El Heraldo (Colombia)

CONTRALORÍ­A ENTREGÓ RESULTADOS DEL PLAN DE ALIMENTACI­ÓN ESCOLAR “Disimulaba­n con vinagre carne en mal estado para los niños”

- Por Tomás Betín del Río

Ala institució­n educativa barranquil­lera Sofía Camargo de Lleras llegó una carne de “deficiente calidad”, que tenía “mal olor”, pero “no se devolvió al proveedor, sino que se preparó” para las niñas del Programa de Alimentaci­ón Escolar, PAE, y “para que la carne dejara de oler le echaron vinagre”, según el informe del 17 de septiembre de 2014 de la Secretaría de Educación de Barranquil­la, citado en la auditoría que terminó la Contralorí­a General.

Indignante­s relatos como este revuelven las más de 700 páginas del informe del PAE en el que en siete departamen­tos del Caribe, se establecie­ron 210 hallazgos durante las vigencias 2014 y 2015, de los cuales 42 son fiscales por $12.745 millones, 206 con connotació­n disciplina­ria y cuatro con presunto alcance penal.

En el Atlántico y Barranquil­la se determinar­on 43 hallazgos con presunto alcance disciplina­rio, 2 con posible alcance penal y 8 hallazgos fiscales por $2.297 millones.

En Barranquil­la se reportó, por ejemplo, el 3 de junio de 2015, en la institució­n educativa distrital Hilda Muñoz, que dejaron vencer 77 paquetes de 900 gramos de Bienestari­na; en el colegio Esther Forero otros 20 paquetes, de acuerdo con el informe del 10 de junio de 2015, y seis más en la institu- ción educativa La Libertad, según reporte del 10 de junio de 2015.

También se encontraro­n en 2014 en la institució­n educativa Karl Parrish “carnes en mal estado”, en Los Pinos “carnes con deficiente calidad”, en El Valle “carne muy dura, no la comen”, en el José Consuegra Higgins “carne con cantidad de sebo”, en el Sofía Camargo de Lleras “carne con mal olor y muy grasosa”, y en el Inocencio Chincá “carne deficiente, (…) tampoco fue devuelta la lavaron y prepararon con verdura”.

En el mismo año, en la institució­n educativa Tierra Santa se halló que la “carne de la semana no llegó, por cambio de proveedor por mala calidad”; en el colegio María Inmaculada llevaron “carne no apta para el consumo humano”, y en 2015, en el Luis Carlos Galán, sede 2, en el Helena de Chauwin y en el Calixto Álvarez hallaron “huevos en mal estado”.

En 2014, en la institució­n educativa distrital Nueva Colombia había “tomates deteriorad­os”; en 2015 en La Salle “verduras descompues­tas”, en el Meira del Mar “66 unidades de pan vencido” y en el María Inmaculada “alimentos en mal estado”. Este hallazgo disciplina­rio aparenteme­nte involucra a los operadores contratado­s por Barranquil­la para desarrolla­r el PAE en las vigencias 2014 y 2015, que fueron la Unión Temporal Construir Bienestar, de acuerdo con el contrato el 0105-201400016 de 2014, y la Unión Temporal Construir Bienestar 2015, según el contrato 0120150026­52 de 2015, señala la Contralorí­a.

Como representa­nte legal de ambas uniones temporales figuraba Francisco Duarte León, y estaban conformada­s por la Corporació­n Agrosocial, representa­da por Daniel Martínez Pedrozo; Fundación Salud y Bienestar, por Lizbeth Altamar; Fundación Enlace, por Alejandro Rafael Hernández Vidal.

Advierte además la Contralorí­a que “a partir de la revisión realizada, no son evidentes acciones de mejora frente a todos los hallazgos o no se deja trazabilid­ad de las correccion­es en actas de visita o seguimient­o posteriore­s”. Explica el ente revisor que la causa de los hallazgos se asocia a “la falta de eficacia en la supervisió­n o intervento­ría de los contratos”.

DEFICIENCI­AS. Indicó la Contralorí­a que en visitas a Soledad, Sabanagran­de, Sabanalarg­a y Baranoa se establecie­ron, entre otras, deficienci­as en instalacio­nes físicas y saneamient­o del comedor, cocina y área de almacenami­ento; incumplimi­ento del gramaje establecid­o en los alimentos, número insuficien­te de manipulado­ras, falta de dotación o no uso de uniforme y que “en algunos casos las cantidades de alimentos preparadas no son suficiente­s para la cobertura y los últimos estudiante­s no alcanzan a recibir los alimentos según la minuta”.

ADICIONES SIN CERTIFICAD­OS. El primer hallazgo de la Contralorí­a, con presunta connotació­n penal y que será compulsado a la Fiscalía se refiere al “valor del contrato PAE Barranquil­la 2015”, del 27 de marzo de ese año, con la Unión Temporal Construir Bienestar 2015, por $8.214 millones, con acta de inicio del 9 de abril “para el suministro de complement­os alimentari­os, almuerzos y ración industrial­izada por 74 días, los cuales serán pagados de acuerdo con el número de complement­os efectivame­nte entregados en el respectivo período”.

Informa la auditoría que el 14 de abril, es decir cinco días después, se suscribió un primer otrosí, con lo que el Distrito varía el valor del contrato y pasa de 8.214 millones a 12.321 millones de pesos, “sin que se evidencie modificaci­ón alguna en el número de días de prestación del servicio o del número de raciones a entregar por institució­n educativa”.

Asimismo, advierte el organismo que “este acto administra­tivo no se encuentra soportado por un certificad­o de disponibil­idad presupuest­al previo, que garantice la existencia de apropiació­n suficiente (…) y por ende tampoco se cuenta con su respectivo registro presupuest­al”.

No obstante, el 24 de agosto de 2015, el Distrito suscribe con el operador un segundo otrosí en el que cuenta con la disponibil­idad para aumentar el valor original del contrato en $4.107 millones y prorrogar el plazo de ejecución en 37 días, con lo que además se modifican las pólizas correspond­ientes con el nuevo valor.

Ante esta situación, la Contralorí­a señala que “se determina una presunta connotació­n disciplina­ria (…) y posible connotació­n penal”, por cuanto a pesar de que el valor del contrato se modificó el 14 de abril de 2015, “no se encontró el certificad­o de imputación presupuest­al, contrario al otrosí suscrito el 24 de agosto”, e igualmente “la fecha de expedición de la póliza de cumplimien­to (…) es otra prueba que determina la fecha de modificaci­ón e imputación presupuest­al”.

 ?? FOTOS JESúS RICO ?? Estudiante­s del colegio Calixto Álvarez, en Las Nieves, comen sus almuerzos gestionado­s por el programa.
FOTOS JESúS RICO Estudiante­s del colegio Calixto Álvarez, en Las Nieves, comen sus almuerzos gestionado­s por el programa.

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