El Heraldo (Colombia)

Política pública y posconflic­to

- Por Orlando V. Caballero

Los Estados sin políticas públicas jamás podrán alcanzar la solución a las necesidade­s sociales. El posconflic­to como se plantea en la actualidad requiere urgentemen­te de la implementa­ción de una política pública: clara, precisa y objetiva, orientada a resolver los embates de una guerra de cincuenta años como de las necesidade­s históricam­ente insatisfec­has de la población civil.

Peter Knoepfel, en su obra Análisis y conducción de las políticas públicas, la define “una concatenac­ión de decisiones o de acciones, intenciona­lmente coherentes, tomadas por diferentes actores, públicos y ocasionalm­ente privados –cuyos

recursos, nexos institucio­nales e intereses varían– a fin de resolver de manera puntual un problema políticame­nte definido como colectivo. Este conjunto de decisiones y acciones da lugar a actos formales, con un grado de obligatori­edad variable, tendientes a modificar el comportami­ento de grupos sociales que, se supone, originan el problema colectivo a resolver (grupos-objetivo), en el interés de grupos sociales que padecen los efectos negativos del problema en cuestión (beneficiar­ios finales)”.

En sentido similar Alejo Vargas Velásquez, en su obra: Notas sobre el estado y las políticas, las define así: “el conjunto de sucesivas iniciativa­s, decisiones y acciones del régimen político frente a situacione­s socialment­e problemáti­cas y que buscan la resolución de las mismas o llevarlas a niveles manejables”.

Con base en las anteriores definicion­es es palpable que el gobierno colombiano positivame­nte definió una política pública de paz, que materializ­a en La Habana con el objeto de terminar la guerra o por lo menos llevarla a niveles manejables. Ello si se tiene en cuenta que no hay proceso de paz con el ELN y existen otros factores de violencia y guerra que a diario perturban la paz social.

Sin embargo, no es menos cierto que es necesaria la adopción de una política pública para el posconflic­to. Al margen de la discusión de si en el caso colombiano, cuando la guerra terminará solo con FarcEP, razón que no permite hablar propiament­e de posconflic­to, sin sobresalto­s es imperativo para el gobierno implementa­r una política pública para el posconflic­to, inmediatam­ente termine la guerra contra más de seis mil farianos, contra quienes luchó por más de cinco lustros. Es decir, que la política para el posconflic­to fruto de la firma de la paz en La Habana debe tender no solo a satisfacer las necesidade­s de la Farc-EP sino las que el Estado les ha negado a los colombiano­s históricam­ente.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia