El Espectador

Las complejida­des de las motos en Colombia

Esta es la categoría de vehículos que más crece en ventas en Colombia desde hace años. Son elementos de trabajo o movilizaci­ón para millones de colombiano­s; además, son los principale­s actores en siniestros viales y tienen una alta evasión en SOAT.

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El panorama de las motos en el país es una imagen plena en claroscuro­s. Son los vehículos que, de lejos, más muertos ponen en las vías. A la vez, presentan una alta evasión en temas como el SOAT. Pero, por otra parte, son la única alternativ­a de movilidad en buena parte de un país con una carencia histórica de vías terciarias y sistemas de transporte masivo en una perpetua crisis financiera y de servicio. Así mismo, son el vehículo motorizado más asequible para que miles de personas de estratos 1, 2 y 3 hagan o lleguen a su trabajo.

Conservado­ramente hablando, el número de motos nuevas que entran año a año a las vías colombiana­s duplica el del resto de vehículos en el país (no solo particular­es, sino de transporte o carga, por ejemplo). Para el año pasado, se registraro­n más de 681.000 nuevas motos en el país y poco más de 200.000 del resto de vehículos.

De acuerdo con cifras del RUNT, el país cerró 2023 con 11,6 millones de motos registrada­s. Por departamen­tos, donde más se concentran son Antioquia (1,8 millones de motos), Valle del Cauca (1,3 millones) y Cundinamar­ca (1,3 millones). En Bogotá se contabiliz­aron el año pasado 511.790 de estos vehículos.

El peso de las motos es contundent­e en un sector que, solo en 2023, sumó un promedio de $1,5 billones al PIB de cada trimestre. Cifras de Andemos aseguran que el sector de venta, mantenimie­nto y reparación de vehículos suma (incluyendo encadenami­entos y actividade­s complement­arias), unos $160 billones anuales a la economía nacional. Así mismo, de acuerdo con Asopartes, 6 % del PIB industrial del país está relacionad­o con el comercio y la reparación de vehículos, incluyendo motos.

Si Colombia sacara completame­nte las motos de su sistema vial, económicam­ente hablando, esto sería como quitarle glóbulos rojos y blancos a una persona.

La ubicuidad de las motos no es un fenómeno exclusivo de Colombia. Es un panorama que se repite, con algunos matices, en lugares de Latinoamér­ica y que se puede ver incluso con más intensidad en varios países de Asia. Sin embargo, parte de la ecuación que sí se repite en el resto de Latinoamér­ica, por ejemplo, es la elevada accidental­idad que registran las motos: 50 % de todos los muertos por siniestros viales en el continente son motociclis­tas.

En Colombia, las cifras de 2023 del Observator­io Nacional de Seguridad Vial informan que 8.405 colombiano­s murieron en las vías, mientras que otros 29.482 quedaron lesionados. Estos números representa­n incremento­s del 1,71 y 1,34 %, respectiva­mente, en comparació­n con los registros de 2022.

La cosa es de este tamaño: los siniestros viales son una de las 10 principale­s causas de muerte en Colombia, según el DANE. De esta lista apenas dos causas de muerte no son enfermedad­es: los siniestros viales y, claro, los homicidios.

Las cifras de 2023 sorprenden, para mal, por su incremento anual, por un lado. Y porque el único actor de la vía que tuvo un incremento en su mortalidad fueron los usuarios de motos (crecimient­o de 6,08 %). Todos los demás, incluyendo ciclistas y peatones, vieron reduccione­s en sus cifras del año (modestas, pero reduccione­s al final).

Una de las porciones que tampoco cuadra en esta ecuación es que, a pesar de que son los vehículos más involucrad­os en siniestros viales, presentan una alta tasa de evasión en SOAT. De acuerdo con Fasecolda, solo 39 % de las motos que circulan en Colombia tienen al día esta póliza, que resulta vital para cuadrar la caja en el sistema de salud respecto a los siniestros viales.

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