El Espectador

Así les ha ido al agro y a la producción de alimentos durante El Niño

La sequía se sintió en el sector agropecuar­io, aunque para los consumidor­es no fue muy notorio en términos de precio. Este es el panorama de los principale­s alimentos que se consumen en Colombia.

- MARÍA CAMILA RAMÍREZ CAÑÓN mramirez@elespectad­or.com @MCamilaRam­irezC

El racionamie­nto de agua, la preocupaci­ón porque suceda lo mismo con la energía, los incendios y altas temperatur­as son algunas de las consecuenc­ias del fenómeno de El Niño en Colombia, cuya llegada oficial fue en noviembre del año pasado.

El agro y los precios de los alimentos generaron preocupaci­ón al inicio, pero han ocupado un bajo perfil en medio de las alertas climáticas. La razón de este panorama es que, por fortuna, no ha habido grandes estragos en el sector y las afectacion­es que sí se dieron no terminaron por ser evidentes para los consumidor­es o afectar el rumbo de la inflación, por ejemplo.

“El fenómeno de El Niño no impactó notoriamen­te en la producción de alimentos. Esto se confirma porque tuvimos un primer trimestre del año en el que aumentó el abastecimi­ento en las centrales de abastos y no hubo riesgo de desabastec­imiento en ningún lugar del país”, asegura la ministra de Agricultur­a, Jhenifer Mojica.

El impacto climático tampoco se ve reflejado en el precio de la comida, que siguió mostrando una tendencia positiva e impulsando hacia abajo el índice de precios del consumidor (IPC). En el último año (de marzo de 2023 a 2024) la comida se ha encarecido 1,73 %, mientras que el IPC total está en 7,36 %, según cifras del Departamen­to Administra­tivo Nacional de Estadístic­as (DANE).

Las consecuenc­ias de la sequía

Pese a los buenos indicadore­s macro, El Niño sí tuvo impacto en comestible­s y productore­s de varios sectores, aunque cada uno lo sintió de forma distinta. La severidad de los efectos depende de la zona en la que se encontraba.

La disminució­n de las lluvias, especialme­nte en la región Caribe, Andina y Orinoquia, afectó la producción de cultivos como arroz, maíz, café y cacao, según Carlos Duarte, miembro del Instituto de Estudios Intercultu­rales de la Universida­d Javeriana de Cali.

El Instituto de Hidrología, Meteorolog­ía y Estudios Ambientale­s (IDEAM) indica que habrá una transición de El Niño a la fase neutral en el periodo abril-junio con un 83 % de posibilida­d. En otras palabras, esto indica que el fenómeno se está debilitand­o. Pese a la disminució­n en su intensidad, aún no están superadas las consecuenc­ias que tendrá en el agro.

Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultor­es de Colombia (SAC), advierte que hay afectacion­es que se evidenciar­án más adelante, sobre todo en los cultivos de ciclo corto como, la papa. El motivo es que el mal clima hizo que los productore­s decidieran demorar las siembras correspond­ientes a febrero y marzo para abril y mayo, por lo que las cosechas tardarán más meses de los habituales en salir.

Como cada caso es particular y relativo a la ubicación geográfica, este es el panorama de los efectos y precios de los principale­s alimentos que consumen los colombiano­s.

Frutas y hortalizas

La Asociación Hortifrutí­cola de Colombia (Asohofruco­l) reporta que la principal afectación del sector es la reducción de la cosecha para el periodo de diciembre de 2023 a febrero de 2024. En algunos casos, llegó al 60 % debido a la sequía y el aumento de algunas plagas y enfermedad­es como ácaros en cultivos frutales.

Además, hubo un aumento en el consumo de agua para riego, en algunos casos se debía recurrir al bombeo en pozos para regar las cosechas (para los productore­s los que tienen esa posibilida­d). Asohofruco­l revisó 10.776 sistemas productivo­s y solo 21 % dispone de sistemas de riego y apenas 8 % tiene reservorio­s o tanques para abastecimi­ento de agua.

En los lugares en los que no había suficiente­s recursos hídricos se redujo la productivi­dad y se generaron pérdidas de rentabilid­ad del cultivo, por la baja calidad final del fruto. En lo que va de este año (de enero a marzo), las frutas frescas han tenido una inflación de 17,97 %, mientras que las hortalizas y legumbres secas se han encarecido en 12,22 %.

