Algo muy extraño
Algo muy de fondo está sucediendo con el caso de Electricaribe. Todo el mundo protesta; ya la noticia de sus problemas aparece prácticamente todos los días, no solo en la prensa regional sino en la nacional. La Contraloría General de la República saca un informe serio sobre las profundas falencias en su operación. Todos los departamentos de la Región Caribe, menos San Andrés que tiene otro tipo de problemas, protestan a diario porque las fallas permanentes en el servicio se convierten cada vez más en problemas de orden público. Pero, nada pasa. Electricaribe sigue tan campante y los usuarios siguen en las mismas.
Las culpas van de lado a lado. Las deudas a la empresa por parte, no solo de la población, sino de las empresas públicas, cuyos gobernadores respectivos no aclaran nada, son argumentos que no encuentran la suficiente aclaración. Y mientras tanto cambian de ministros, se posesionan nuevos mandatarios en los departamentos del Caribe y nada se resuelve. A su vez, estos departamentos son los que más congresistas tienen y los debates en el Congreso o no cuajan o no tienen la trascendencia que se esperaría. Pero la realidad es que lejos de solucionarse la situación, cada día se ve más grave con serios incumplimientos en el servicio, siendo la población, como siempre, la que paga el precio de este problema.
En la literatura reciente sobre energía y equidad, que empieza a ser un tema cada día más importante, se hacen públicos los errores que se han cometido en América Latina en los procesos de privatización de los servicios públicos. Como ya se ha mencionado en esta columna, una grave omisión se ha cometido cuando la venta de estas empresas, antes estatales y muy mal manejadas, se toma como un negocio cuyos recursos se asignan a los ministerios de Hacienda. Pero resulta que todavía países como Colombia están llenos de pobres en las ciudades y esa consideración no se ha tenido suficientemente en cuenta en muchos de estos procesos. Es decir, infraestructura y equidad son temas fundamentales, y Electricaribe es tal vez la mejor prueba de que en nuestro país, no obstante decisiones que se han tomado, no han sido suficientes para enfrentar la pobreza de muchos habitantes.
Por otro lado, todavía se sigue endiosando el valor de la inversión extranjera y a los españoles desde siempre se les ha recibido como bendición de Dios, sin beneficio de inventario. ¿No habrá un temor reverencial de enfrentarse a Fenosa y en general a las empresas poderosas de ese país, es decir, de la que todavía se le llama la Madre Patria? ¿No se nos iría la mano convirtiendo a muchos empresarios españoles en ciudadanos colombianos? Puede sonar muy duro, pero ¿parte de la explicación no radicará en algo de esto? Para ir aclarando el panorama sería interesante explorar el poder español en Colombia. Ojalá allí no esté la explicación de que nada pase con Electricaribe. Algo muy extraño está sucediendo.