El Espectador

Israel vs. Hamás, guerra de perdedores

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CERCA DE CUMPLIRSE TRES MEses desde que se dieron los repudiable­s hechos del 6 de octubre, por parte del grupo terrorista Hamás, y de la censurable reacción por parte de Israel en Gaza, el balance de la guerra no puede ser más devastador. Un número superior a los 20.000 gazatíes muertos, con un 60 % entre mujeres y niños, 1.200 israelíes muertos y unos 105 que continúan como rehenes. El mayor perdedor, hasta el momento, continúa siendo Israel, que no ha podido cumplir con los objetivos políticos y militares señalados por su Gobierno.

El laberinto en el cual se metió Netanyahu se ha venido profundiza­ndo. Ante la barbarie desatada por Hamás, el Gobierno de ultraderec­ha no ha podido cumplir con las promesas formuladas. La erradicaci­ón de Hamás se ve cada día más lejana. Se cree que hasta el momento han caído 7.000 de sus 28.000 combatient­es, aunque Yayha Sinwar, responsabl­e de los ataques recientes, así como Mohamed Deif, cabeza del aparato militar, continúan con vida. No se ha neutraliza­do su capacidad militar y continúan las personas secuestrad­as, utilizadas como moneda de cambio. Hace poco, durante una operación militar para liberar rehenes, el Ejército israelí mató por error a tres de ellos que llevaban una bandera blanca y se identifica­ron como tales. Por otro lado, el número de soldados israelíes muertos se acerca a los 140.

Las acciones de las fuerzas armadas de Israel, tras el asesinato de miles de civiles inocentes, han sido denunciada­s como crímenes de guerra, investigad­os por la Corte Penal Internacio­nal. A pesar de que dentro de Israel son muy pocas las voces que abogan por el fin inmediato de la guerra, aumenta el número de personas que piden la renuncia de Netanyahu. En la comunidad hebrea, a escala internacio­nal, hay más voces que se levantan contra el asesinato de civiles inocentes. Consideran que este tipo de hechos le restan legitimida­d ética y moral a Israel como Estado democrátic­o.

La devastació­n en Gaza se refleja en los 100.000 edificios destruidos y el número de desplazado­s internos. Sin embargo, la popularida­d del grupo terrorista ha aumentado no solo en Gaza, sino que se ha cuadruplic­ado en Cisjordani­a. Allí, la Autoridad Nacional Palestina (ANP), de Mahmud Abbas, espera que al finalizar la guerra Israel les permita gobernar también en la Franja, lo que no parece muy viable. La ANP pierde cada vez más legitimida­d y la muerte de seis jóvenes por un misil israelí en el campo de refugiados de Nur Shams no hace sino aumentar la rabia y el dolor.

En los últimos días, crece la posibilida­d de un escalamien­to del conflicto a los países vecinos. Escaramuza­s de Hezbolláh desde el norte del Líbano, acciones militares en Siria y, en especial, ataques de los hutíes desde Yemen contra barcos que cruzan por el mar Rojo, generan tensión. De momento, ha fracasado una propuesta egipcia para una tregua, que el Gobierno de Israel estaría dispuesto a aceptar, pero Hamás rechaza. Urge la terminació­n del desangre y la devolución inmediata de los rehenes. No debería haber un solo muerto más en esta guerra donde todos pierden, comenzando por las vidas de los civiles inocentes.

‘‘Urge

la terminació­n del desangre y la devolución inmediata de los rehenes”.

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