“Cada historia que contamos es una lección de vida”
El formato que se emite por Caracol Televisión, los domingos a las 5:00 p.m., celebra sus primeros cinco años al aire. Diva Jessurum, la directora, habló para El Espectador sobre la evolución del programa y el reto que conlleva hablar de la muerte.
¿El proyecto de “Expediente final” nació respondiendo a alguna necesidad específica?
Caracol TV siempre le ha apostado a la innovación, hacer cosas diferentes y dejar huella en el corazón de los colombianos. Sí existía una necesidad de mostrar más allá de lo que se esconde detrás de los personajes y este formato nació siendo un reto periodístico enorme, porque nosotros dimos vida a algo llamado periodismo investigativo de entretenimiento. Nos lanzamos a hacer esto, que en Latinoamérica no existía, y no es fácil trabajar con el dolor de las personas, no es fácil escudriñar en el alma para que te hablen de lo más sagrado que tienen, que es la partida de su ser querido.
¿Por qué es importante llegar al fondo de un personaje y mostrar quién era antes de morir?
Decidimos contarle a Colombia cómo fueron los últimos días de vida de los personajes más célebres de nuestro país y Latinoamérica. Pero primero le recordamos a la gente la grandeza del personaje, y después nos vamos a seguir la huella de sus últimos pasos recorridos. Periodísticamente hablado, esto tiene un grado de responsabilidad muy alto, porque cuando una persona muere forma parte del tesoro del existir del que queda. No estás hablando de cualquier cosa, estás hablando de que tu ser querido murió accidentado, reventado en una carretera, violado o masacrado, secuestrado a manos de las FARC, que se suicidó, que murió por depresión, o por una enfermedad que no solo acabó con su vida, sino con la de su entorno.
¿Cómo han manejado el tema con los seres queridos de los personajes? ¿Cuáles han sido los retos en estos cinco años?
Una de las cosas más retadoras es que nadie cree que su doliente fue malo, como dicen por ahí, “no hay muerto malo ni novia fea”. Todo el mundo tiende a exaltar y engalanar a su personaje, y nosotros tenemos no solo la difícil misión de preguntar cómo fue ese último suspiro, quiénes rodearon a esa persona cuando murió, sino también hablar de las cosas malas que hizo, de los errores que cometió.
¿Y el trabajo en equipo cómo funciona?
Expediente final requiere una rigurosidad enorme, y lo que nadie sabe es que lo hacemos solo cuatro personas. De los tres periodistas que yo tengo a mi cargo cada uno tiene un personaje distinto, no somos los cuatro trabajando en el mismo. El personaje se plantea y el periodista arranca con la investigación, se manejan tres historias de manera simultánea, aunque al aire vaya una sola. Cada una tiene una investigación de, al menos, 15 días, con entre tres y 17 invitados, hemos llegado a tener 21 entrevistas. El reto consiste en resumir la grandeza del personaje, rendirle tributo a su vida, cumplir las expectativas de la familia y del televidente.*
¿Cree que “Expediente final” ha ayudado a que el periodismo de entretenimiento sea reconocido por algo más que la farándula? ¿Qué opina de ese estigma?
Sí, hemos demostrado a los colombianos que estas investigaciones son rigurosas.