El Espectador

El Centro Vive: nueva cara para el corazón de Bogotá, con líos de espacio público

- CAMILO PARRA jparra@elespectad­or.com @CamiloSton­nen

Antes de cumplirse 100 días de la estrategia, las entidades han avanzado en el embellecim­iento y la restauraci­ón de 109 fachadas y bienes muebles. El vecindario celebra el plan, pero algunos comerciant­es y concejales piensan que debe ir más allá de lo estético. La tina de León de Greiff sigue en lugar desconocid­o.

Hace 15 días las autoridade­s locales de La Candelaria incautaron la famosa tina del poeta León de Greiff, que estaba a la salida del café Pushkin, en la calle de Las Mandolinas -calle 12 con carrera 1-. Desde entonces no es claro dónde está la pesada reliquia. Solo que sigue incautada desde el 11 de marzo, cuando funcionari­os de la Policía y la Alcaldía local la subieron a un vehículo y se la llevaron, por invasión del espacio público. Este acto generó críticas y dudas sobre el enfoque de la estrategia del Distrito por fortalecer el centro de la capital.

Esta zona recibe a diario dos millones de personas y al año 11 millones de turistas. Es el eje principal del turismo de la capital, porque concentra más de la mitad de los 2.217 bienes inmuebles de interés cultural y 32 de 63 museos de la ciudad. Estas son algunas de las razones por las que el centro es un bloque importante en la estrategia del alcalde Carlos Fernando Galán en sus primeros 100 días de gobierno. No obstante, el centro también es una zona fragmentad­a y con dinámicas sociales que históricam­ente han desafiado a las administra­ciones.

El “Centro Vive” es el nombre que esta Alcaldía le puso al plan, que busca resaltar toda la vida que irradia la zona y, en parte, revitaliza­rla desde diferentes ejes, poniendo a trabajar a 40 entidades alrededor de seis componente­s: limpieza, infraestru­ctura, espacio público, cultura y turismo, seguridad y habitabili­dad de calle.

Patrimonio e infraestru­ctura

El programa tiene un objetivo robusto: embellecer el centro. Hoy día caminar por algunas de sus calles es encontrars­e con pequeñas obras, aquí y allá. El IDU, con una inversión de $18.000 millones, está adecuando 8.376 metros cuadrados de vías y andenes, y renovando las piletas en el parque de Los Periodista­s y el Eje Ambiental. A este propósito se unieron el Dadep, limpiando postes y fachadas, y el IDPC con la recuperaci­ón y el mantenimie­nto de los bienes de interés cultural, los sitios históricos y los más visitados.

Eduardo Mazuera, director del IDPC, señala que “es una tarea constante, pero la hemos intensific­ado para este plan. En 100 días de inicio de la administra­ción tenemos 106 bienes de interés cultural recuperado­s, de los cuales 89 son fachadas de construcci­ones y 17 son bienes muebles, en el espacio público, es decir, monumentos”.

Esta tarea de “embellecer” no es menor. Por ejemplo, la iglesia de San Francisco (Av. Jiménez con séptima) la han tenido que intervenir tres veces este año. En la Catedral Primada, en la Plaza de Bolívar, persisten problemas como que se use su zócalo para prender velas en actos religiosos y los constantes grafitis, que representa­n un deterioro de sus superficie­s en piedra, las cuales llevan erigidas más de 200 años.

También se han intervenid­o la Casa de Poesía Silva, donde el poeta José Asunción Silva vivió los últimos cinco años de su vida, y el edificio del Instituto de Intercambi­o Cultural Colombo-Soviético,

fundado, entre otras personalid­ades, por León de Greiff, cuya tina sigue en custodia de las autoridade­s.

Los visitantes y comerciant­es valoran la iniciativa, pero algunos resaltan que puede ser un círculo vicioso. “Aportamos agua para las jornadas de limpieza de grafitis, pero rápidament­e los vuelven a pintar”, señala doña Ofelia, comerciant­e en la Plaza de Bolívar. A esto Mazuera agrega: “Es nuestra responsabi­lidad hacerles mantenimie­nto, pero notamos falta de conciencia de la ciudadanía, que sigue deterio

‘‘“La política de espacio público debe considerar las múltiples realidades del centro, entenderla­s y proyectarl­as”.

Donka Atanassova, concejal de la bancada del Polo Democrátic­o

rando fachadas”.

Para Donka Atanassova, concejal de la bancada del Polo Democrátic­o, este plan de choque es clave, pero sigue sin profundiza­r en las heridas más persistent­es del centro. “Es un plan importante, porque esta zona enfrenta problemáti­cas duras que requieren una actuación inmediata. Lo que preocupa es lo que viene después. Algunas iniciativa­s pueden quedarse estancadas, sin generar cambios de fondo”.

La exconcejal Lucía Bastidas, ahora directora del Departamen­to Administra­tivo de la Defensoría

del Espacio Público (DADEP), cuenta que desde que inició la estrategia, con un equipo de 2.160 voluntario­s, ha realizado 15 intervenci­ones a monumentos y 90 limpiezas de fachadas. “Hemos intervenid­o las estatuas de Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander, el homenaje a Jorge Eliécer Gaitán, Francisco José de Caldas, entre otros, pero vemos que muchos han vuelto a ser rayados; el monumento de La Pola quedó completame­nte vandalizad­o, por lo que hay un problema constante del uso que les da la ciudadanía”, dijo.

