Moñona caribe
La Costa será sede de los juegos Bolivarianos, Centroamericanos y Nacionales, un compromiso para el que es necesario que la dirigencia invierta y ejecute con responsabilidad.
La propuesta de Bolívar para acog er l os Juegos Nacionales 2019 convenció al Gobierno nacional por encima de otras seis, entre las cuales había fuertes contendientes como Atlántico y Antioquia, con quienes conformó la terna final. El presidente Juan Manuel Santos hizo el anuncio el pasado miércoles en Cartagena, desde donde invitó a hacer los mejores juegos de la historia deportiva del país. Con esta decisión se da el banderazo para que Bolívar comience a prepararse para las justas que se llevarán a cabo dentro de tres años, y que incluyen sedes alternas como El Carmen de Bolívar, Magangué y Arjona. Fue un objetivo que se trazaron Dumek Turbay y Manuel Duque, gobernador de Bolívar y alcalde de Cartagena, respectivamente, dos dirigentes provenientes de las entrañas del deporte. Con la postulación de Atlántico comenzó una sana rivalidad entre departamentos costeños para obtener la sede, al tiempo que se ampliaban las posibilidades de que los Juegos se quedaran en la región. Al final, la solidez del proyecto de Bolívar, la experiencia y la infraestructura, así como el compromiso de los dos mandatarios, inclinaron la balanza a su favor. Así las cosas, la Región Caribe se hizo a un triplete de eventos deportivos a gran escala: Bolivarianos, en 2017, en Santa Marta; Centroamericanos y del Caribe, 2018, en Barranquilla, y Nacionales, 2019, en Bolívar.
Esta moñona caribe es un voto de confianza para las ciudades y departamentos que acogerán a miles de atletas, pero a la vez representa un compromiso que solo se honra con planificación y una ejecución responsable. La realización de un certamen como este toca toda la escala social de una ciudad o un departamento. Son objetivos comunes que concitan voluntades y aúnan esfuerzos en un ejercicio que termina siendo beneficioso para todos los estamentos de una sociedad. Cartagena ya tiene la experiencia de haber sido sede de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2006. Muchos de los escenarios que se construyeron o remodelaron para aquella ocasión serán nuevamente utilizados para unos juegos.
Pese a lo anterior, hubo algunos reparos por los 145.000 millones que se deberán invertir en infraestructura y organización, frente a propuestas de menor cuantía de Antioquia y Atlántico. Más allá de todo, si se ejecutan las inversiones con milimetría, transparencia y eficiencia, evitando caer en derroches y cumpliendo los plazos, esos recursos se verán reflejados en una infraestructura deportiva de primer nivel que traerá beneficios a la población bolivarense. Ahora conviene que se cumplan los cronogramas de las obras y, sobre todo, que la ciudadanía sea un actor vigilante del manejo de los recursos destinados a la construcción o remodelación de los escenarios deportivos, así como a la logística y organización de los mismos.
Al final, la solidez del proyecto de Bolívar, la experiencia y la infraestructura, así como el compromiso de los dos mandatarios, inclinaron la balanza a favor de Bolívar.