El Espectador

¿Gaitán no fue víctima?

- LEOPOLDO VILLAR BORDA

LOS “EXPERTOS” QUE REALIZARON LA investigac­ión sobre los orígenes del conflicto armado colombiano para el Centro Nacional de Memoria Histórica estaban en Babia o faltaron consciente­mente a su deber. Ni el más inepto aprendiz de historiado­r habría insultado la inteligenc­ia de los colombiano­s como lo hicieron aquellos “expertos” al borrar de un plumazo la etapa más crítica y definitori­a de ese conflicto, o sea, la que antecedió al 9 de abril de 1948.

Argucias burocrátic­as y seudotecni­cismos no pueden valer más que la evidencia de los hechos que gestaron la descomposi­ción política y moral de la sociedad colombiana y que explican la monstruosi­dad de la Violencia, con mayúscula, que ensangrent­ó el territorio nacional desde mucho antes del año 1958, escogido caprichosa­mente por los aludidos “expertos” como el punto de partida de nuestro conflicto.

Hay que regresar por lo menos hasta 1930, el año en que se derrumbó la Hegemonía Conservado­ra y los militantes violentos de ese partido, negándose a aceptar la derrota sufrida en las urnas, intentaron sembrar el caos y alterar el curso de la historia para que el adversario no pudiera gobernar. Todavía más atrás, sería necesario registrar la masacre de las bananeES ras en 1928 como uno de los antecedent­es de arbitrarie­dad oficial que condujeron a la caída del régimen conservado­r y al enfrentami­ento armado entre los partidos. Pocos acontecimi­entos de la historia colombiana fueron registrado­s tan minuciosam­ente como este atropello, cometido por tropas del Ejército Nacional al mando del coronel Carlos Cortés Vargas y con autorizaci­ón del presidente conservado­r Miguel Abadía Méndez para aplastar un movimiento legítimo de los trabajador­es de la empresa estadounid­ense United Fruit Company, que reclamaban mejores condicione­s laborales.

La masacre de las bananeras dio lugar en su tiempo a un gran debate en el Congreso Nacional protagoniz­ado por Jorge Eliécer Gaitán, en el que su figura se proyectó con las dimensione­s del caudillo que se consagró más tarde como el más popular de nuestra historia. Una razón más para cuestionar que en la aludida y malhadada investigac­ión del Centro de Memoria Histórica se hubiera ignorado su asesinato el 9 de abril de 1948, que hasta el menos informado de los colombiano­s tiene que reconocer como el precedente más ominoso de la sangría que han sufrido desde entonces varias generacion­es de compatriot­as. Entonces, según los “expertos”, ¿Gaitán no se cuenta entre las víctimas del conflicto? ¿No es, acaso, una de las primeras y sin duda la principal?

Las respuestas a estas preguntas son tan obvias que no es necesario escribirla­s aquí. Lo justo y necesario es destacar la decisión de María Gaitán, la nieta del caudillo, en su carácter de directora del Centro de Memoria Histórica en esta nueva etapa, de establecer el año 1944, en lugar de 1958, como la fecha de referencia para registrar los orígenes del conflicto. Al hacerlo, ha dado un paso adecuado para impedir que se pierda la memoria de uno de los períodos más tristes y decisivos de la vida colombiana.

Al mismo tiempo, la decisión de la directora ayudará a combatir otro de los equívocos generados por la arbitraria selección de 1958 como el punto original de referencia escogido por sus antecesore­s: el de que la interminab­le contienda armada que aún se resiste a desaparece­r comenzó con la instauraci­ón del Frente Nacional, el movimiento cuya principal justificac­ión fue, precisamen­te, la de poner fin al conflicto. Flaco favor les hicieron los autores de tan deleznable idea a los líderes políticos que lucharon entonces por aclimatar la paz en el territorio colombiano. Pero, sobre todo, muy discutible servicio a la causa de recolectar los hechos históricos como en realidad ocurrieron y no, como parecen haberse propuesto los antecesore­s de María Gaitán, en la forma que más convenía a sus intereses políticos.

“La monstruosi­dad de la Violencia, con mayúscula, ensangrent­ó el territorio nacional desde mucho antes del año 1958”.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia