“No hubo cambalaches, solo habrá recursos para la transición del ELN hacia la paz”: Vera Grabe
La nueva líder del equipo de Gobierno en la mesa con el grupo guerrillero dio detalles del quinto ciclo de diálogos.
La exmilitante del M-19, excongresista y académica Vera Grabe se posesionó como jefe de la delegación del Gobierno en los diálogos con la guerrilla del ELN en un momento crucial y delicado para este proceso de paz, debido a la crisis que desató el secuestro de Manuel Díaz, padre del futbolista Luis Díaz. Grabe llegó a la mesa de diálogos en medio del quinto ciclo de conversaciones, que dejó entre sus principales resultados el inédito anuncio de esa guerrilla sobre la suspensión del secuestro con fines extorsivos.
¿Cómo le fue en estos primeros días en la mesa de diálogos?
Para mí es todo un nuevo ámbito de trabajo porque además de haber sido integrante del M-19, llevo 30 años trabajando por la paz desde la política, la educación, en estudios, de muchas maneras, y esto es un nuevo campo que significa un reto, un aprendizaje, y además algo nuevo donde la idea es integrar esta experiencia, este conocimiento, y el espíritu femenino a este tipo de negociaciones.
¿Qué puede decir de la actitud del ELN en este quinto ciclo?
Encontré un ELN que defiende sus posturas, pero que también está dispuesto a asumir retos, y como hemos visto, hay cambios, puede que apenas sean un inicio, pero hay que valorar esos pasos que se dan, así como la disposición a encontrar ciertas salidas dialogadas en la mesa. Esa crisis que se generó en el proceso se volvió una oportunidad, se volvió un chance para buscar salidas y abordar un tema que estaba inalcanzable, que estaba en la mente de lo que era necesario asumir de alguna manera. No es fácil saltar de 60 años de lucha armada a la paz, esos procesos son difíciles, implican retos enormes, y en esa medida hay que estar abiertos desde una postura firme por parte del Gobierno, que ha sido claro en términos de criterios, en que hay cosas que son innegociables, pero de otra parte también dispuestos a ver el otro lado, que creo que es lo que tenemos que hacer siempre.
Varios pronunciamientos del ELN hicieron pensar que se mantendrían reacios a abandonar el secuestro…
Esto era como un cuello de botella. Pienso que hay una reflexión por parte del ELN, pasar de una postura a otra implica un cambio por parte del grupo en términos de abrirse a nuevas posibilidades, abrirse a hacer conciencia del daño que generan este tipo de prácticas.
¿Cómo se verificará el tema del secuestro ahora?
Es una ruta, y no es una ruta milagrosa, es un inicio. Hay una petición de información sobre las personas que presuntamente están en poder del ELN y al final de enero se prorrogará el cese al fuego y ahí quedará incluido el secuestro. Hemos planteado que deben quedar incluidas acciones como las extorsiones, desplazamientos, ampliar aquellas acciones específicas como violatorias del cese al fuego. Es decir, es todo un proceso de construcción de una ruta que obviamente busca la liberación sin condiciones y en condiciones de seguridad de las personas en poder del ELN.
Otro de los puntos álgidos de esta discusión es la financiación del ELN. ¿El Gobierno se mantiene en que no habrá ni un centavo mientras la guerrilla siga en armas?
El anuncio de la suspensión del secuestro por parte del ELN como un proceso no tiene nada que ver con la financiación. La comunidad internacional está dispuesta a aportar, pero siempre y cuando sean acciones de paz que signifiquen la transición del ELN hacia la paz, eso tiene que separarse, porque se tiende a hacer la mezcla y se ha generado la idea que ahí hubo negociaciones, cambalaches por debajo de cuerda. No hubo absolutamente nada. Aquí no se habla de financiación del ELN como fuerza armada. Eso tiene que ser muy claro, y ahí la comunidad internacional es testigo.
Otro acuerdo es el que se refiere a medidas para frenar el accionar de paramilitares. ¿Este es un mensaje para las Autodefensas de la Sierra Nevada y para el Clan del Golfo?
Se habló de un observatorio, porque el paramilitarismo es un fenómeno estructural que el propio Gobierno busca superar. Es un tema ágil, se plantea un observatorio, se plantean unos canales de comunicación cuando se identifican situaciones que tienen que ver con esto, pero obviamente tienen que ver con la paz total. La paz total implica de verdad mirar a los otros actores, integrar a los otros actores, pero eso ya es tarea del comisionado.
¿Cómo será la intervención en las ocho zonas críticas?
Lo que se está planteando es que estas zonas críticas sean áreas donde haya procesos de transformación, es decir, cambios a nivel educativo, social, a nivel de lo que la gente requiere en las regiones. Y ahí hay algo muy importante, y es que en este proceso la comunidad cumple un papel fundamental.
¿Cómo puede ayudarle en este proceso su experiencia?
La experiencia del M-19 es distinta a esta porque cada proceso es distinto, pero el haber trabajado cultura de paz, el trabajar la paz como pedagogía, el haber estudiado la paz permite también incluir una mirada de la paz, una mirada del otro, una mirada de buscar desde la firmeza puntos de encuentro.
¿Qué hacer para garantizar que este diálogo continúe si llega un gobierno opositor y que no se repita lo que ocurrió en el período de Duque, que suspendió la negociación?
Los procesos son procesos. Creo que todos queremos que esto se acelere y llegue a buen término pronto. No solamente al final del gobierno, sino ojalá que 2024 sea de verdad decisivo. Pero obviamente no somos quienes decidimos todo. No tenemos el control de muchas cosas. La idea es hacer todo el trabajo, todo el esfuerzo para que este proceso se termine. Decir tiempos es muy difícil, porque no soy adivina ni tenemos la magia para eso, pero tenemos las ganas de trabajar y meter la ficha para que esto funcione.
‘‘Haber
trabajado la paz como pedagogía, haberla estudiado permite buscar desde la firmeza puntos de encuentro”.
Vera Grabe, jefa negociadora