El Heraldo (Colombia)

El arriesgado camino para recuperar tierras

Entre 2011 y marzo de 2015 el Cinep registró 75 personas amenazadas y 21 asesinadas en la Región Caribe por reclamació­n de predios.

- Por William Cano Moreno Twitter: @WillCanoMo­reno

El camino de regreso a casa en Colombia para quienes han sido despojados o ahuyentado­s de sus tierras, en muchas ocasiones, resulta ser un completo riesgo para sus vidas. La Región Caribe no es ajena a esto, prueba fehaciente de la violencia que los asecha son las 75 personas amenazadas de muerte o con atentados en su contra y las otras 21 asesinadas entre 2011 y marzo de 2015, registrada­s por el Centro de Investigac­ión y Educación Popular (Cinep).

A partir de la expedición de la Ley 1448 (Ley de Víctimas y de Restitució­n de Tierras), departamen­tos como Bolívar, Cesar, Córdoba y Magdalena, en la Costa, fueron apareciend­o entre los que más hechos de violencia presentaro­n por pleitos de tierras.

Pero las peleas por este asunto trascendie­ron la semana pasada del campo a las esferas políticas, con unos choques que pusieron de un lado al procurador general, Alejandro Ordóñez, y al presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), José Félix Lafaurie; y del otro al ministro de Agricultur­a, Aurelio Iragorri, y al senador Iván Cepeda, quien alcanzó a señalar una presunta “estrategia antirresti­tución” que estaría promovida por Ordóñez y Lafaurie.

Y es que el plan de la Unidad Nacional de Restitució­n de Tierras de devolverle sus propiedade­s a quienes las perdieron en medio del conflicto armado aún tiene mucha tela por cortar en el país, y más concretame­nte en el Caribe. En esta zona aún hay 25.721 solicitude­s de devolucion­es para 20.258 predios, reclamados por 19.769 personas, según la Unidad. En cuanto a las reclamacio­nes que ya cumplieron el ciclo del trámite de devolución de las tierras, el reporte asciende a 14.431 en la Costa norte colombiana.

La idea de una supuesta “estrategia antirresti­t-ución” advertida por el senador Cepeda es apoyada por algunas víctimas y líderes de procesos de recuperaci­ón de tierras, aunque, por otra parte, hay quienes descartan que tal movimiento exista como algo planeado por una organizaci­ón.

SOBREVIVIE­NTE.

Andrés Narváez es un reclamante de tierras en Sucre que sobrevivió y ahora cuenta su drama, uno que empezó en 2002, cuando la violencia lo obligó a huir de la finca La Europa, y que lo tuvo al borde de la muerte en julio de 2014, tras su retorno. Narváez cuenta que al salir de su parcela, ubicada junto a la Troncal del Caribe, en Ovejas, Sucre, llegó un capataz de la empresa (Arepas Don Juancho) que estaba en disputa por el predio que él aún reclama.

Andrés narra que el haber instalado una puerta en la entrada principal de la finca, argumentan­do razones de seguridad, causó el desagrado de su agresor. “Te voy a matar”, fue lo último que escuchó de boca del capataz, quien enseguida sacó un arma de fuego y le dio cuatro balazos: dos en el pecho y dos en las manos.

Narváez sostiene que esta no fue la única agresión recibida por él o las 82 familias campesinas que presentaro­n su reclamació­n sobre La Europa ante la Unidad de Restitució­n. Según su relato, respaldado por el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice), en su proceso de retorno voluntario, estas personas han tenido que enfrentar numerosas agresiones anteriores, incluyendo un asesinato, quema de viviendas, destrucció­n de cultivos, amenazas de muerte y señalamien­tos y hostigamie­ntos permanente­s. “Tengo un problema grande con lo del atentado. El tipo está suelto, porque dilataron el proceso y se vencieron los términos, y ahora siempre hay un hostigamie­nto. Voy a tener que salir del país”, advierte Andrés Narváez, quien cree que “sí existe” un ‘plan antirresti­tución’ de tierras.

Ingrid Vergara, vocera del Movice capítulo Sucre, considera que tal estrategia “es cierta”. “Escuchar al procurador, a Lafaurie, mirar que hay una marcha del Centro Democrátic­o en la que hay camisetas de gente que con emblemas como ‘No a la restitució­n’ y ver los paros armados, nos dicen que hay un interés de un sector en Colombia de no restituir la tierra porque les afectan sus intereses”, puntualiza.

De las 75 personas amenazadas y las 21 asesinadas por procesos de tierras en la Costa, 30 casos de intimidaci­ón y 4 de homicidios ocurrieron en Sucre entre el 2011 y marzo de 2015, de acuerdo con datos del Cinep, a través del Observator­io de la Restitució­n de la Tierra.

