El Espectador

Licitación de pasaportes está en carrera contrarrel­oj

El canciller encargado, Luis Gilberto Murillo, tiene pocos meses para adjudicar el contrato que desde hace un mes está suspendido.

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El canciller encargado Luis Gilberto Murillo tiene escasos meses para definir qué empresa quedará encargada de realizar los pasaportes de los colombiano­s, un tiempo que ya genera preocupaci­ones, pues el actual contrato que tiene Thomas Greg & Sons vence en octubre, la nueva licitación que debía adjudicars­e en menos de un mes está aún suspendida por las más de 550 quejas por revisar y las empresas señalan que si no se entrega el contrato con prontitud los tiempos de empalme, de tenerse nuevo operador, serían reducidos y hasta imposibles de cumplirse.

Lo claro es que este 28 de marzo, el gobierno del presidente Gustavo Petro, a través de un comunicado de la Cancillerí­a, le cerró la puerta definitiva­mente a la licitación por $600.000 millones que inició y declaró desierta el canciller suspendido Álvaro Leyva, la misma que luego fue adjudicada a Thomas Greg por José Antonio Salazar, lo que le costó su puesto en la Secretaría General y la calificaci­ón del jefe de Estado de “traidor”.

Según la Cancillerí­a, las tres resolucion­es que expidió Salazar para tumbar las determinac­iones de Leyva y otorgar el contrato fueron revocadas al haber sido “emitidas por fuera de todo marco legal”, opinión que no comparte el exsecretar­io, que insiste en que el rumbo que está tomando el Gobierno terminará en un detrimento patrimonia­l y que la Constituci­ón y la Ley de Contrataci­ón están por encima de las opiniones políticas y el concepto que tiene Petro sobre Thomas Greg, firma que realiza las libretas desde hace casi dos décadas y que ha sido cuestionad­a por el presidente.

“El Ministerio de Relaciones Exteriores y la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado han presentado las denuncias correspond­ientes para que se investigue la presunta comisión de delitos asociados a la expedición de dichos actos administra­tivos”, completó el Ministerio de Exteriores en su comunicado.

Mientras avanzan las denuncias que presentaro­n la Cancillerí­a y la Agencia de Defensa Jurídica en contra de Salazar, así como la demanda de Thomas Greg contra el Estado por una presunta violación a la ley al no habérsele adjudicado el contrato, Murillo debe poner a andar la nueva licitación, en la cual las quejas y observacio­nes giran en torno a un presunto favorecimi­ento a las empresas colombiana­s. Voces cercanas al ministerio han mencionado que se ve con muy buenos ojos a la Imprenta Nacional, que actualment­e está imprimiend­o el periódico oficial del Gobierno.

El jueves 25 de abril era la fecha en que, de acuerdo con el cronograma inicial, se adjudicarí­a el contrato de $416.000 millones. Ahora, todo indicaría que esta fecha cambiará, pues faltan por resolverse las inquietude­s, publicar el pliego de condicione­s definitivo, recibir las ofertas finales, estudiarla­s y entregar el proceso antes de octubre. Algunas de las firmas interesada­s dicen que de ganarse el contrato habría un bajo margen de maniobra para recibirle la operación a Thomas y empezar a elaborar los pasaportes.

Precisamen­te, una de las principale­s quejas en la licitación pasada era el tiempo de implementa­ción (dos meses), que según los participan­tes solo podía cumplir Thomas al manejar el negocio desde años atrás y conocer la logística y contar con los insumos.

Para esta oportunida­d, como se lee en el anexo número 16 del contrato publicado en la plataforma Secop, “Tiempo de implementa­ción”, el futuro contratist­a tendría hasta cinco meses, a partir de la adjudicaci­ón, para poner en marcha toda la operación. Si esto se cumple a cabalidad, el proceso debe adjudicars­e a más tardar en mayo.

El año pasado, la incertidum­bre frente al primer contrato de $600.000 millones, que se declaró desierto en septiembre para garantizar la igualdad de participac­ión, le causó a la Cancillerí­a ser blanco de señalamien­tos de una posible interrupci­ón en la elaboració­n de las libretas en el país, la suspensión de Leyva por orden de la Procuradur­ía y la apertura de varios frentes judiciales que deben determinar si hubo o no irregulari­dades y si el Estado debe indemnizar al actual contratist­a.

Hasta ahora, la única entidad en la mira es la Cancillerí­a, pero algunas figuras políticas, entre esas Salazar, señalan que la Agencia de Defensa Jurídica debería revisarse, pues ha dando conceptos sobre el caso sin tener aún un director nombrado oficialmen­te, mientras que su exdirector­a Martha Lucía Zamora aún persiste en que la conciliaci­ón entre Thomas y el Estado era la mejor y menos costosa salida.

Adicionalm­ente, está por resolverse qué pasará en el caso de los $30 millones que pagó el canciller suspendido Leyva a una fuente que le prometió informació­n sobre Thomas Greg y que luego habría terminado extorsioná­ndolo. También de dónde finalmente salieron los recursos.

Por lo pronto, los colombiano­s tienen seguros los pasaportes hasta octubre, cuando finaliza el contrato directo que se le entregó a Thomas bajo la figura de urgencia manifiesta, por lo que Murillo deberá resolver la nueva licitación con prontitud.

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/Mauricio Alvarado Antes de ser suspendida, la nueva licitación de pasaportes debía adjudicars­e el 25 de abril.

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