoral vigente necesita replantearse, pues obliga a elegir a un único mandatario y no a un consejo de gobierno con presidencia rotatoria anual. Las actuales atribuciones del alcalde son muy amplias y el Concejo responde en general a intereses de corto plazo, que no tienen un soporte técnico-científico fuerte e independiente para ejercer control político.
Esto ha sido evidente en el empalme entre Claudia López y Carlos Fernando Galán. El nuevo alcalde llega con un programa muy completo y un equipo competente de mujeres, aunque la mayoría conservadoras. La mandataria saliente, atrapada en el laberinto del poder, ha utilizado todas las circunstancias para imponer al nuevo alcalde sus caprichos, producto del oportunismo: aprovechar y acelerar el modelo de ciudad heredado de transformar a Bogotá y la sabana en una urbanización con “zonas verdes”, que proyectará su impacto negativo sobre el territorio por muchos años. Se perdió así la oportunidad poscovid de entender lo que pasó y replantear la ciudad y su entorno.
El absurdo corredor verde, así como otras vías, responde a la necedad de dar salida a la “ciudad dorada” de Lagos de Torca; es parte del costo que debemos pagar para hacer viable esta urbanización del tamaño de Manizales. También hay que replantear el tramo del corredor verde desde la 100 hasta el centro y todo el sector desde los cerros hasta la Caracas, la primera línea del metro y la autopista, sin greenwashing.
Deben revisarse igualmente los excesos de poder, el endeudamiento, el hospital San Juan de Dios, cómo afectará la salud, la soberanía y los TLC el acuerdo con la gran farmacéutica china Sinovac, para establecer el laboratorio de vacunas BogotáBio; el proyecto en la ALO, el del Campín, los Regiotram, la educación, las Manzanas del Cuidado, el POT, la nueva estructura administrativa, la integración con la región metropolitana, la CAR Cundinamarca, la articulación con el Plan Nacional de Desarrollo, el cambio climático, el agua, los suelos, la biodiversidad, los alimentos...
Es urgente que el presidente Petro, el alcalde Galán y los demás mandatarios y políticos promuevan un acuerdo sobre bases científicas y amplia participación institucional, empresarial y ciudadana efectiva para hacer viable la Bogotá Sabana.
A la memoria de Juan Pablo Ruiz, columnista de El Espectador y defensor del territorio.