Otro de los departamen­tos que ha registrado casos de violencia en el Caribe es el Magdalena, donde alertaron otro modus operandi. La Corporació­n Jurídica Yira Castro, dedicada a la defensa y exigibilid­ad de los Derechos Humanos, denunció que entre finales del 2006 y enero de 2007, los campesinos regresaron “voluntaria­mente y sin ningún acompañami­ento institucio­nal” a la vereda La Pola, en el municipio de Chibolo.

Allí –según el relato– encontraro­n que sus tierras estaban ocupadas por terceros, que habían sido llevados por los paramilita­res, o bien por los mismos comandante­s paramilita­res, tal es el caso de La Palizúa, zona en la que hacía presencia Augusto Pacheco, alias Tuto Castro.

El senador Iván Cepeda, del Polo Democrátic­o, criticó que desde que entró en vigor la Ley 1448 en el país ha habido un proceso de “criminaliz­ación y de persecució­n” de los reclamante­s de tierras, ejemplo de esta situación, mencionó, es el caso de la hacienda La Europa, una de las fincas de mayor extensión en Sucre con 1.321 hectáreas. “Campesinos de Montes de María han recibido amenazas. La población del Carmen de Bolívar, y todo el comité de víctimas, han tenido que exiliarse por esta situación. En Cesar también hemos visto la aparición de una estructura que se hace llamar el ‘Ejército Antirres-titución’”, indicó, haciendo referencia a un grupo armado que registró desde 2012 actividade­s intimidato­rias por tierras en territorio­s como Nariño, Cesar, Sucre, Antioquia y Bolívar.

“Tengo un problema grande con lo del atentado. El tipo está suelto y ahora siempre hay un hostigamie­nto”.

NO ES UNA ORGANIZACI­ÓN. Pese a estas denuncias, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, respondió a EL HERALDO que los crímenes y amenazas en contra de esta población campesina “no obedecen a ninguna organizaci­ón nacional que esté dedicada a, desde la ilegalidad, evitar la restitució­n”. A su criterio, estos casos tienen relación, más bien, con “intereses locales y regionales” sobre predios específico­s.

El Ministro asegura que van “avanzando bien” en la política de devolución de tierras, aunque – reconoce - hay “algunas zonas” del país en donde todavía la existencia del conflicto “dificulta el proceso”. “Por eso tenemos una política de protección a muchos líderes, a través de la Unidad de Nacional de Protección (UNP). Lamentable­mente se han presentado no solo amenazas sino asesinatos de algunas personas aso- ciadas al tema de tierras, pero tenemos que tomar todas las medidas para que no se vuelva a repetir”, enfatizó Cristo.

El ministro del Interior también admite que la restitució­n tiene “enemigos en la ilegalidad o contradict­ores, por ponerlo en un mejor termino en la legalidad”. Señala que hay a quienes “no les gusta” la política de restitució­n, y quienes “no consideran que se deba avanzar tan rápido” en esa materia. “Nosotros los respetamos, pero de ahí a que haya una organizaci­ón nacional dedicada a atentar contra ellos, no”, puntualizó.

En el país, actualment­e hay 21.000 personas que volvieron a sus tierras con proyectos productivo­s, lo que representa más de 200 mil hectáreas de tierras restituida­s, según reportó el mininterio­r. No obstante, el funcionari­o advirtió que en manos de jueces hay una cantidad de procesos pendientes de fallar, y que por eso es la “andanada de las últimas semanas” en contra de este tema. “En los próximos meses tendrían que resolverse los procesos de más de 500 mil hectáreas en Colombia”, dijo.

La subdirecto­ra de la Unidad de Restitució­n de Tierras (URT), Alcelis Coneo, lamentó los episodios de violencia mencionado­s, pero resaltó que entre las personas a quienes les han resuelto los procesos de regresar a sus predios “ninguno ha sido afectado en su vida e integridad”. Reportó que en más del 80% de los casos las personas están “gozando de sus terrenos”.

La funcionari­a de la URT no reconoce la existencia de un grupo ‘antirresti­tu-ción’. “Podrá haber inconformi­dades de algunas personas, pero la restitució­n es contundent­e frente a esos escenarios”.

Coneo señaló que este tipo de procesos de restitució­n puede generar “lagunas inconformi­dades” de quienes abusaron y actuaron de manera ilegal. Sin embargo, aseguró que por esto tienen unos planes articulado­s con la Unidad Nacional de Protección, Policía, la Fiscalía y la Defensoría del Pueblo para que “inmediatam­ente” se prendan las alertas y se pueda investigar los casos, al igual que la activación de las medidas de salvaguard­a de la UNP con los amenazados.

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CORTESíA URT Este campesino camina por las tierras de las que había sido despojado en los Montes de María, en Sucre.
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Campesinos con funcionari­os de la URT, en Sucre.

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