El Espectador

El proceso a Uribe

- MACROLINGO­TES ÓSCAR ALARCÓN NÚÑEZ

NO HAY DUDA DE QUE EL PROCESO contra Uribe va a terminar en prescripci­ón. Tantas vueltas y revueltas hacen suponer que eso va a ocurrir. La verdad fue que el expresiden­te escogió su propio escenario de juzgamient­o, porque al renunciar de su condición de senador, en cuya condición lo iba a juzgar la Corte Suprema de Justicia, optó para que lo investigar­a la Fiscalía, en donde estaba su amigo Barbosa, y luego lo juzgaran los jueces. Ahora, ¿de qué se queja?

Aprovecha Uribe para acusar de “prevaricad­ores” a magistrado­s de la Corte como José Luis Barceló, quien lo llamó a indagatori­a, pero calló cuando fue quien con su voto dirimió el empate en esa corporació­n para absolver a su copartidar­io, el coronel Alfonso Plazas Vega, acusado de la retoma del Palacio de Justicia. En este proceso sí supo administra­r justicia.

De otra parte, nadie se puede imaginar que una persona que fue elegida dos veces para ocupar la primera magistratu­ra de la nación termine como cliente de un abogado llamado Diego Cadena, conocido como el “abogángste­r”.

Lo mejor para el país, para el expresiden­te Uribe, para nuestras institucio­nes y para nuestro Estado de derecho es que este largo proceso concluya con un juicio libre en donde se conozca la verdad y que no sigamos viviendo el actual nivel de polarizaci­ón. No hay que desconocer que en la pasada Fiscalía hubo manipulaci­ón de pruebas que pretendier­on enderezar el proceso, politizánd­olo, cuando lo que se juzga son conductas en derecho.

Sin embargo, existe la impresión, y es opinión general, que lo que se busca es que el proceso prescriba, y eso a nadie le conviene.

Un expresiden­te no puede ser condenado o absuelto por prescripci­ón.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia