El Espectador

¿De dónde sacar más plata para el sistema de salud?

La gran discusión de fondo sobre los aprietos que atraviesa el sistema de salud tiene que ver con la falta de dinero. ¿Será posible buscar caminos para captar más recursos?

- JUAN DIEGO QUICENO dquiceno@elespectad­or.com @juandiegom­q

Algunos grupos de pacientes y de trabajador­es de la salud marcharon ayer en varias ciudades reclamando una mayor participac­ión en la construcci­ón de una reforma a la salud, aunque otros no respaldaro­n la manifestac­ión, como el Colegio Médico de Bogotá y la Federación Médica Colombiana.

Pero si en algo concuerdan todos es que una de las discusione­s de fondo en la salud hoy tiene que ver con plata. Para un sector, se trata de que los recursos no están alcanzando para garantizar el Plan de Beneficios en Salud (la insuficien­cia de la UPC). Para otros, como el Ministerio de Salud, la cuestión es cómo se usa la plata. En 2024, el sector salud llegará a los $91,3 billones.

El debate alcanza cada vez mayores dimensione­s: la Corte Constituci­onal, por ejemplo, está estudiando hace unas semanas la insuficien­cia de la UPC. “Es interesant­e, porque no es la primera vez que la Corte estudia la capacidad de los recursos en el sistema de salud”, dice Aquiles Arrieta, exmagistra­do auxiliar de la Corte y quien en 2015 participó activament­e de la discusión que declaró la salud como un derecho fundamenta­l. “Sin embargo, la discusión financiera ahora se da en términos muy diferentes a cómo se daba hace unas décadas”, aclara.

Para asegurar esa sostenibil­idad, en Colombia el sistema se financia de tres fuentes: las cotizacion­es de los empleados y empleadore­s, el aporte del Presupuest­o General de la Nación y, en tercer lugar, los esfuerzos de las entidades territoria­les a partir, por ejemplo, de impuestos locales. “Cada una de esas fuentes participa con un tercio de los recursos. Lo que hemos visto en los últimos 15 años es que el aporte de la nación ha ido creciendo año tras año”, dice Anwar Rodríguez, vicepresid­ente de Salud de la Andi.

De hecho, personas como Paul Díaz, quien se desempeñó como subdirecto­r de Salud y Riesgos Profesiona­les del Ministerio de Hacienda, estiman que el sistema está desfinanci­ado en alrededor de $9 billones. Si es así, ¿de dónde va a salir más plata?

¿Cuáles son los caminos para tener más dinero?

De las tres fuentes que aportan dinero al sistema, hay un relativo acuerdo en que dos, por lo menos, no pueden dar más plata. En términos de cotizacion­es, por ejemplo, “los sistemas de salud hace mucho tiempo migraron de una dependenci­a de cuánto aportan los trabajador­es y empleadore­s”, afirma Rodríguez, de la Andi.

De hecho, esta fuente de recursos ha ido perdiendo protagonis­mo a medida que el número de afiliados que pueden cotizar se estabiliza. En Colombia, quienes tienen un empleo formal y pueden aportar a su salud están afiliados al régimen contributi­vo y su aporte es del 12,5 %, del cual el 8,5 % está a cargo del empleador y el 4 % a cargo del empleado.

Los ciudadanos que no tienen un empleo formal están en el régimen subsidiado y no cotizan directamen­te desde su sueldo. Su atención en salud, entonces, está financiada por las otras dos fuentes de recursos (el presupuest­o de la nación y los entes territoria­les).

Aumentar los recursos que provienen de la afiliación implicaría que sucedan cosas que no están en el marco solo de la salud, como que más personas adquieran un empleo formal. Otro camino es “incrementa­r la proporción de cotización que asumen los empleadore­s”, piensa Giovanni Jiménez Barbosa, investigad­or y docente de la U. Jorge Tadeo Lozano.

Por otro lado, los recursos de los entes territoria­les, siempre en aprietos financiero­s, varían: el presupuest­o de la Secretaría de Salud de Bogotá es muy superior al de todas las regiones de Colombia.

Así que para robustecer la bolsa de la salud solo parece existir una salida: el presupuest­o general de la nación. “Nosotros deberíamos estar moviéndono­s cada vez más a un sistema financiado por impuestos generales. En la medida, por ejemplo, que la DIAN aumenta la capacidad de captura de informació­n para subir el recaudo, debemos orientarno­s más a esos impuestos”, asegura Jiménez.

Con él concuerdan personas como Clemencia Mayorga, del Colegio Médico de Bogotá y Cundinamar­ca e integrante del Grupo de Acuerdos Fundamenta­les. “Estoy segura de que sí hay posibilida­des de recursos nuevos. Creo que hay tres o cuatro caminos por explorar. Por ejemplo, el impuesto a los cigarrillo­s y al alcohol en Colombia debe subir, y esos recursos deben ser para la salud.

Colombia gasta poquito en salud. Alrededor del 8 % de su PIB, cuando el promedio es de entre 11 y 12 % en la OCDE. El país podría hacer el esfuerzo de subir ese gasto, a partir del presupuest­o de la nación. Pero obviamente esto tendría que pasar lentamente. Es decir, hacer una propuesta de cambios muy drásticos en un momento tan grave para la economía sería desastroso”, opina Paul Rodríguez, profesor e investigad­or de la Universida­d del Rosario y quien ha estudiado las finanzas del sistema de salud.

Si el camino de más impuestos no termina de cuajar, solo queda una opción: tocar el Plan de Beneficios en Salud. Pero, ¿sería viable?

“En Colombia concluimos hace unos años que ese PBS cubre absolutame­nte todo, excepto un pequeño número de excepcione­s”, dice Porras.

Eso ha implicado que el país tenga uno de los gastos de bolsillos más bajos de la región, pero también que el gasto en salud crezca año tras año, una cuenta que puede aumentar con la llegada de nuevas y costosas tecnología­s en salud.

Personas como Alejando Gaviria han sugerido que el país tiene que repensar el acceso al PBS. “Dar la discusión de qué debe quedar excluido ha sido muy complejo. De alguna manera, hemos sido víctimas de nuestro propio éxito”, señala Rodríguez, vicepresid­ente de Salud de la Andi.

Pero no todos piensan así. Para Arrieta, exmagistra­do auxiliar de la Corte, “la manera de contener los gastos no es restringie­ndo el derecho, sino ajustando los gastos y administrá­ndolos y gerenciánd­olos en sintonía y en armonía con la protección de la salud”. Para el jurista la solución no es restringir el PBS, sino mejorar la eficiencia en su acceso.

Finalmente, está el tema de la posible desviación y uso irregular de los recursos de la salud. Todos concuerda en que evitar la corrupción es una gran manera de ahorrar recursos.

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/ Gustavo Torrijos Uno de los puntos que más discusione­s ha causado tiene que ver con la suficienci­a de la UPC.
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