El Espectador

Un dilema que ya está claro

- ANDRÉS HOYOS andreshoyo­s@elmalpensa­nte.com

EN LA ENCRUCIJAD­A POLÍTICA DE Venezuela, un dilema ya está claro: si en el tarjetón para las presidenci­ales del 28 de julio figura Edmundo González Urrutia, Maduro perdería por goleada. Edmundo es el candidato de María Corina Machado, y la popularida­d de ella es tan grande que, junto con su sustituta, Corina Yoris, tenían todas las de ganar hasta que fueron inhabilita­das. Igual, María Corina Machado ha seguido en campaña con un brío notable, como si no hubiera pasado nada, y el régimen no parece capaz de evitar que llene una plaza tras otra tras otra. Por lo demás, González Urrutia se coló en la lista aceptada por el Consejo Nacional Electoral y esto lo ha vuelto también un ganador casi seguro. Yo incluso iría más allá. Si por alguna razón el chavismo encuentra una trampa para sacarlo del tarjetón, la sola realizació­n de las elecciones permitiría que la población hallara un modo de expresar sus preferenci­as por la oposición. ¿Ergo? La única opción que les va quedando a los recalcitra­ntes del régimen es cancelarla­s; es decir, declararse abiertamen­te una dictadura. La costumbre de los últimos meses ha sido que la realidad atropelle a Maduro y sus secuaces. Ellos se gastan días y semanas cruciales antes de reaccionar. Igual, todavía es difícil pensar que tolerarán a González así no más en el tarjetón.

Para la gente enterada, incluso para algunos venezolano­s lúcidos, es difícil dimensiona­r lo que podría pasar si Maduro pierde las elecciones. La mayoría de la gente hoy exige un cambio. Muy pronto habría tal avalancha de denuncias, así como de actos arbitrario­s, por ejemplo, del TSJ, que al ganador no le quedaría de otra que emprender una reacción muy fuerte, sobre todo estando en la jugada la aguerrida María Corina. El tropel de delitos, desfalcos y desatinos que se empezarían a revelar sería tal, que es apenas cuestión de tiempo antes de que el chavismo se desmorone. Con semejante rechazo al Gobierno, casi cualquier consulta plebiscita­ria a la ciudadanía saldría triunfante.

Sé muy bien que por ahí circula la idea de que a Maduro y compañía hay que ofrecerles alguna salida “digna”, distinta de la futura cárcel, a la que deberían ir a parar por la pendejadit­a de haber dilapidado US$350.000 millones, si no más. Sin embargo, los montos son tan grandes y los delitos tan notorios, que alguna tropelía antielecto­ral se debe estar fraguando en la cueva de Alí Babá. Eso sí, el tiempo se les va agotando. Después del 28 de julio, si el chavismo pierde, como parece inevitable, cualquier cosa se volvería más difícil.

Fiel a su tradición bravucona, Maduro dice que dará una lección histórica a la derecha, cuando lo que muestran las encuestas es que la lección la recibiría él por paliza. Sospecha uno que tan brutos no son como para creerse sus propias patrañas. ¿Intentará el régimen un fraude? Es una opción, sobre todo para los irredentos, diga usted Diosdado Cabello, pero vaya que tendría que ser colosal y a la vista de todo el mundo; o sea, dejando pruebas a diestra y siniestra. Porque por cuenta de los votantes no se van a mantener en el poder.

Tal parece que sobre todo el presidente de Brasil, Lula da Silva, ha advertido del peligro que para el futuro de la izquierda latinoamer­icana significan las aventuras de Maduro. En todo caso, la encrucijad­a es decisiva.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia