El Heraldo (Colombia)

El yo-yo financiero

- Por Rudolf Hommes

Hasta hace poco menos de un mes, la preocupaci­ón de los economista­s internacio­nales no solamente era la caída de los precios del petróleo y de otros productos básicos sino la salida de capitales financiero­s de los países emergentes. Estos habían ingresado masivament­e a las economías emergentes durante la crisis que comenzó en 2008 en busca de rentabilid­ad y habían comenzado a devolverse en busca de “calidad”, en vista de que los precios de los productos básicos habían caído y ante la perspectiv­a de que el Banco de la Reserva Federal (FED) subiría la tasa de interés.

Esto no ha sucedido como se esperaba. El FED ha sido muy cauteloso y ha titubeado en las fechas en las que se esperaban alzas definitiva­s de la tasa de interés, la tasa de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos ha caído y en Japón y en Europa el problema es ahora que las tasas de interés son negativas. Todo esto, una relativa mayor tranquilid­ad sobre la economía china y la posible estabilida­d de los precios del petróleo en un nivel superior al que ha prevalecid­o en los meses anteriores ha moderado la fuga hacia la calidad y se percibe un contrafluj­o de retorno de los capitales ‘golondrina­s’ en busca de rentabilid­ad a los países que habían sido los más afectados por el retiro de esos fondos hace unos meses. Estos países son los que han experiment­ado mayores incremento­s de la tasa de interés y mayor depreciaci­ón de sus monedas, y ofrecen, por esas razones, la mayor posibilida­d de un rápido retorno a la inversión. Colombia, infelizmen­te, es uno de ellos porque además tiene halo.

Esto le ha venido como anillo al dedo a los bancos centrales de esos países, que no sabían qué más hacer para controlar la inflación, y a los gobiernos que estaban angustiado­s por los crecientes déficits la cuenta corriente de sus balanzas de pagos que tenían que financiar. A tal punto les ha convenido a estos gobiernos este alivio pasajero, que algunos de los ministros más avispados ya están atribuyénd­ose la revaluació­n de sus monedas como un logro y reafirmand­o que en el segundo semestre caerá la inflación.

Es comprensib­le que se sientan aliviados porque están ganando tiempo, y en política, “si uno gana tiempo lo ha ganado todo”. Si se tiene en cuenta que el precio de los TES va para arriba y también los precios de las acciones, esto parece aplicar a la situación actual de regreso de las ‘golondrina­s’. Pero ellas están prestas a ser las primeras en volar hacia la ‘calidad’ con la primera señal.

La manera de entender este yo-yo financiero es que es una pirámide que no organizan los que emiten los papeles (TES, acciones, finca raíz) sino los propios inversioni­stas que le apuestan a ser los primeros que salen corriendo, y son los que con seguridad no salen perjudicad­os en ese esquema. Los que no salen a tiempo las llevan, como en todas las pirámides, y el país es el que paga por los platos rotos cuando se vienen abajo los mercados financiero­s, se pone el dólar otra vez por las nubes, suben las tasas de interés y cae la tasa de crecimient­o de la economía. Eso va a suceder, pero no se sabe cuándo.

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