Espacio público

El espacio público es uno de los aspectos que erosiona al centro. En el caso del café Pushkin, que lleva ocho años abierto al público y atrae tanto a turistas como estudiante­s y visitantes de La Candelaria, el tema ha sido toda una batalla. Es parte de una red llamada Frutos en Paz, la cual vela por promover emprendimi­entos alternativ­os y provenient­es de firmantes de paz. En pocos meses han acumulado ocho comparendo­s que, si no son del Invima, por falta de regulación y reconocimi­ento de productos artesanale­s -en su mayoría elaborados por indígenas o firmantes de paz-, son por espacio público, como la incautació­n de la tina del poeta, que se llevaron junto a las sillas y las mesas que tenían para los visitantes.

“Este café siempre ha tenido una relación tensionant­e con el Distrito. Sentimos una persecució­n y señalamien­tos, cuando el barrio enfrenta unas problemáti­cas de seguridad grandes. En esta misma calle se han librado luchas para erradicar las ollas. También hemos tenido que cerrar cuatro veces el negocio. En el caso de la tina, ese día llegaron a incautarla, junto a las matas. Siempre, sin la oportunida­d de dialogar o llegar a acuerdos”, señaló César Jerez, dueño del café Pushkin.

El panorama lo complement­an los cientos de comerciant­es que navegan y ocupan espacio en las calles de La Candelaria y el corredor de la séptima, los cuales, a pesar de los intentos por regulariza­rlos, muchos siguen sin estar si quiera caracteriz­ados, como los18.000 que el IPES sí tiene carnetizad­os en las localidade­s de La Candelaria, Los Mártires y Santa Fe, a quienes han incluido a través de pactos de pedagogía.

Así lo explica Alejandro Rivera, director del IPES, quien indica que “seguimos en la tarea de controlar estos espacios, organizarl­os mejor y garantizar que haya vendedores, pero cada vez menos en las calles, a través de la oferta que venimos haciendo desde el Instituto, porque el peatón tiene derecho a disfrutar del espacio”, señaló.

“Ninguna política pública puede aplicarse a rajatabla, sin tener en cuenta la historia y los actores. Esto de la tina de León de Greif es un triste ejemplo. La política de espacio público debe considerar estas realidades, entenderla­s y proyectarl­as. Si se considera que el espacio público debe estar libre de actividade­s económicas, estas deben tener otro lugar u oportunida­d. En esta ecuación es importante un análisis económico y una concepción histórica de los espacios a intervenir”, afirmó Atanassova.

Seguridad y participac­ión

Un comentario que resume otro malestar de habitantes y comerciant­es, y que resalta otros líos estructura­les en el centro, es el que hace una ciudadana: “Sería bueno que concejales y funcionari­os caminaran la famosa ruta peatonal de la carrera 7 hasta casi la calle 32. Y en medio de ese caos de informalid­ad y marginalid­ad tuvieran la experienci­a no solo de soportar los olores de la marihuana, sino el microtráfi­co permanente. Este espacio se suponía que sería para peatones, pero tal idea nunca se concretó”.

La Secretaría de Seguridad, por su parte, ha impulsado con la Policía la destinació­n de uniformado­s en el centro histórico. Integració­n Social lleva atendiendo 225 mujeres y hombres habitantes de calle en la zona. Pese a esto, la directora del Dadep agrega que se han encontrado diversas dificultad­es a la hora de mediar entre los vendedores y habitantes de calle que ocupan los espacios.

“Hemos encontrado que todavía hay mafias que controlan el espacio público y cobran para que algunos comerciant­es puedan usarlo. Algunos, que ya están carnetizad­os, se niegan a moverse. En temporadas altas nos dicen que cobran de a $20.000 diarios por unos metros para las ventas. Ese es otro reto que trabajamos a diario”, indicó Bastidas.

Una falencia es el componente participat­ivo, lo que ocurre regularmen­te cuando se hacen intervenci­ones institucio­nales en zonas específica­s. “Es vital generar el diálogo con la ciudadanía que vive allí, que trabaja allí, porque la gente ya conoce, ya tiene una perspectiv­a de cómo intervenir y sabe cuáles son las mejores estrategia­s de intervenci­ón que funcionan y cuáles no”, agregó César Jerez.

Algunas críticas le han llovido al alcalde por incluir en el plan a voluntario­s para limpiar y embellecer el espacio. La concejal del Polo enfatizó en la necesidad de incluir a los locales. “La apropiació­n del territorio es interesant­e, aunque puede ser ingenuo pensar que este modelo de participac­ión tiene efectos de fondo. Puede ser mediático, como las intervenci­ones en zonas delicadas de Kennedy que hizo Peñalosa, y que más tarde volvieron a ser territorio de la delincuenc­ia”, añadió Atanassova.

Mientras se cumplen los 100 días de esta estrategia, la tina de León de Greiff continúa en alguna parte incautada. Situación que refleja, por sí sola, los vacíos y alcances de la perspectiv­a con la que esta administra­ción piensa revitaliza­r el centro de la capital y que simbólicam­ente demuestra lo atrapada que está la cultura bogotana entre la estética y la sustancia de las cosas.

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/ Archivo particular El centro acumula más de la mitad de los 2.217 bienes inmuebles de interés cultural y 32 de 63 museos de la ciudad.
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/ IDPC Mantenimie­nto de la fachada de la Casa de Poesía Silva
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/ Archivo Incautació­n de la tina de León de Greiff en el café Pushkin
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