Para los próximos meses, al gremio le preocupan las pérdidas y la falta de capacidad para el abastecimi­ento de alimentos, sumadas a las probabilid­ades de alta incidencia de lluvias que pueden generar la propagació­n de plagas y enfermedad­es.

Respecto a los precios, durante lo que va de este año (de enero a marzo), las frutas frescas han tenido una inflación de 17,97 %, mientras que las hortalizas y legumbres secas se han encarecido en 12,22 %.

Papa

Uno de los productos más golpeados por la sequía es, sin duda, la papa. Desde Fedepapa proyectaba­n que el fenómeno duraría hasta marzo, pero este se ha prolongado. Los cultivos más afectados se han registrado en cercanías a Usme y Subachoque (Cundinamar­ca) y en algunos municipios de Boyacá. El impacto negativo no ha sido generaliza­do, aclara el gremio.

“Los productore­s sabían que era ries

gosa las siembra por el fenómeno de El Niño. Por eso, la cosecha se va a correr para octubre o noviembre. Es muy posible que se den aumentos de precios que permitirán recuperar los costos de producción para sembrar en los próximos meses y tener una oferta permanente”, explica Germán Palacio, gerente de Fedepapa.

El tubérculo no solo pierde calidad por la falta de lluvias, sino también se ve afectado por las heladas y los cambios bruscos en la temperatur­a. Los paperos estiman que este año las hectáreas sembradas van a estar por debajo en 5.000 o 6.000 frente a las cifras de 2023. Es decir, van a pasar de 112.000 hectáreas en producción a unas 106.000, aunque eso no limitará la disponibil­idad del producto.

“El precio de la papa en los últimos dos años ha sido muy competitiv­o, no ha tenido variacione­s fuertes y ha habido una oferta permanente. Tenemos una penetració­n de los hogares superior al 95 %”, subraya Palacio. Durante lo corrido de 2024, el producto ha bajado de precio en 2,55 %. En las centrales de abasto de Bogotá el kilo de papa negra está costando $1.878.

Arroz

Otro de los grandes perjudicad­os por El Niño es el arroz, pues requiere una gran humedad para su desarrollo y correcto llenado de los granos. Por eso, las altas temperatur­as reducen el rendimient­o y, aunque no es generaliza­do en el país, se ha registrado una reducción de unas 90.000 toneladas de arroz paddy verde.

“A su vez, la cosecha que se siembra entre abril y mayo para recoger en agosto y septiembre tuvo un leve retraso porque las lluvias llegaron a finales de mes, cuando se esperaban a principios. La demora fue de 15 días y no esperamos que haya efectos adversos por ello”, dice Rafael Hernández, gerente de la Federación Nacional de Arroceros (Fedearroz).

El precio se ha mantenido y se proyecta que sea similar al del año pasado. La inflación que se ha presentado en este producto ha sido de 1,59 % para el año corrido y su precio por kilo en centrales de abasto en Bogotá es de $3.725, según el DANE.

Fedearroz asegura que pueden abastecer 95 % de la demanda de arroz del país.

Carne y leche

Para los lecheros los efectos de El Niño han sido peores de los esperados. La razón es que la sequía disminuyó la producción de leche, pero en esta ocasión “pasó algo que nunca había pasado. Hubo menor leche, menor precio, menor consumo y no bajó el costo para el consumidor”, sostiene José Félix Lafaurie, presidente de Fedegán (Federación Colombiana de Ganaderos).

Con la sequía se reduce la cantidad de pastura disponible y, por ende, la producción del líquido. Por eso, los productore­s esperaban que se les reconocier­a un mejor precio, algo que no sucedió. Tampoco se beneficiar­on los consumidor­es; por el contrario, hubo un alza en el precio final este año de 1,11 %.

El caso de la carne fue similar, pues los productore­s vieron el mejor precio de novillo gordo en mayo de 2023. Pero aún no ha bajado el precio de la carne en los comercios; en cambio, este producto ha tenido un leve aumento de 0,16 % entre enero y marzo de 2024.

Fedegán pide al Gobierno que evalúe lo que está pasando con el sector y el encadenami­ento productivo, porque “hay alguien que se está quedando con más ganancias”, comentó Lafaurie.

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/ Mauricio Alvarado - El Espectador La disminució­n de las lluvias, en la región Caribe, Andina y Orinoquia, afectó la producción de cultivos como arroz, maíz, café y cacao.
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